La envoltura ayudará eficazmente a reducir la fiebre. ¿Sabes cómo hacerlo correctamente?

La envoltura ayudará eficazmente a reducir la fiebre. ¿Sabes cómo hacerlo correctamente?
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La fiebre, sobre todo en los niños, puede ser una verdadera preocupación para los padres. La fiebre no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma. Pero si sobrepasa ciertos umbrales, conviene saber cómo tratarla. Los paños son una ayuda probada, pero hay ciertas reglas que seguir.

La fiebre es uno de los síntomas inespecíficos de una enfermedad concreta. Se trata de un mecanismo de defensa en el que se moviliza el sistema inmunitario y se activan numerosos procesos de protección. Al mismo tiempo, empeoran las condiciones para el crecimiento y la multiplicación de los microorganismos patógenos.

También se puede encontrar información interesante en el artículo sobre la temperatura.

¿Cuándo es peligrosa la temperatura?

Si la temperatura corporal supera los 38,5 °C o se acerca a los 40 °C, tiene un efecto negativo en el organismo. Es especialmente estresante para los sistemas cardiovascular y nervioso, y existe riesgo de pérdida de conocimiento o convulsiones febriles.

El mecanismo de las convulsiones febriles aún no se conoce del todo. Se trata de sacudidas de los músculos y las extremidades, acompañadas de una alteración de la conciencia. A menudo se observa una ligera coloración azulada de la piel, que se debe a una alteración transitoria de la respiración.

Lo más frecuente es que se produzcan con un aumento brusco de la temperatura. Estas convulsiones no dejan alteraciones neurológicas y suelen remitir sin secuelas.

Valores de temperatura corporal

Valor en grados Celsius Nombre técnico Descripción
35,9-36,9 normotermia temperatura corporal normal
37-38 subfebril temperatura corporal elevada
38,1-40 febril fiebre
40-42 sobrecalentamiento del organismo hiperpirexia

La temperatura de los niños menores de dos años se mide con mayor precisión en el recto. No obstante, hay que asegurarse de restar 0,5 grados centígrados a la lectura.

Si la temperatura supera los 38,5 grados centígrados, o si no hay tiempo para esperar a que la medicación haga efecto, se puede ayudar al enfermo utilizando métodos físicos para bajar la temperatura. Entre las opciones se incluyen frotar con un paño húmedo, compresas tibias, envolturas o duchas de agua tibia.

Cómo hacer envolturas correctamente

Las envolturas son una forma eficaz de reducir la fiebre tanto en niños como en adultos. El principio es evaporar el agua de la superficie del cuerpo, enfriándolo al mismo tiempo.

Prepara lo siguiente para las envolturas

  • un cojín impermeable o un cambiador
  • una toalla o pañal de algodón
  • un termómetro de agua

Cómo hacer la envoltura:

  • Comprueba la temperatura de la habitación, debe estar entre 20 y 24 grados centígrados.
  • pon un cojín impermeable sobre la cama
  • empapa la toalla en agua a unos 22 o 25 grados y escúrrela
  • el paño debe estar fresco pero no demasiado húmedo
  • extiende la toalla sobre la colchoneta para tumbar al bebé y envuélvele con ella todo el torso, desde los brazos hasta los muslos
  • no cubras al bebé después
    • de lo contrario, el calor radiante no sería tan eficaz

Acércate al bebé con calma en todo momento. Los bebés perciben rápidamente el nerviosismo y se inquietan y estresan.

Puede dejar la envoltura puesta durante unos 10-15 minutos.

Después, séquelo, vístalo con ropa ligera y déjelo descansar. Recuerde ofrecerle líquidos.

Tómele la temperatura y repita la envoltura según sea necesario. Sin embargo, no se recomienda hacer la envoltura con demasiada frecuencia. Si no se consigue bajar la temperatura incluso después de repetidas envolturas, busque ayuda médica.

En el caso de los niños pequeños, suele bastar con una envoltura torácica.

Esta forma de bajar la temperatura alta puede utilizarse en cualquier estado febril. Sin embargo, existe el riesgo potencial de enfriar el cuerpo demasiado deprisa. Cuando la superficie de la piel se enfría de repente, reacciona mediante la llamada vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos). La circulación se centraliza, el riego sanguíneo a las partes periféricas del cuerpo se ve afectado y el paciente tiene escalofríos y sensación de frío.

