La bilis y la vesícula biliar: ¿cuáles son sus funciones? La formación de la bilis y cómo mantener la salud?

La bilis y la vesícula biliar: ¿cuáles son sus funciones? La formación de la bilis y cómo mantener la salud?
Fuente de la foto: Getty images

La vesícula biliar es un pequeño órgano hueco en forma de pera.

Algunas personas creen erróneamente que la bilis se forma en la vesícula biliar. Sin embargo, esto no es cierto. La bilis sólo se almacena y se espesa en la vesícula biliar. Para más información sobre las funciones y la importancia de la vesícula biliar y la bilis, consulte este artículo.

La vesícula biliar, junto con los conductos biliares y los conductos de la vesícula biliar y el páncreas, forman los llamados conductos biliares, que también se denominan árbol biliar.

El árbol biliar es una maraña de conductos situados en el hígado, procedentes de la vesícula biliar y el páncreas, que desembocan en el intestino delgado en una zona denominada duodeno.

Los conductos biliares se dividen según su localización en intrahepáticos (dentro del hígado) y extrahepáticos (fuera del hígado).

La vesícula biliar se encuentra debajo del hígado, en el cuadrante superior derecho del abdomen, unida a la superficie inferior del hígado en la fosa vesicular y forma parte del sistema biliar extrahepático.

Vista anatómica - modelo - aparato digestivo, hígado, vesícula biliar, sistema digestivo
La figura muestra la ubicación de la vesícula biliar (vesícula verde) en relación con los órganos circundantes. Fuente: Getty Images

¿Qué funciones importantes tiene la bilis en nuestro organismo?

Su función principal es facilitar la digestión y absorción de las grasas. Para que las grasas de los alimentos ingeridos puedan ser absorbidas y utilizadas, deben ser emulsionadas, lo que aumenta su solubilidad y las hace más accesibles a las lipasas, las enzimas que digieren las grasas.

La bilis es un fluido de color amarillo-marrón a amarillo-verdoso que se forma en el hígado. Hasta el 82% de la bilis es agua y electrolitos. Tiene propiedades alcalinas, un pH más alto, lo que la hace ligeramente básica. El componente central de la bilis son las sales minerales (12%), que son clave en la emulsificación de las grasas.

La bilis tiene otra función importante: puede neutralizar el contenido procedente del estómago, donde los alimentos se digieren en un medio fuertemente ácido con la ayuda del ácido clorhídrico.

Esta digestión pasa al intestino delgado, cuya mucosa es más sensible al medio ácido que la mucosa resistente del estómago.

¿Dónde se forma la bilis?

Nuestro cuerpo produce entre 500 y 750 mililitros de bilis al día.

Es uno de los pocos fluidos corporales que se forman a diario, por lo que no hay que subestimar su consumo diario. El agua que ingerimos es transformada por nuestro organismo en valiosos fluidos.

La bilis se forma en las células del hígado, llamadas hepatocitos. Entre cada célula hay finos conductos biliares que forman una maraña de conductos biliares por todo el hígado.

Estos conductos biliares segregan sustancias como lecitina, sales biliares conjugadas, hormonas, colesterol y bilirrubina. El colesterol segregado en la bilis elimina la mayor parte del colesterol del organismo.

A partir de estas sustancias se forma, mediante complejos procesos químicos, la bilis resultante, que se transporta a la vesícula biliar, donde se espesa y espera su oportunidad para ser expulsada al intestino delgado.

El componente más valioso de la bilis son los ácidos biliares, por lo que el organismo los recicla. En el intestino, se reabsorben y se absorben en la vena porta, que lleva la sangre del intestino al hígado.

En los hepatocitos, los ácidos biliares se reutilizan para producir bilis. Sólo el 5% de los ácidos biliares se excretan por las heces.

La bilis debe tener un ritmo preciso... ¿Quién la controla?

Ya sabemos que la bilis se forma en el hígado, donde luego se almacena y concentra en la vesícula biliar.

A medida que los alimentos pasan del estómago al intestino delgado, la vesícula biliar libera bilis para facilitar la digestión de las grasas insolubles. Es esta estimulación del intestino delgado por los alimentos grasos y las proteínas lo que hace que la vesícula biliar vacíe bilis en el duodeno.

En el revestimiento del intestino delgado y el yeyuno hay unas células enteroendocrinas especiales llamadas células I. Cuando estas células detectan la presencia de ácidos grasos y aminoácidos, liberan una hormona peptídica llamada colecistoquinina (CCK).

La colecistoquinina desempeña dos funciones importantes en el funcionamiento correcto de la vesícula biliar. La primera es controlar los músculos de la vesícula biliar, cuya contracción y relajación controlan el momento de la secreción de bilis.

La segunda función de la colecistoquinina afecta al llamado músculo del esfínter de Oddi.

Cuando la bilis sale de la vesícula biliar, fluye libremente hacia los conductos biliares comunes. Llega a la confluencia con otro conducto que procede del páncreas. Este conducto pancreático principal se denomina papila de Vater.

