¿Qué es la conización cervical y cómo se realiza? Recuperación y embarazo

¿Qué es la conización cervical y cómo se realiza? Recuperación y embarazo
Fuente de la foto: Getty images

La enfermedad cervical puede ser una indicación para la cirugía: la conización. ¿Cómo se desarrolla la cirugía y la recuperación posterior? ¿Qué riesgos puede conllevar la conización cervical?

La conización cervical es un procedimiento quirúrgico que elimina el tejido cervical anormal. ¿Qué causa los cambios no deseados en el cuello uterino? ¿Cuándo es necesario el procedimiento y cuáles son los riesgos?

El cuello uterino en pocas palabras

El cuello uterino es una formación circular convexa situada entre el útero y la trompa vaginal. Un canal estrecho atraviesa el cuello uterino y forma una abertura hacia el útero.

Durante la menstruación, el canal cervical se abre ligeramente para permitir que la sangre pase del útero a la vagina, pero no en sentido contrario.

Al mismo tiempo, el cuello uterino permite el paso de los espermatozoides masculinos hacia el óvulo. El moco cervical producido por el cuello uterino desempeña un papel importante en la ovulación y el embarazo. También recibe el apodo de moco fértil porque mejora la permeabilidad y longevidad de los espermatozoides masculinos.

Posteriormente, durante el embarazo, el cuello del útero se cierra y se llena de más secreción, lo que cierra el canal del parto y protege al feto de las infecciones del entorno exterior.

En el embarazo, sirve para proteger al bebé de un parto prematuro y, al mismo tiempo, al abrirse en el momento adecuado, permite el parto por las vías naturales de la mujer.

La base de la prevención de la salud del cuello uterino es un examen preventivo periódico realizado por un ginecólogo. El cuello uterino puede verse amenazado por un proceso inflamatorio, un pólipo, un fibroma, una enfermedad de transmisión sexual o un carcinoma.

La indicación de la conización es principalmente la enfermedad cervical con VPH.

Sistema reproductor femenino
Aparato reproductor femenino: ovarios, endometrio, vagina, cuello uterino, miometrio, ligamento del ovario, fimbria, trompa uterina, fondo del útero, cavidad uterina Fuente: Getty Images

Virus del VPH

El virus del papiloma humano (VPH) es un virus común que se transmite a través de la piel y por contacto sexual interpersonal. Hasta el 80% de la población de mujeres y hombres estará expuesta repetidamente al VPH a lo largo de su vida.

En aproximadamente el 20% de los casos de infección por VPH, la enfermedad puede llegar a ser mortal, por lo que se recomienda un diagnóstico y tratamiento precoces por un especialista.

El virus del papiloma humano VPH es la causa de más del 95% de los cánceres de cuello uterino.

La clave de la prevención del VPH es un sistema inmunitario fuerte, la abstinencia sexual, un estilo de vida no discreto, protección sexual, exámenes ginecológicos periódicos y la vacunación contra el VPH.

La vacuna contra el VPH debe administrarse antes de que la mujer empiece a mantener relaciones sexuales. Sin embargo, las mujeres que ya han mantenido relaciones sexuales también pueden vacunarse contra el VPH. Se recomienda consultar a un ginecólogo.

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Vacunación contra el VPH
Vacunación contra el VPH. Fuente: Getty Images

Diagnóstico del VPH en el cuello uterino

La presencia del virus del cuello uterino VPH puede detectarse a partir de un frotis citológico tomado directamente del cuello uterino de la paciente con un cepillo especial. El frotis citológico del cuello uterino forma parte de un examen preventivo realizado por un ginecólogo.

El examen citológico ayuda a detectar si hay cambios no deseados en el cuello uterino. En la mayoría de los casos, aparecen antes de que la mujer desarrolle los primeros síntomas. El examen puede resultar ligeramente incómodo, pero no es doloroso.

El examen propiamente dicho de la muestra se realiza en el laboratorio al que se haya enviado el frotis.

La prevención regular por parte de un ginecólogo previene los cambios anormales en el cuello uterino, las fases precancerosas y el desarrollo del cáncer.

Cambios anormales en el cuello uterino

El tejido del cuello uterino puede sufrir alteraciones y no tratarse inmediatamente de un cáncer de cuello uterino.

