Síndrome de las piernas inquietas: ¿cómo controlarlo? ¿Pueden ayudar los ejercicios?

Síndrome de las piernas inquietas: ¿cómo controlarlo? ¿Pueden ayudar los ejercicios?
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¿Tiene ganas de mover las piernas todo el tiempo debido a las molestias? ¿Este movimiento sólo le produce un alivio temporal? ¿Las molestias aumentan en reposo, sobre todo por la noche? Tal vez sufra el síndrome de las piernas inquietas.

¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas? ¿Qué lo provoca y cómo se manifiesta?
¿Qué debemos saber sobre él y cómo afecta al embarazo?
¿Se da en niños?

¿Sabe cómo controlarlo y ayudarse con él? ¿Existen ejercicios para combatirlo?

En los últimos años, el síndrome de las piernas inquietas ha vuelto a ocupar un lugar destacado en el interés del público, así como de los expertos en neurología. Se trata de una enfermedad neurológica menor o síndrome neurológico, no de una mera invención de un individuo.

En la Clasificación Internacional de Enfermedades, se clasifica como enfermedad neurológica, concretamente síndromes extrapiramidales.

Afecta hasta al 10% de la población, predominantemente anciana.

Afecta más a menudo a las mujeres que a los hombres, debido a diferencias fisiológicas (menstruación, embarazo y lactancia). Su incidencia aumenta en proporción directa a la edad.

Los primeros síntomas pueden no aparecer hasta alrededor de los 45 años, pero pueden ser perceptibles mucho antes, por ejemplo en torno a los 10. Son muy inespecíficos y no se piensa en el síndrome de las piernas inquietas en ese momento.

Precaución:
El síndrome de las piernas inquietas debe tomarse en serio, al menos hasta que se aclare la verdadera causa.
Se cree que las causas son múltiples y tienen un denominador común: el sistema nervioso central.
¡Especialmente en los pacientes más jóvenes, puede ser la primera manifestación de una enfermedad neurológica grave!

Una breve mirada al pasado

El síndrome de las piernas inquietas no es un fenómeno moderno. Sus manifestaciones ya eran bien conocidas por los médicos en el siglo XVII. Sin embargo, este síndrome en particular se consideraba más o menos un mito en el pasado.

Los pacientes que sufrían molestias en las extremidades inferiores y los consiguientes movimientos compulsivos eran considerados "locos" o hipocondríacos. La causa se atribuía a la psique y a la inestabilidad del portador.

Los síntomas de las piernas inquietas fueron descritos por primera vez por Thomas Willison en 1672.

Más tarde, en 1945, el neurólogo sueco Karl Axel Ekbom realizó un informe detallado sobre la afección. Llamó al conjunto de síntomas síndrome de las piernas inquietas y éste es el nombre que se sigue utilizando hoy en día. En algunas publicaciones también se puede encontrar el nombre de enfermedad de Ekbom.

En 1995, el Grupo Internacional de Investigación sobre el Síndrome de las Piernas Inquietas estableció criterios uniformes para este síndrome. Hoy en día, este síndrome aún misterioso es objeto de investigación neurológica, aunque su causa no se comprende del todo.

Interesante:
La primera mención del síndrome de las piernas inquietas se produjo probablemente en 1580, en un ensayo del famoso humanista francés Michel de Montigne. En su obra, describe a un filósofo que estaba sobrio cuando se sentaba a beber vino, salvo por sus piernas, que eran las únicas que estaban ebrias y había que mover constantemente.

¿Qué significa tener las piernas inquietas?

El síndrome de las piernas inquietas, SPI, también conocido como enfermedad de Willis-Ekbom, es un trastorno sensoriomotor del sistema nervioso central, por lo que se clasifica acertadamente como una enfermedad neurológica, no psiquiátrica.

Se caracteriza por una sensación de malestar en los miembros inferiores, que desencadena un fuerte deseo de moverse. Los síntomas motores son más intensos en reposo y, por tanto, se presentan con mayor frecuencia por la noche. El síndrome de las piernas inquietas está estrechamente relacionado con el insomnio, que indirectamente desencadena.

Tabla de clasificación del SPI según su etiología

SPI primario (idiopático) SPI secundario SPI familiar (genético)
  • No se conoce la causa exacta del trastorno
  • Se presuponen factores genéticos y externos
  • la causa se debe a otra enfermedad que conocemos (por ejemplo, neuropatía)
  • la causa se debe al efecto de determinados medicamentos
  • la causa es genética (alguien de la familia ha padecido SPI)

¿Tiene usted también el síndrome de las piernas inquietas?

