Prueba nuestra receta: tarta de queso sana y rápida sin gluten ni lactosa

Prueba nuestra receta: tarta de queso sana y rápida sin gluten ni lactosa
Fuente de la foto: Getty images

La tarta de queso es una tarta sana y sabrosa para golosos exigentes. No en vano es una de las recetas dulces más populares. Es adecuada para deportistas activos, pero también la pueden disfrutar personas que siguen diversas dietas. Se prepara sin lactosa, sin gluten y sin huevo, y es muy variada, por lo que incluso los pasteleros novatos pueden con ella.

Dificultad Baja
Preparación 35 minutos + endurecimiento
Raciones Aproximadamente 12 raciones

Nuestra tarta de queso es un postre estupendo para después de comer con café, pero también es buena para el desayuno o la cena.

También es apta para celíacos.

En verano combina bien con fresas, frambuesas, arándanos o cerezas, pero también se puede disfrutar en invierno con fruta al gusto.

La avena es la base del corpus de la receta. Todos la conocemos, no a todo el mundo le gusta. Sin embargo, contiene muchos beneficios para la salud que no deben pasarse por alto.

En esta receta, ni te enterarás de que forman el corpus. Están bien disimulados y su sabor no te molestará ni se notará.

Se componen de vitaminas B1, B2, B3 y B6, E, K. Otras sustancias son proteínas, potasio, fósforo, magnesio, ácido pantoténico y fólico, manganeso, cobre, hidratos de carbono, sodio, calcio, fibra, zinc, hierro.

Sus efectos beneficiosos están especialmente relacionados con nuestra digestión, la favorecen y la ayudan con el peristaltismo. Sus sustancias benefician el revestimiento de los intestinos, el estómago.

Pueden consumirlas las personas con problemas de hemorroides, a las que ayudan a defecar sin dolor.

Además, no sobrecargan nuestro sistema circulatorio y eliminan el colesterol o equilibran la tensión arterial.

Curiosamente, también contienen antioxidantes. Gracias a ellos, nuestro organismo lucha contra las sustancias cancerígenas y nocivas, y nos protegen del envejecimiento prematuro.

Comiendo avena con regularidad, podemos incluso favorecer un buen inicio de nuestro metabolismo.

La harina de almendras es una gran fuente de fibra, grasas buenas, vitaminas y nutrientes saludables.

Es uno de los tipos de frutos secos más saludables. No en vano han sido una materia prima tan valiosa durante miles de años antes que nosotros.

Fueron las almendras las que se encontraron en la tumba quizá más famosa de Tutankamón.

Gracias a su rica composición, tienen un efecto beneficioso sobre nuestros sistemas digestivo y circulatorio.

Además de reducir nuestro peso, también disminuyen el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Deben consumirlas en la dosis diaria recomendada las personas con riesgo de padecer tensión arterial y las que desarrollan diabetes.

También nos ayudarán a mantener una piel sana y bonita, que debe estar hidratada después de consumirlas, y acelerarán la cicatrización de la piel cuando esté dañada o inflamada.

Aunque utilicemos la miel con moderación en nuestra receta, no podemos dejar de lado algunos de sus grandes efectos sobre nuestra salud.

Todos hemos oído hablar de la miel como oro líquido, milagro curativo y elixir de la vida. De hecho, también la clasificamos como superalimento.

Ayuda a mejorar nuestra salud tratando las úlceras y los problemas digestivos, el cáncer, las enfermedades cardiacas y la tensión arterial.

Favorece un mejor sueño, refuerza el sistema inmunitario y cura las heridas. Gracias a su composición, favorece la mente y mejora la memoria.

¿Qué necesitas para preparar tarta de queso sin gluten y sin lactosa?

Ingredientes:

  • Copos de avena
  • harina de almendras
  • miel
  • aceite de coco
  • 200 g de requesón sin lactosa (también puede utilizar 180 g o 250 g)
  • 200 g de requesón sin lactosa
  • 250 g de mascarpone vegano
  • extracto de vainilla
  • fruta de temporada del huerto o al gusto

Receta

1. Triturar la avena y mezclarla con la harina de almendras, la miel y el aceite de coco derretido hasta obtener una masa espesa.

2. Extender la masa en una capa uniforme en el fondo del molde. Se puede congelar la tarta en el congelador mientras se prepara el relleno para que quede más firme.

Elige copos de avena de buena calidad para asegurarte de que no están contaminados con gluten.

3. Bate el requesón blando con la ricotta, el mascarpone, la miel y el extracto de vainilla.

Si te preocupa que el relleno no mantenga su forma, no dudes en añadir la gelatina. Normalmente se mantiene sin ella, aunque depende de la densidad del requesón y la ricotta.

4. Vierte la crema lisa y dura sobre la tarta congelada preparada y refrigera.

Lo mejor es dejar la tarta de queso en el frigorífico toda la noche, para que cuaje bien.

5. Antes de servir, se puede decorar con fruta según el gusto o la temporada. Está deliciosa con fresas dulces, frambuesas o incluso arándanos menos dulces y otras bayas.

¡Que aproveche!

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