Existe un baremo profesional para estos cambios anormales, que determina si se trata de cambios benignos para los que basta con un seguimiento ambulatorio regular y ciertas modificaciones del estilo de vida.

Por el contrario, en algunos casos, es necesaria una intervención quirúrgica para extirpar el tejido cervical alterado. Cuando se sospecha una conización cervical, suele realizarse como medida preventiva para evitar que los cambios cervicales se conviertan en una enfermedad más grave.

En muchos casos, no se trata directamente de un cáncer de cuello uterino, sino de cambios precancerosos denominados displasia cervical, que es la presencia de células anormales en el revestimiento del cuello uterino.

Profesionalmente, estos cambios precancerosos del cuello uterino se denominan neoplasia intraepitelial cervical - NIC.

Existen 3 tipos de displasia cervical según el grosor (parte) de la mucosa afectada por esta enfermedad:

  • displasia leve CIN 1
  • displasia moderada CIN 2
  • displasia grave NIC 3

La NIC 2 y, sobre todo, la NIC 3 tienen una alta probabilidad de desarrollar posteriormente un cáncer de cuello uterino, por lo que es necesaria una intervención quirúrgica (conización) para extirpar la parte afectada del tejido cervical.

El desarrollo final del cáncer de cuello uterino es un proceso que consta de varias etapas. En el proceso de transformación de una célula normal en una célula cancerosa, es crucial la infección de las células de la capa más profunda de la mucosa cervical.

Calambres uterinos
El cuello uterino: estado fisiológico y cambios anormales en el tejido cervical. Fuente: Getty Images

En la mayoría de los casos, la mujer no experimenta los síntomas iniciales y sólo se entera del cambio en el cuello uterino tras una citología realizada por un ginecólogo.

Sin embargo, en fases más avanzadas, puede notar síntomas específicos:

  • Sangrado menstrual abundante
  • Sangrado débil fuera de ciclo
  • Fase menstrual prolongada
  • Relaciones sexuales dolorosas
  • Dolor en el bajo vientre y la pelvis
  • Flujo vaginal inusual
  • Olor desagradable

Prevención de cambios cervicales anormales

La prevención de la infección por el VPH y de la formación de células anormales en la mucosa cervical consiste en la eliminación de la infección por el VPH, por lo que es fundamental mantener relaciones sexuales protegidas contra las enfermedades de transmisión sexual.

Prevención de la salud cervical

  • Un sistema inmunitario y una inmunidad fuertes
  • Estilo de vida saludable
  • Ausencia de promiscuidad
  • Protección sexual
  • Vacunación contra el VPH
  • Buena higiene íntima
  • Revisiones ginecológicas preventivas
  • Eliminación de la inflamación uroginecológica
  • Limitación del consumo de tabaco

Conización cervical

La conización cervical es una intervención quirúrgica breve y habitual en la que se extirpa el tejido anormal no deseado que recubre el cuello uterino.

El procedimiento se utiliza principalmente para eliminar los cambios precancerosos del cuello uterino causados por el desarrollo del VPH.

La conización consiste en extirpar el tejido anormal en forma de cono imaginario. El tamaño del cono viene determinado por la extensión y profundidad de las alteraciones del tejido cervical. Realizada de forma adecuada y cuidadosa, la conización elimina las células infectadas por el VPH y deja el tejido cervical sano.

Dejar la mayor cantidad posible de tejido sano es importante para el futuro embarazo de la paciente, ya que el cuello uterino debe ser lo suficientemente firme como para no poner en peligro al bebé por aflojamiento y parto prematuro.

La intervención quirúrgica suele realizarse bajo anestesia general (después de dormir a la paciente) o, con menor frecuencia, bajo anestesia local (adormecimiento de una parte del cuerpo). Antes de la intervención quirúrgica, es necesario realizar un examen preoperatorio interno.

Actualmente, el procedimiento de conización cervical puede realizarse de diferentes maneras: con bisturí, láser, LEEP o crioterapia.

En el LEEP (procedimiento de electroexcisión con asa), se utiliza una pequeña pieza de mano de alambre especial para eliminar el tejido infectado modificado y una corriente eléctrica de bajo voltaje para eliminar el tejido cervical anormal.

En el LEEP, el cono se extirpa eléctricamente. La acción de la corriente eléctrica también detiene la hemorragia de la herida resultante.