En el síndrome de las piernas inquietas, las sensaciones subjetivas del paciente están en primer plano. Experimenta malestar o una sensación de incomodidad en las extremidades inferiores.
Esta sensación es difícil de describir, incluso la localización es imprecisa. Algunos pacientes sólo describen una sensación desagradable no especificada.

Descripciones de malestar de los pacientes clasificadas por frecuencia:

  • hormigueo en las extremidades
  • hormigueo u hormigueo en las extremidades
  • dolor
  • calambres, especialmente en las pantorrillas
  • sensación de inquietud y nerviosismo
  • tensión interna
  • sensación compulsiva inespecífica
  • sensación de estar atado
  • sensación de anudamiento de los dedos de los pies
  • sensación de debilidad en las extremidades
  • sensación de peso en las extremidades
  • picor
  • cosquilleo
  • sensación de presión o tirón
  • sensación de tirones
  • sensación de frío o calor
  • sensación de tener electricidad en las piernas
  • sensación de tener gusanos en los huesos

A pesar de las diferencias sensoriales en la naturaleza de esta sensación, la característica común en todos los afectados es la sensación de este malestar en lo más profundo, como en los músculos, los huesos o los vasos sanguíneos. Nunca es una sensación superficial, sino profunda.

Estas sensaciones hacen que el paciente comience a moverse, lo que también se denomina acatisia focal.

El inicio del movimiento se controla de forma voluntaria. En algunos pocos casos, pueden producirse varios movimientos involuntarios (tics, sacudidas) si el paciente no ha realizado antes el movimiento de forma espontánea.

Esto ocurre durante periodos de descanso físico (tumbado, sentado), es decir, la mayoría de las veces durante las horas nocturnas, cuando los pacientes se preparan para el ansiado sueño después de un día duro.
La intensidad de la dificultad es mayor entre medianoche y las 4 de la madrugada. Con la progresión, puede convertirse en un problema que dure hasta 24 horas al día.

Es un problema no sólo durante el sueño, sino también durante el día en pacientes con trabajos sedentarios.

Diversas manifestaciones motoras (caminar, enderezarse, mover las piernas, movimientos descoordinados, giros) sólo aportan un alivio temporal, y sólo durante un breve periodo de tiempo antes de que los movimientos duren.

Si el paciente interrumpe esta actividad, las molestias suelen reaparecer. A medida que la afección progresa, incluso estos movimientos dejan de proporcionar alivio.

El síndrome de las piernas inquietas está muy estrechamente relacionado con la alteración del sueño. Las molestias dificultan considerablemente que el paciente concilie el sueño y también lo despiertan durante la noche.

El insomnio prolongado trae consigo otros problemas como agotamiento, fatiga, apatía, alteraciones de la concentración, de la memoria, disminución de la actividad física y mental e incluso depresión, lo que afecta significativamente al funcionamiento normal de la persona y trae consigo problemas en la vida cotidiana y personal.

Importante:
En algunos casos, también podríamos hablar de síndrome de las piernas inquietas. En los casos más graves, la sensación de malestar se produce no sólo en las piernas, sino también en las extremidades superiores. Sin embargo, se trata de un caso extremadamente raro.

Tabla de criterios del síndrome de las piernas inquietas

Criterios básicos (esenciales) del SPI Criterios complementarios del SPI Otros criterios del SPI
  • Molestias en los miembros inferiores con necesidad de moverse
  • las molestias empeoran en reposo, durante la inactividad
  • las molestias aparecen al atardecer o por la noche, rara vez durante el día
  • las molestias disminuyen o desaparecen por completo al iniciar el ejercicio físico
  • movimientos periódicos de los miembros inferiores
  • antecedentes familiares de primer grado positivos
  • síntomas que responden al tratamiento dopaminérgico
  • presencia de insomnio
  • resultados de laboratorio normales
  • curso crónico con progresión

¿Cuál es la causa de estas sensaciones desagradables?

No conocemos la causa exacta de este trastorno, pero se cree que es un trastorno del sistema nervioso central, concretamente del sistema dopaminérgico.

Es el sistema dopaminérgico el responsable de la actividad de los músculos y de la transmisión de información e impulsos dentro de ellos.

Es probable que en cierta medida tenga una base genética, ya que es muy frecuente la aparición de este síndrome en la familia (hasta un 50-90%).

