- Esperando un bebé: 2ª edición actualizada - Gregora Martin, Velemínský Jr. Miloš
- digilib.k.utb.cz
- uesa.sav.sk
- portal.jfmed.uniba.sk
- Mayoclinic.org - Placenta: cómo funciona, qué es normal
- pregnancybirthbaby.org.au - ¿Qué es la placenta?
- Laplacenta: Qué es y cómo funciona
¿Qué es la placenta, cuándo se forma y cuál es su función durante el embarazo?

La placenta (bolsa amniótica) tiene una gran influencia en el curso de todo el embarazo. Durante el embarazo, nutre al bebé para que pueda crecer bien, lo protege, respira por él y sustituye a todos los órganos que se desarrollan durante el desarrollo intrauterino. Es el vínculo entre la madre y el bebé.
Contenido del artículo
- ¿Cuándo y cómo se forma la placenta?
- ¿Para qué sirve la placenta?
- ¿Qué aspecto tiene la placenta y cuál es su forma?
- ¿Cambia de tamaño la placenta durante el embarazo?
- ¿Cuál es la función de la placenta?
- ¿Qué importancia tiene la placenta para el feto y el embarazo?
- ¿Cómo se examina la placenta?
- La placenta en la 2ª y 3ª fase del parto
- ¿Cuáles pueden ser las irregularidades de la placenta?
- Colocación irregular de la placenta
- Irregularidades placentarias
- Desprendimiento prematuro de placenta
- La placenta después del parto y su uso
- Cultura y rituales tras el alumbramiento de la placenta
La placenta (también conocida como saco amniótico o lecho amniótico) es un órgano que sólo se forma durante el embarazo. Se conecta al revestimiento uterino, uniendo así al feto y a la madre y formando un vínculo entre ambos. Su función afecta a todo el curso del embarazo: produce hormonas, protege al feto, lo nutre y sustituye a todos sus órganos.
¿Cuándo y cómo se forma la placenta y cuál es su finalidad? ¿Qué aspecto tiene, qué forma adopta y cómo cambia de tamaño durante el embarazo? ¿Cuál es su función y su importancia para el feto y el embarazo y en la 2ª y 3ª fase del parto? ¿Cuáles pueden ser sus irregularidades? La placenta después del parto, sus usos y costumbres culturales y rituales después del parto.
¿Cuándo y cómo se forma la placenta?
Las células del embrión se dividen en un embrioblasto y un trofoblasto antes de que el embrión haya anidado, hacia el día 4. El trofoblasto se desarrolla en la placenta, el cordón umbilical y la bolsa amniótica. Hacia el día 7, el trofoblasto está totalmente adherido a la pared uterina y empieza a producir hCG (gonadotropina coriónica humana).
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Tras anidar, se adhiere a la madre y así se produce el intercambio sanguíneo entre ella y el feto. Poco a poco, se inserta más en el revestimiento uterino y nutre al feto. A partir de la semana 12 de embarazo, ya es totalmente funcional.
La placenta se desarrolla con antelación en las primeras semanas para preparar todo lo necesario para el feto, que se desarrolla rápidamente.
¿Para qué sirve la placenta?
Forma una especie de barrera que protege al feto de influencias nocivas y de la penetración de sustancias nocivas. Sin embargo, no todas las sustancias nocivas pueden detenerla y algunas penetran en el feto.
Por eso, la futura madre debe tener cuidado con las drogas, el alcohol, la cafeína, los cigarrillos y otras sustancias nocivas. La nicotina es muy perjudicial y puede provocar trastornos del crecimiento en el feto. Las madres fumadoras suelen dar a luz bebés pequeños con bajo peso.
Hay un espacio entre las partes materna y fetal de la placenta por donde entra la sangre materna con oxígeno y nutrientes y lava las vellosidades coriónicas. De este modo, se intercambian nutrientes y gases. En los vasos sanguíneos del feto hay un flujo sanguíneo mixto, no está dividido en sangre oxigenada y desoxigenada como en un ser humano nacido.
La sangre materna y la fetal nunca se mezclan.
La placenta es un órgano que sólo se forma durante el embarazo. Conecta el feto con el cuerpo de la madre fijándose a la pared uterina. A través de ella, los nutrientes pasan de la sangre de la madre a la del feto, elimina las sustancias de desecho y permite el intercambio de gases.