Actualmente es el método más utilizado. Se emplea para tratar alteraciones cervicales más y menos graves. La ventaja de este método es su idoneidad para mujeres que planean un embarazo en el futuro.

El procedimiento LEEP suele realizarse con anestesia de corta duración y la paciente se va a casa el mismo día de la intervención.

La conización con láser se basa en el uso de un láser instrumentado que vaporiza (elimina) el tejido cervical alterado y dañado. La paciente se va a casa el mismo día de la intervención.

La conización con bisturí es adecuada si el tejido dañado se extiende a gran altura y más profundamente en el canal cervical. Sin embargo, este método es desventajoso si la mujer planea quedarse embarazada en el futuro. La paciente permanece hospitalizada varios días tras la intervención.

La crioterapia es un método que utiliza el efecto del frío en forma de nitrógeno líquido. El tejido se congela y así se elimina. Se utiliza principalmente para alteraciones menos graves, pero requiere un largo tiempo de cicatrización, por lo que rara vez se utiliza.

Conización cervical con bisturí
Conización del cuello uterino con un bisturí y eliminación del tejido infectado en forma de cono - un cono. Fuente: Getty Images

Recuperación tras la intervención

Debido a la naturaleza rutinaria de la intervención y al uso de métodos quirúrgicos modernos, la recuperación tras la conización cervical es relativamente rápida y sin complicaciones.

Tras la intervención, el cuello uterino tarda aproximadamente 6 semanas en cicatrizar. Durante el periodo de recuperación, es aconsejable limitar la actividad física excesiva y el estrés físico y mental del cuerpo.

No se recomienda bañarse, mantener relaciones sexuales, utilizar tampones vaginales ni aplicar otros objetos per vaginam después de la intervención.

Es posible la presencia de sangrado leve o manchado postoperatorio. Si la mujer sangra levemente, puede utilizar compresas menstruales, pero no tampones vaginales.

No se recomienda acudir a piscinas, saunas o centros de bienestar, donde existe un mayor riesgo de infección; lo adecuado es ducharse en casa.

Si el sangrado postoperatorio es más abundante que el de la menstruación, se presenta una temperatura elevada o la mujer nota un flujo de olor inusualmente fétido, debe acudir al médico.

En algunos casos, los cambios precancerosos pueden reaparecer y recurrir tras la intervención, por lo que el postoperatorio requiere un seguimiento ambulatorio regular.

Entre las complicaciones poco frecuentes se encuentra la aparición de hemorragias vaginales abundantes durante la intervención o en el corto periodo postoperatorio.

La aparición de complicaciones postoperatorias inflamatorias es igualmente rara y requiere un tratamiento farmacológico posterior en forma de antibióticos. En muy raras ocasiones, pueden producirse lesiones en los órganos circundantes.

Conización cervical y embarazo

El cuello uterino tiene la función de soportar el peso del útero en crecimiento durante el embarazo, por lo que su estado y resistencia son muy importantes. El cuello uterino se utiliza principalmente en la segunda mitad del embarazo, cuando sirve de cierre funcional del útero y mantiene la posición del feto en el útero.

Posteriormente, en el momento del parto, el cuello uterino debe abrirse y dilatarse lo suficiente para permitir el paso del recién nacido.

Por ello, antes de la intervención es necesario consultar la salud del cuello uterino con el ginecólogo y el cirujano, que informarán a la paciente sobre los posibles riesgos y complicaciones postoperatorios.

La función y el estado del cuello uterino dependen de la cantidad de tejido extirpado y del procedimiento quirúrgico elegido.

Una conización realizada correctamente y con suavidad para eliminar los cambios precancerosos no significa automáticamente que sea difícil o imposible concebir, pero es necesario consultar con un ginecólogo y un cirujano.

Tras el procedimiento de conización, se recomienda un intervalo de al menos seis meses entre la conización y el embarazo.

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Recursos interesantes

  • ROZTOČIL, Aleš y Pavel BARTOŠ. Ginecología Moderna. Praga: Grada, 2011. ISBN 978-80-247-2832-2
  • healthline.com - Displasia cervical: causas, factores de riesgo, diagnóstico y más. Healthline. Jaime Herndon
  • nierakovine. sk - Síntomas, diagnóstico y tratamiento del cáncer de cuello de útero. No al cáncer
  • emedicine.medscape.com - Conización del cuello uterino. MedScape. Istvan Nyirjesy
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