Tiene un papel en la etiopatogenia:

  • carencia de hierro, magnesio y algunas vitaminas
  • ciertos medicamentos (antidepresivos, antihistamínicos, antieméticos)
  • influencia tóxica de algunas sustancias (alcohol, nicotina, cafeína)
  • diabetes mellitus
  • uremia/síndrome urémico
  • enfermedad o insuficiencia renal
  • función tiroidea reducida
  • tumores cerebrales y de la médula espinal
  • neuropatía/polineuropatía
  • enfermedades neurodegenerativas
  • m. Parkinson
  • síndrome extrapiramidal
  • ataxia hereditaria
  • trastornos y lesiones de la médula espinal
  • obesidad (IMC, especialmente perímetro de cintura)
  • enfermedad venosa de los miembros inferiores - insuficiencia venosa crónica

El síndrome que agota: ¿cómo abordarlo?

El diagnóstico correcto es primordial. A menudo, a los pacientes con síndrome de las piernas inquietas se les diagnostica otro trastorno neurológico o psiquiátrico, sobre todo en las primeras fases de la enfermedad, cuando la sintomatología es escasa o inespecífica.

La propia naturaleza de la enfermedad también influye negativamente en el diagnóstico correcto. Los pacientes que acuden a la consulta del médico de cabecera no suelen quejarse de "hormigueo" en los pies, sino principalmente de problemas para dormir o de dolor, lo que a menudo confunde al médico y le orienta hacia otro lugar.

La propia historia clínica es importante en este caso, ya que no existe ningún marcador de laboratorio que pueda detectarse a partir de la sangre.

Una vez que tenemos un diagnóstico claro, queda por determinar si el síndrome es primario o secundario.

El SPI secundario tiene su causa en otra enfermedad, como una neuropatía. En este caso, el tratamiento del agente causal es primordial.

En el SPI primario hay que iniciar un tratamiento, que adopta dos formas: médico y no médico.

Entre los fármacos, los más utilizados son los dopaminérgicos (agonistas dopaminérgicos, precursores dopaminérgicos), los anticonvulsivantes (gabapentina, carbamazepina), las benzodiacepinas (diazepam, clonozepam), los miorrelajantes o los opiáceos. Los fármacos de primera elección varían según los países.

Tratamiento farmacológico del SPI

El tratamiento farmacológico se inicia cuando el paciente ya no puede controlar su afección por medios no farmacológicos o cuando lo indica un médico. La mayoría de los pacientes con síndrome de piernas inquietas describen la gravedad de su afección como de intensidad moderada a grave, momento en el que es necesaria la medicación.

¿Qué más se puede hacer para obtener alivio además de la medicación?

El tratamiento no farmacológico incluye la ausencia de sustancias que aumenten la actividad del sistema nervioso simpático, como el alcohol, la nicotina o la cafeína.

Si el consumo abusivo de una de estas sustancias es la causa principal de la enfermedad, es posible controlar el trastorno de forma permanente sin necesidad de terapia adicional.

Sin embargo, la abstinencia también debe ser permanente. A menudo es necesario un apoyo farmacológico al principio del tratamiento.

También es esencial cambiar ciertos medicamentos que se ha demostrado que empeoran el SPI o sus síntomas, como algunos medicamentos para la depresión, la psicosis y los antieméticos.

Por otra parte, si la causa es una carencia de minerales o vitaminas, es necesario administrar regularmente suplementos de las sustancias que faltan. La mayoría de las veces se trata de una carencia de hierro(anemia sideropénica), que puede obtenerse de la dieta, pero también en forma de suplementos nutricionales.

Los baños calientes alivian los pies, el cuerpo y el alma

Algunos pacientes experimentan un alivio más duradero tras un buen baño caliente. El baño debe tomarse justo antes de acostarse. El agua caliente relaja los músculos, dilata los vasos sanguíneos y hace circular la sangre, preparando así al paciente para un sueño reparador. También se recomienda alternar duchas calientes y frías.

Diversas sales o aceites aromáticos añadidos al baño también revitalizan la mente y relajan y calman por completo. Tienen un efecto positivo no sólo sobre las molestias en las piernas, sino también sobre el insomnio.

La aplicación de calor seco en partes concretas del cuerpo tiene un efecto similar. Esto se consigue, por ejemplo, utilizando una almohadilla eléctrica o una manta en las extremidades inferiores. El calor dilata los vasos sanguíneos, hace circular los músculos y los relaja.

Masajes y ejercicios: son agradables y eficaces

Los masajes y diversos ejercicios de estiramiento, que estimulan los músculos, han demostrado ser muy beneficiosos. Están diseñados para relajar (aflojar) los músculos. Los masajes pueden ser de cuerpo entero, pero también puede centrarse en áreas específicas (muslos, pantorrillas, pies). Tienen un efecto similar al de un spa, pero mucho más intenso.

