¿Su hijo en edad preescolar enferma a menudo? ¿Cómo reforzar la inmunidad de los niños?

¿Su hijo en edad preescolar enferma a menudo? ¿Cómo reforzar la inmunidad de los niños?
Fuente de la foto: Getty images

El inicio de la guardería suele ser el comienzo de frecuentes enfermedades. ¿Por qué ocurre esto y cómo se puede prevenir?

La función de la inmunidad es mantener la homeostasis del organismo vivo. Esto significa mantener la estabilidad del medio interno, lo que incluye la protección contra los microorganismos patógenos. Los mecanismos de la inmunidad innata y adquirida sirven a este propósito.

Ambos componentes de la inmunidad actúan como protección contra las infecciones, aunque tienen funciones diferentes. El sistema inmunitario innato reacciona rápidamente cuando los microorganismos invaden el cuerpo.

El sistema inmunitario adquirido posee lo que se conoce como memoria inmunológica, que le permite recordar si se ha encontrado con un microorganismo concreto en el pasado y reaccionar con mayor rapidez la próxima vez que entre en contacto con él.

Desde el nacimiento, el ser humano está expuesto a diversos microorganismos. Gracias a la inmunidad que se desarrolla con el tiempo, el organismo está protegido contra ellos.

Ya en el periodo anterior al nacimiento, las células de la respuesta inmunitaria se están formando. La infancia es el periodo en el que maduran. En la pubertad o la edad adulta alcanzan su pleno funcionamiento.

¿Cómo reforzar el sistema inmunitario antes de la próxima oleada de un nuevo coronavirus?

Factores que afectan a la inmunidad infantil:

  • Lactancia materna
  • Una dieta equilibrada y sana
  • Hábitos de bebida
  • Higiene
  • dormir lo suficiente
  • Miedo, ansiedad

Inmunidad del niño en edad preescolar

La tasa de morbilidad de un niño tiende a ser significativamente mayor cuando empieza el colegio. Este fenómeno es bastante común, ya que es la primera vez que el niño entra en contacto con diversas infecciones que su inmunidad no ha conocido antes. El sistema inmunitario del niño, que todavía se está desarrollando, puede sucumbir fácilmente.

Sin embargo, este periodo suele ser temporal.

Este estado dura hasta que se alcanza la llamada memoria inmunitaria. No obstante, si tiene dudas, consulte a su médico.

En un colectivo, se produce un intercambio de virus y bacterias, lo que provoca más enfermedades en el niño.

La enfermedad más frecuente durante este periodo es la inflamación de las mucosas de las vías respiratorias altas, que suele ir acompañada de tos, congestión nasal y aumento de la temperatura.

Otras dolencias frecuentes son la inflamación de los senos paranasales, el oído medio, la nasofaringe, los bronquios o los pulmones.

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Los agentes causantes suelen ser virus, que se propagan por gotitas, es decir, al toser, estornudar y moquear. De este modo, los gérmenes nocivos y patógenos se transmiten muy fácilmente en un colectivo de niños.

La inmunidad del niño está estrechamente ligada al sistema nervioso, por lo que el estrés provocado por el inicio de la guardería y la separación de la madre influye mucho en la morbilidad durante este periodo.

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¿Cómo afrontar las enfermedades preescolares?

La prevención es la primera prioridad, pero se trata de una cuestión a más largo plazo. Un estilo de vida adecuado o una dieta equilibrada deben formar parte de la vida cotidiana, no sólo unos días antes de empezar la guardería.

La dieta adecuada

Tras el nacimiento de un niño, la leche materna es la más idónea para poner en marcha su inmunidad. Además de nutrientes y otros componentes importantes para el niño, la leche materna contiene muchos anticuerpos.

Estos anticuerpos adquiridos de la madre se agotan con el tiempo y el bebé desarrolla su propia inmunidad. La inmunidad del bebé también se desarrolla a través del contacto con bacterias, virus u hongos, y aprende gradualmente a defenderse de ellos.

El sistema inmunitario del niño se desarrolla de forma significativa en torno al año de edad, pero la inmunidad completa no se alcanza hasta la pubertad.

La mayoría de las células inmunitarias se localizan en el intestino. Por eso la dieta tiene un gran impacto en el sistema inmunitario. Todo el complejo de minerales, vitaminas, enzimas y probióticos es importante.

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Una dieta variada y equilibrada es importante para mantener la inmunidad. Debe incluir mucha fruta, verdura, pescado, cereales, legumbres, pero también carne, huevos y productos lácteos.

El niño necesita muchas vitaminas, minerales y menos alimentos grasos y azucarados. Incluso un régimen de bebida adecuado es sumamente importante.

Una dieta beneficiosa e inadecuada para reforzar la inmunidad

Dieta para reforzar la inmunidad Alimentos que deben evitarse
verduras y frutas colorantes artificiales
pescado de mar conservantes
huevos alimentos dulces
legumbres harina blanca
frutos secos azúcar refinado
kéfir alimentos fritos
jengibre

Reponer los ingredientes necesarios para una buena inmunidad no ocurre en una semana. Es cuestión de estilo de vida. Pero nunca es demasiado tarde. Organice su hogar y sus hábitos de modo que la dieta de su hijo satisfaga sus necesidades. Guíe usted mismo a su hijo hacia una dieta sana.

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Hábitos de bebida

La ingesta suficiente de líquidos y los buenos hábitos de bebida se aplican a todos los grupos de edad. Los niños y los ancianos no sienten sed como los adultos. Por lo tanto, ofrezca líquidos a los niños aunque ellos mismos no los necesiten.