No realice nunca una envoltura si el paciente tiene las extremidades frías y sensación de escalofrío o escalofríos. Asimismo, interrumpa el enfriamiento si el paciente tiene las extremidades frías o la piel marmórea.

Una alternativa a las envolturas es una ducha corta con agua tibia, preferible sobre todo en niños mayores y adultos. Tras la ducha, es necesario secar rápidamente al paciente y cubrirlo con una manta seca.

Otra opción es tomar un baño en agua a 29 o 32 grados centígrados o frotar el cuerpo con un paño húmedo. Se debe frotar todo el cuerpo durante 10 o 15 minutos. El paño se seca rápidamente y es necesario empaparlo varias veces.

Por supuesto, debe comprobarse repetidamente la temperatura del paciente, pero también hay que asegurarse de que la habitación esté a una temperatura adecuada, que debe ser de unos 24 grados centígrados.

Madre lavando a su bebé en un baño de esponja
Una alternativa adecuada al enfriamiento físico es un baño de agua tibia. Foto: Getty Images

No es aconsejable bajar físicamente la temperatura en caso de escalofríos o extremidades frías. En ese caso, la temperatura suele subir. El paciente siente frío y resulta útil un ambiente cálido o una manta.

¿Qué pensar en caso de fiebre?

Es preferible llevar ropa ligera y aireada. Esto favorecerá el descenso de la temperatura por irradiación y sudoración. La prescripción de las abuelas, como cubrirse con una manta gruesa y sudar, no es del todo adecuada. Los niños más pequeños, en particular, aún no han desarrollado la termorregulación, por lo que corren el riesgo de sobrecalentarse.

Por supuesto, el reposo en cama y una ingesta adecuada de líquidos son esenciales. Sin una hidratación adecuada, los esfuerzos por reducir la sudoración y la temperatura mediante medicación podrían resultar infructuosos o incluso peligrosos.

¿Cuándo utilizar medicación?

No se recomienda bajar la temperatura mediante medicación antes de que la temperatura supere los 38 grados centígrados.

Una temperatura elevada es un síntoma inespecífico y representa el mecanismo de defensa del organismo.

Cuando el cuadro ya requiere intervención farmacéutica, el fármaco de primera elección es el paracetamol, que puede repetirse cada 6 horas. Puede combinarse con ibuprofeno de forma alterna según sea necesario, administrándose como máximo cada 8 horas.

Lea más sobre el tratamiento de la fiebre y la fiebre en el artículo de la revista sobre la gripe.

Niño tumbado cubierto con una manta fina con un termómetro.
Controle regularmente al niño con temperatura elevada y póngase en contacto con el médico en caso de duda. Foto: Getty Images

Si tiene fiebre por encima de 40 grados centígrados y no le baja ni con compresas ni con medicación, acuda al médico. Igualmente si tiene alguna duda.

Cataplasmas y envolturas varias

A menudo nos encontramos con diversos consejos, sobre todo por parte de las generaciones mayores. A menudo oímos consejos sobre poner patatas u otras verduras en determinadas partes y en todo el cuerpo. Sin embargo, los médicos no recomiendan estos métodos. Tampoco recomiendan compresas frías en la frente o sudar bajo una manta gruesa. Todas estas acciones son ineficaces.

Al contrario, pueden provocar un choque térmico o un peligroso sobrecalentamiento del organismo.

El sol o el calor como causa de la fiebre

Las causas de la fiebre pueden ser diversas. Sobre todo en los niños más pequeños, es fácil que se produzca un sobrecalentamiento. Los niños pequeños aún no tienen suficientemente desarrollada la termorregulación, por lo que, en un ambiente demasiado caluroso o con ropa inadecuada, pueden producirse daños en el organismo.

Por supuesto, el sol y el calor del verano en particular, o viajar en un coche sin aire acondicionado, son un riesgo. Pero incluso en los meses más fríos, en determinadas circunstancias, existe el riesgo de que se produzca este problema.

También puede interesarte este artículo sobre los resfriados de verano, donde también puedes aprender sobre el choque térmico o sobrecalentamiento.

La conclusión es que también se puede controlar una fiebre de este tipo con la ayuda de envolturas realizadas correctamente. Sin embargo, siempre es importante observar al paciente y, sobre todo, al niño después de la envoltura o buscar otras posibles causas del aumento de temperatura.

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