También pueden utilizarse ejercicios de meditación, durante los cuales los pacientes tensan y relajan alternativamente los músculos de todo el cuerpo, junto con una respiración controlada. Tras los ejercicios de meditación, los pacientes se sienten como si hubieran renacido y se hubieran relajado.

Incorporar estas técnicas, o al menos una de ellas, a un programa regular da sus frutos.

Electroterapia

También es adecuada la estimulación eléctrica de las fibras nerviosas y musculares de las extremidades inferiores. Es posible concertar una cita con un masajista o fisioterapeuta para este tipo de terapia. Se trata de uno de los métodos de tratamiento más populares no sólo para el SPI, sino también para otras enfermedades neuromusculares o afecciones dolorosas debidas a diversas causas.

También existen aparatos sencillos de electroestimulación que se pueden adquirir en tiendas electrónicas y no son tan caros. Se trata de aparatos que constan de un controlador principal y varios electrodos, que se pegan a la parte del cuerpo incriminada que queremos estimular. Con el aparato se ajusta el método y la intensidad del masaje y la estimulación eléctrica (el número de funciones depende del tipo de aparato y de la demanda del paciente). Su uso es sencillo y, lo que es más importante, se pueden practicar en el entorno doméstico.

El principio de la estimulación eléctrica consiste en enviar los impulsos propios del cuerpo a través de diodos, es decir, los electrodos antes mencionados.
Los impulsos atraviesan la piel y los músculos hasta llegar a las terminaciones nerviosas.
Por ello, el paciente puede sentir un ligero hormigueo o la tensión y relajación de cada una de las partes musculares. El tratamiento no es doloroso.
El efecto es individual para cada persona. Pero hay que tener en cuenta que deben realizarse varios de estos masajes para lograr el éxito deseado.

Tabla con métodos de estimulación eléctrica

Estimulación eléctrica miálgica - EMS Neuroestimulación eléctrica transcutánea - TENS
Usos Utilizada principalmente en el entrenamiento deportivo y como complemento en la rehabilitación Se utiliza como método terapéutico para enfermedades neuromusculares
Principio de la ES estimulación eléctrica de músculos y partes musculares - ejercicio pasivo estimulación eléctrica de las terminaciones nerviosas de los músculos
Efecto final activación, relajación o fortalecimiento de los músculos sobreestimulación o bloqueo de la vía nerviosa causante del problema

Síndrome de las piernas inquietas y embarazo

La relación entre el síndrome de las piernas inquietas y el embarazo ya fue observada por Karl Alex Ekbon.

Algunos casos de síndrome de las piernas inquietas están estrechamente relacionados con el embarazo, especialmente en el último trimestre. En el tercer trimestre, las mujeres están más tensas, más estresadas, sufren trastornos del sueño, están agotadas e incluso deprimidas.

No es infrecuente que el síndrome de las piernas inquietas aparezca durante el embarazo. Además, las embarazadas padecen con mucha frecuencia carencias de hierro y magnesio, que son las causas probables de este trastorno, y también tienen recuentos más bajos de hemoglobina, hematocrito y glóbulos rojos.

Los problemas suelen terminar tras el parto, cuando la paciente y los niveles de algunas sustancias vuelven a la normalidad.

¿Padece el síndrome de las piernas inquietas y está esperando un bebé?

Si la afección está presente antes del embarazo, es de esperar y muy probable que los síntomas se intensifiquen durante el embarazo. Tras el parto, hay un 70% de probabilidades de que los síntomas vuelvan a remitir y, en algunos casos, el síndrome de las piernas inquietas puede incluso empeorar.

Las limitadas opciones de tratamiento para las mujeres embarazadas también son un problema. Aunque se han aprobado fármacos dopaminérgicos para el tratamiento de pacientes embarazadas, no hay mucha información sobre su efecto en el feto. Por lo tanto, la terapia en el embarazo debe ser considerada por cada madre individualmente, evaluando los pros y los contras, por supuesto en consulta con su médico tratante.

El riesgo también aumenta:

  • Complicaciones durante el embarazo
  • depresión prenatal
  • prolongación del propio parto
  • complicaciones durante el parto
  • necesidad de una cesárea
  • depresión posparto
  • trastorno de ansiedad generalizada
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Recursos interesantes

  • fmed.uniba. sk - Síndrome de las piernas inquietas
  • neurologiapreprax. sk - ¿Es el síndrome de las piernas inquietas una enfermedad independiente o un conjunto de síntomas condicionados por varias enfermedades?
  • neurologiepropraxi.cz - Enfermedades del sistema extrapiramidal
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