¿Qué aspecto tiene la placenta y cuál es su forma?
Está formada por vellosidades coriónicas.
La placenta tiene dos caras. La cara interna (amniótica) de la placenta es brillante y está cubierta de membranas amnióticas. El cordón umbilical sobresale de la cara interna. La otra cara (materna) está adherida a la pared del útero.

Es plano y redondo, en forma de disco, aunque el tamaño y la forma varían en cada caso. Suele fijarse en la parte superior, lateral, anterior o posterior del útero y, en raras ocasiones, se deposita en la parte inferior.
Tiene un diámetro aproximado de 22 cm y un grosor de 2-2,5 cm. Pesa aproximadamente 500-600 g.
El color de la placenta es azul rojizo oscuro o tiene un tono violáceo. Está unida al feto por un cordón umbilical que suele medir 55-60 cm. Está compuesto por arterias y venas a través de las cuales se produce el intercambio sanguíneo entre la madre y el feto. La arteria transporta la sangre desoxigenada y las sustancias de desecho del cuerpo fetal a la placenta. La vena umbilical suministra al feto sangre oxigenada y nutrientes.
La placenta es más gruesa en la unión con el cordón umbilical, casi siempre en el centro.
¿Cambia de tamaño la placenta durante el embarazo?
La placenta crece junto con el feto y ocupa aproximadamente entre el 15 y el 30% de la superficie del útero. Durante el embarazo, aumenta de tamaño hasta la semana 26-38 y cambia de grosor. Se engrosa hasta aproximadamente los 8 meses de embarazo y empieza a adelgazarse antes del parto.
Puedes leer más sobre el embarazo y el desarrollo fetal en el artículo.
¿Cuál es la función de la placenta?
- Protectora: protege al feto de contaminantes, sustancias químicas, fármacos e infecciones.
- Nutritiva: garantiza el intercambio de gases y nutrientes entre la madre y el feto.
- Secretora: produce hormonas.
¿Qué importancia tiene la placenta para el feto y el embarazo?
No sólo es importante en la función de transporte entre la madre y el feto, donde se intercambian gases y nutrientes, sino también en otras muchas funciones. Garantiza el correcto desarrollo del feto y el progreso de un embarazo normal. También tiene una función endocrina destinada a la producción de hormonas y funciones inmunológicas, protectoras y termorreguladoras.
La tabla enumera las hormonas femeninas y las hormonas producidas por la placenta
hCG |
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Lactógeno |
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Estrógeno |
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Progesterona |
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El ajuste del sistema inmunitario de la madre es muy importante durante el embarazo para que el cuerpo de la madre pueda tolerar el embarazo y el feto pueda desarrollarse.
La placenta y el feto deben aceptarse, tolerarse y tratarse como si fueran suficientemente propios, pero también deben tratarse como si fueran distintos en cierta medida para garantizar la protección frente al ataque al feto por parte del sistema inmunitario de la madre.
¿Cómo se examina la placenta?
El examen se realiza mediante ecografía. Se observa su ajuste, forma y función. El riego sanguíneo de la placenta entre los fetos es muy importante. Se controla en el examen ecográfico, donde pueden detectarse alteraciones del flujo sanguíneo. Cuando el flujo sanguíneo disminuye, el feto intenta igualar el riego sanguíneo a otras partes de la placenta.
La placenta en la 2ª y 3ª fase del parto
Durante un embarazo normal, se deposita en la parte anterior, lateral o posterior del útero.
En la segunda fase del parto, desempeña un papel importante, ya que debe oxigenar al bebé durante las contracciones y la expulsión del feto del útero.
En el tercer periodo del parto, se produce el desprendimiento de la placenta, que es expulsada del útero. Normalmente, puede durar varias decenas de minutos. Tras el nacimiento del recién nacido, el útero se contrae. Las contracciones siguen produciéndose, pero ya no son dolorosas. A continuación, la placenta se desprende gradualmente de la pared uterina y, tras el último empujón de la madre, sale del útero junto con los sacos amnióticos.
Esto también se conoce como alumbramiento de la placenta. No es doloroso y muchas mujeres ni siquiera sienten su expulsión.
Tras la expulsión de la placenta, el obstetra la examinará minuciosamente y se asegurará de que no quedan trozos intactos adheridos a la pared uterina. Si el obstetra sospecha que queda algún trozo en el útero, se realiza una limpieza, un legrado bajo anestesia general.