A continuación, la bilis entra en el duodeno a través de una abertura denominada papila duodenal principal. El flujo de bilis a través de la papila está controlado por la apertura y el cierre del esfínter de Oddi, estimulado por la colecistoquinina.

Cuando no ingerimos alimentos, es decir, cuando estamos en ayunas, la colecistoquinina no se libera. En ese momento, la vesícula biliar está relajada y puede llenarse de bilis.

Además de para la vesícula biliar, la colecistoquinina también es importante para estimular la secreción pancreática y retrasa el vaciado del estómago, lo que da tiempo al organismo para hacer bien la digestión.

La liberación de colecistoquinina es inhibida por la hormona somatostatina.

Cuando la máquina perfecta se atasca

Incluso cuando la función de la vesícula biliar está perfectamente controlada, hay situaciones que provocan problemas y afecciones dolorosas. Entre las dificultades más comunes asociadas a una función incorrecta de la vesícula biliar se encuentra la formación de cálculos biliares.

Un desequilibrio en los componentes que forman la bilis, el lodo biliar y la irregularidad en el vaciado de la vesícula conducen a la precipitación de cálculos insolubles.

El cálculo biliar insoluble bloquea la salida natural de la bilis y causa dolor, inflamación y posterior infección. Sin tratamiento, esta afección provoca daños irreversibles en la vesícula biliar y muchos otros órganos.

La alteración de la producción y secreción de bilis, o colestasis, es una afección en la que se bloquea la salida de la bilis hacia el intestino delgado.

Existen dos tipos de colestasis.

La colestasis intrahepática está causada por un mal funcionamiento o daño a nivel de los conductos en el hígado.

La colestasis extrahepática está causada por una obstrucción de los conductos biliares fuera del hígado.

El tipo intrahepático de colestasis se da en algunas enfermedades congénitas, cirrosis hepática, enfermedades infecciosas(VIH, VHB, CMV, VEB), al tomar determinados fármacos (antibióticos, esteroides, anticonceptivos, antipsicóticos) o durante el embarazo.

La forma extrahepática está causada por la obstrucción de los conductos biliares, por ejemplo, cálculos biliares, tumor, quiste, etc.

Diagnóstico por imagen de la vesícula biliar y los cálculos biliares
Cálculos en la vesícula biliar por desproporción de componentes. Fuente: Getty Images

De los cálculos biliares a la inflamación de la vesícula biliar

Los cálculos biliares en la vesícula biliar se denominan técnicamente colelitiasis. Se producen por un desequilibrio en la proporción de los componentes biliares y en situaciones de estasis biliar -cuando la bilis no drena de la vesícula y se almacena en ella durante demasiado tiempo-.

Los más frecuentes son los cálculos de colesterol o de pigmentos.

Hasta el 80% de los cálculos de la vesícula biliar son de colesterol.

Se asocian a determinados factores de riesgo, como el sexo femenino, la obesidad, la edad en torno a los 40 años, las hormonas sexuales femeninas, como los estrógenos, o el embarazo.

La pérdida de peso repentina y demasiado rápida también es un factor de riesgo. El hígado libera entonces más colesterol en la bilis, lo que conduce a la formación de cálculos de colesterol.

Los cálculos pigmentados se dividen en marrones y negros.

Los cálculos negros se forman a partir de bilirrubinato cálcico y, al contener una elevada proporción de calcio, como el hueso, son visibles en las radiografías.

Se forman de forma secundaria a otras enfermedades que provocan hemólisis, o descomposición de los glóbulos rojos. Al descomponerse los glóbulos rojos, se segregan grandes cantidades de un colorante rojo llamado hemo, que se metaboliza a su vez en bilirrubina.

El aumento de la cantidad de hemo provoca una alta concentración de bilirrubina en la bilis y la formación de cálculos negros.

Los cálculos marrones se forman tras una infección.

Los cálculos biliares suelen ser asintomáticos, pero si un cálculo penetra en el conducto biliar, provoca una afección llamada cólico biliar.

El cólico biliar o de la vesícula biliar se acompaña de un dolor intenso bajo el arco costal derecho. El dolor suele aparecer una media hora después de comer un alimento graso o grasiento y uno dulce al mismo tiempo.

Las grasas contenidas en estos alimentos estimulan la secreción de colecistoquinina, que provoca la contracción de los conductos y el atasco del cálculo.

Se denomina coledocolitiasis a un cálculo alojado en el colédoco.

La obstrucción del conducto biliar por un cálculo provoca cambios en los valores de laboratorio, como las enzimas hepáticas ALP, GMT, AST, ALT y bilirrubina, que aumentan rápidamente.

Si el cálculo ha viajado un poco más lejos, ha alcanzado el páncreas. La cantidad de amilasa y lipasa en la sangre aumenta, lo que indica una afección complicada por una peligrosa inflamación del páncreas: la pancreatitis.