La sensación de sed es un síntoma retardado que no debería producirse con un régimen de bebida adecuado.

Necesidades aproximadas de líquidos al día según la edad del niño

Lactante 150 ml/kg/día
1 año 120 ml/kg/día
6 años 90 ml/kg/día
10 años 70 ml/kg/día
18 años 40 ml/kg/día

Una cantidad suficiente de agua es importante para mantener la inmunidad. Los niños tienden a consumir aguas azucaradas, pero éstas no hidratan lo suficiente y además contribuyen al desarrollo de diversas enfermedades. Como en el caso de los adultos, el agua pura es la mejor opción.

Breve resumen de los líquidos adecuados e inadecuados para los niños

líquidos adecuados líquidos inadecuados
agua pura agua fresca
infusiones de hierbas y frutas agua mineral aromatizada
zumo de frutas limonadas
aguas minerales - sin gas, con minerales limitados tés fuertes, café, bebidas energéticas

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Preparados para reforzar la inmunidad

Los suplementos dietéticos y los diversos productos de refuerzo inmunitario no sustituyen a una dieta variada y equilibrada. La mejor forma de suministrar las sustancias necesarias es administrarlas en su forma natural.

Sin embargo, hay situaciones en las que es apropiado administrar sustancias de refuerzo inmunitario en forma de suplementos, por ejemplo

  • temporada de gripe
  • incorporación a un equipo
  • inmunidad debilitada debido a una enfermedad

Si tu hijo está a punto de empezar el colegio o la guardería y quieres reforzar su inmunidad con diversos suplementos, es aconsejable hacerlo con suficiente antelación. Consulta a tu médico o farmacéutico, que te ayudará con la elección del producto y el procedimiento correcto.

Higiene

Cultivar buenos hábitos de higiene es importante no sólo en el ámbito social, sino también en términos de salud. El niño aprende muchas habilidades a esta edad. Las técnicas adecuadas de lavado de manos e higiene eliminan muchos patógenos y su propagación.

La higiene y los hábitos higiénicos son una parte importante de la infancia. Sin embargo, es importante recordar que la higiene como tal no refuerza la inmunidad del niño, sino que se trata de prevenir la propagación de diversos microorganismos patógenos.

Los expertos afirman que los esfuerzos excesivos y exagerados por una limpieza perfecta conducen a una morbilidad aún mayor o incluso a alergias.

Sueño y descanso

Dormir lo suficiente y con calidad también es un factor importante que afecta a la fortaleza de la inmunidad. Un niño debe dormir lo suficiente.

Los niños llegan a la escuela o a la guardería especialmente después de las vacaciones sin dormir y cansados. La causa es el régimen de vacaciones que permitía a los niños dormir hasta tarde y levantarse tarde por la mañana.

Así que hay que cambiar el horario de sueño unos días antes de que acaben las vacaciones. De este modo, el cuerpo se acostumbrará más fácilmente y levantarse por la mañana no será tan difícil.

Ver la televisión o pasar tiempo en el ordenador justo antes de acostarse provoca, sobre todo en los niños, dificultades para conciliar el sueño y un sueño menos reparador. En relación con la calidad del sueño, también se recomienda que el niño no coma alimentos pesados o grasos antes de acostarse.

Movimiento al aire libre y sol

Estar al aire libre, incluso cuando hace más frío y llovizna, es una forma de endurecimiento para los niños.

Por supuesto, el tiempo que se pasa al aire libre debe adaptarse a las condiciones meteorológicas, al igual que la ropa. Es aconsejable poner al niño varias capas de ropa más fina en lugar de una capa gruesa. Esta superposición de capas de ropa garantizará un mejor aislamiento (mantenimiento de la temperatura corporal) y una evaporación más fácil del sudor.

El sol y sus rayos proporcionan a nuestro cuerpo vitamina D. Ésta se produce en la piel por la acción de la luz solar. La vitamina D es una parte importante de la inmunidad, entre otras cosas.

Tomar el sol suficiente es especialmente importante en los meses de invierno, cuando hay menos días soleados. En verano, de nuevo, hay que tener cuidado para no provocar quemaduras o insolaciones.

Funciones de la vitamina D:

  • absorción y utilización del calcio en el organismo
  • formación de huesos
  • apoyo al sistema inmunitario
  • protección contra el desarrollo de inflamaciones
  • protección contra el cáncer
  • correcta división celular
  • secreción adecuada de insulina
  • regulación de la presión arterial

Más información en el artículo Vitamina D, primavera, verano y sol. Nuestra salud, huesos fuertes o inmunidad fuerte.

Factores que afectan negativamente a la inmunidad del niño

Hay algunos factores que refuerzan la inmunidad, pero también los hay que la debilitan ligeramente. Aparte de la falta de alimentos o agua adecuados, puede tratarse de factores como el estrés, el miedo o un mal ambiente familiar.

La mencionada falta de luz solar, aire fresco o fumar en casa también pueden tener un impacto negativo en la inmunidad.

En la medida de lo posible, evite los centros comerciales y establecimientos similares abarrotados de gente durante la temporada de gripe. Vaya de compras sin niños o pregunte a su pareja.

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Recursos interesantes

  • amedi. sk - El desarrollo del sistema inmunitario en los niños y cómo se puede influir en él
  • solen. sk - Régimen de bebida en los niños
  • solen. sk - Vitamina D: la hormona que nos falta
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