Durante las 2 cuartas horas del parto, se vigila a la parturienta para comprobar si hay hemorragia uterina y su estado general. A continuación, se la traslada a la sala prenatal.
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¿Cuáles pueden ser las irregularidades de la placenta?
Las irregularidades en el desarrollo de la placenta pueden estar relacionadas con el tamaño, la forma, la estructura o la función. Puede tener diferentes formas, como un corazón, una herradura o estar formada por múltiples lóbulos: placenta biloba (dos lóbulos), triloba (tres lóbulos), multilobulada (múltiples lóbulos).
En el caso de partes de la placenta completamente separadas, dos, tres placentas, se trata de una placenta bipartita (placenta de dos partes), tripartita (placenta de tres partes).
La otra placenta, más pequeña, se denomina placenta succenturiata. Ambas están conectadas por vasos sanguíneos. En el momento del parto puede surgir un problema cuando la placenta principal es expulsada y la otra parte permanece en el útero.
Infarto placentario: pequeños trozos de tejido muerto que se ven en la placenta en forma de manchas pálidas, a veces rojas. Los infartos placentarios en pequeñas cantidades en el último trimestre son normales. Son frecuentes en la gestosis, la hipertensión o la diabetes. Si son en mayor cantidad, pueden provocar un deterioro de su función, lo que da lugar a un feto hipotrófico o incluso a necrosis fetal.
Por eso son muy importantes los controles en el ambulatorio ginecológico y la vigilancia del desarrollo fetal y del flujo sanguíneo.
Colocación irregular de la placenta
La placenta previa (lecho fetal incestuoso) es una localización y anidación anormales del óvulo. No aparece inmediatamente en el primer trimestre, sino como complicación en el 2º-3º trimestre del embarazo. En este caso, la placenta se localiza por encima del cuello uterino, en las inmediaciones del cuello uterino o en la parte inferior del útero.
Es una de las hemorragias más graves del 2º-3º trimestre. Existe un mayor riesgo de muerte fetal y materna debido a la hemorragia. Es más frecuente en mujeres mayores de 30 años.
La placenta previa se divide en 4 grados como se muestra en la tabla
1. | Placenta previa central |
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2. | Placenta previa parcial |
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3. | Placenta previa marginal |
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4. | Placenta de inserción baja |
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La placenta previa se produce en 5 de cada 1.000 nacimientos. Los bebés que nacen con esta colocación de la placenta tienen más probabilidades de nacer con un peso inferior.
La manifestación es una hemorragia vaginal, que se produce de forma repentina, sin síntomas, en el segundo o tercer trimestre, con mayor frecuencia en la semana 27 a 32 del embarazo. La sangre suele ser de color rojo brillante. La aparición de la hemorragia no es significativa y no pone en peligro la vida de la madre ni del feto, y suele detenerse espontáneamente.
Las hemorragias graves se producen con sangrados repetidos.
Por lo tanto, siempre es necesario informar al ginecólogo si se observa sangrado por los genitales. Las futuras madres deben ser vigiladas de cerca y supervisadas por atención médica.
El examen de la placenta previa sangrante nunca se realiza por vía vaginal o rectal, sino en el quirófano, donde se practica una cesárea inmediata.
Hoy en día, cuando se confirma la placenta previa y ya han comenzado las complicaciones, se recomienda la hospitalización de la embarazada, para un mejor control y evitar complicaciones. El tratamiento consiste en medicación, reposo en cama y espera hasta que el feto sea viable. La hospitalización es importante para una intervención inmediata y para eliminar los riesgos asociados a la muerte.
Las mujeres en casa con diagnóstico de placenta previa deben evitar las relaciones sexuales.
Irregularidades placentarias
La placenta adherente es una placenta más firmemente adherida al útero. Es más difícil de desprender durante el parto. A veces es necesaria la lisis manual (extracción con la mano).
La placenta accreta (placenta unida) supone un crecimiento profundo en el útero, desde un crecimiento más ligero hasta un crecimiento general en la musculatura uterina hasta los órganos circundantes. No presenta dificultades durante el embarazo.
Sin embargo, si la placenta está encarnada, la mujer corre el riesgo de sangrar durante su extracción. Es más difícil desprenderla, lo que puede llevar más de 30 minutos. En los casos de placenta encarnada leve, se realiza un desprendimiento manual, una lisis manual de la placenta de la pared uterina. En los casos de placenta encarnada grave, se realiza una intervención quirúrgica para detener la hemorragia. Si está completamente encarnada, es necesaria una histerectomía (extirpación del útero).
Durante el embarazo, la placenta accreta es más difícil de diagnosticar. Si ya se ha confirmado que está hipertrofiada, se planifica una cesárea.
Desprendimiento prematuro de placenta
El desprendimiento prematuro de placenta, abruptio placentae praecox, se produce en el 1% de los partos. Puede estar causado por gestosis con cardiopatías y nefropatías, hipertensión arterial o traumatismos en el abdomen. Durante el parto, puede desencadenarse por un cordón umbilical demasiado corto y, con la tracción posterior, comienza a desprenderse.
La separación puede ser parcial o incluso completa. En las separaciones leves y hemorragias subsiguientes, puede no haber síntomas ni en la madre ni en el feto. En las formas graves, casi siempre tras un traumatismo, hay signos de shock, como palidez, pulso filiforme o tensión arterial baja. El útero duele y está tenso. El tratamiento se basa en el tamaño de la separación placentaria, y se trata con medicación, reposo en cama, hielo en el abdomen, que detiene la hemorragia. En las formas más graves, se practica una cesárea.
Insuficiencia de la placenta significa que la placenta tiene una función reducida, actividad insuficiente y no es capaz de abastecer adecuadamente al feto. Se produce en la gestosis tardía, la transferencia del feto, la diabetes mellitus, en violación de su parte. Se manifiesta por un cambio en los sonidos cardíacos fetales, aumento de los movimientos fetales. En el examen del líquido amniótico, el agua es de color verdoso, turbio.
La placenta después del parto y su uso
En la actualidad, se sigue estudiando la acción de las células madre de la placenta y su efecto en el tratamiento del cáncer, los órganos dañados y su amplia utilización por su efecto curativo. Existen varias formas de procesar la placenta. Hoy en día, es posible elaborar comprimidos que contienen sustancias nutritivas.
El objetivo es aliviar la depresión posparto y mejorar la producción de leche.
Algunas madres incluso se comen la placenta. Preparan platos con ella, utilizan la placenta seca, por ejemplo, en sopas como caldo o preparan un cóctel de placenta. También se elaboran diversas tinturas o esencias para la madre y el bebé.
La industria cosmética también es consciente de sus efectos beneficiosos. Utiliza la placenta para diversos preparados cutáneos y cremas para un aspecto más joven de la piel, que tiene efectos increíbles por sus capacidades regeneradoras. También se emplea para la elaboración de productos contra la caída del cabello y bálsamos labiales.
Cultura y rituales tras el alumbramiento de la placenta
En diferentes culturas, se ha tratado según rituales o supersticiones.
En algunas culturas populares, la placenta también se consideraba un agente curativo, sobre todo para los primogénitos. Se frotaba sobre las marcas de nacimiento de los recién nacidos para que palidecieran, y las mujeres la utilizaban como embellecedor. También era costumbre enterrarla en el jardín o sepultarla en el estercolero. A veces se quemaba en un paño blanco para protegerla de cualquier cosa mala.
Los mayas consideraban la placenta como el hermano menor del recién nacido, por lo que la envolvían en hojas de plátano y acudían temprano por la mañana a enterrarla en la selva, en un lugar secreto que sólo conocía el hombre. Éste cavaba una fosa para depositarla, la cubría con ceniza y colocaba granos de maíz encima. Después enterraba la fosa con tierra. Los mayas realizaban este ritual para que el dios de la muerte no se comiera el alma del niño y perjudicara a los padres.
Los judíos ortodoxos no tenían rituales especiales asociados al nacimiento de un niño. Sus creencias no permitían utilizar partes de tejido humano, por lo que la placenta no se utilizaba para nada. Sólo se utilizaba en la muerte de un recién nacido, cuando se enterraba con el bebé.
En el Tíbet, la placenta con el cordón umbilical era una parte importante del ritual. Primero la examinaba un astrólogo para determinar el día apropiado para enterrarla. Se envolvía en tela y se enterraba profundamente en la tierra en un lugar designado por el padre del recién nacido para que los animales no la desenterraran. Este ritual era una expresión de respeto para toda la familia.
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