Colecistitis y colangitis

Se denomina colecistitis a la inflamación de la vesícula biliar, causada en la mayoría de los casos por cálculos biliares en el conducto cístico. Este tipo de inflamación se denomina entonces colecistitis litiásica.

A diferencia del cólico biliar, en el que el dolor es intenso, agudo y de corta duración, la colecistitis se manifiesta por un dolor abdominal prolongado con fiebre y leucocitosis asociadas.

La complicación más grave de la colecistitis aguda no tratada es la infección por bacterias sobrecrecidas.

Otra complicación es el desarrollo de la llamada colecistitis crónica, que se produce tras ataques repetidos de colecistitis aguda cuando no se aborda la causa primaria de la inflamación (es decir, los cálculos biliares).

La inflamación persistente crea cicatrices y calcificaciones en la pared de la vesícula biliar que aumentan el riesgo de cáncer.

La colangitis es una inflamación que afecta a los conductos biliares. La porción ascendente de los conductos biliares es la más comúnmente afectada. Es una infección secundaria por bacterias sobrecrecidas durante la estasis biliar.

Los síntomas que acompañan a la colangitis se denominan tríada de Charcot. Esta tríada incluye ictericia (causada por el aumento de los niveles de bilirrubina), fiebre y dolor bajo las costillas derechas.

A esta tríada de síntomas pueden añadirse también síntomas de shock y cambios psicológicos, lo que constituye un conjunto de síntomas denominado pentada de Reynolds.

El hombre tiene dolor bajo el arco costal derecho, sujetándose la cadera derecha
Un problema de vesícula biliar puede significar dolor bajo el arco costal derecho. Fuente: Getty Images

Cuidado con ciertos medicamentos, pueden ser la causa de tus cálculos biliares

Hay muchos medicamentos que pueden aumentar el riesgo de formación de cálculos biliares.

  • La terapia hormonal sustitutiva, como los anticonceptivos o los fármacos que contienen estrógenos, provoca un aumento del colesterol en la sangre.
  • Los fármacos similares a la hormona somatostatina, como la octreotida, bloquean la liberación de colecistoquinina.
  • Los fibratos son fármacos que toman los pacientes con niveles elevados de colesterol. El efecto de los fibratos se basa en reducir la síntesis de ácidos biliares. Un efecto secundario es facilitar la coagulación del colesterol, lo que aumenta el riesgo de cálculos biliares.
  • Los pacientes con nutrición parenteral total no ingieren alimentos por vía gastrointestinal, por lo que no estimulan la colecistoquinina y no tienen un vaciado regular de la vesícula biliar, lo que provoca estasis biliar.

¿Qué elegir en la farmacia cuando se oyen cólicos de la vesícula biliar?

Cuando le molesten regularmente los cólicos de la vesícula biliar, tenga a mano en casa algunos de los medicamentos que pueden aliviar el dolor en el período agudo.

Se trata de fármacos que estimulan la producción de bilis en el hígado, favorecen también la secreción de bilis en el intestino delgado, alivian los espasmos dolorosos de los músculos lisos de la vesícula biliar, los conductos biliares y sus esfínteres musculares.

Además de este efecto, también son hepatoprotectores, ya que protegen y regeneran las células hepáticas dañadas por el estancamiento de la bilis.

Se recomiendan medicamentos que contengan himecromona, fenipentol o preparados de hierbas que contengan aceites esenciales naturales.

Los espasmolíticos se utilizan como tratamiento sintomático. Alivian los espasmos y los espasmos de los músculos lisos de los conductos biliares y los esfínteres.

Son adecuados sólo para uso a corto plazo, como tratamiento agudo más que como tratamiento repetido, a largo plazo o preventivo.

Los fármacos que contienen butilescopolamina y drotaverina tienen un efecto probado.

La vesícula biliar también puede aliviarse con una dieta adecuada

Tras un ataque de cólico biliar, es importante dejarla respirar y calmar los conductos biliares irritados.

Una dieta basada en los siguientes principios será de gran ayuda:

  • Evite los alimentos grasos, fritos y muy fritos.
  • También están prohibidos los huevos, especialmente las yemas.
  • Se permite una gota de aceite de oliva en las ensaladas de verduras.
  • El pan fresco de masa madre no es adecuado, puede sustituirlo por galletas.
  • No se recomiendan los frutos secos, las semillas de amapola, las semillas diversas, las legumbres y especias, los productos lácteos grasos ni el queso.
  • En Halloween tendrá que prescindir del chocolate y los dulces.
  • Tendrá que prescindir del café durante unos días, el té negro está permitido.
  • Incluya alimentos ricos en fibra como las verduras. En cuanto a las frutas, omita la col, la berza, las cebollas, el ajo, los pimientos verdes, los pepinillos, las uvas, las peras o las cerezas.
  • Se permite la carne blanca magra preparada hirviendo o guisada, ¡no frita ni a la plancha!
  • El caldo de verduras es una opción de sopa adecuada. También se puede preparar caldo de pollo, pero sin añadir aceite ni cebollas en aceite.
  • Lo importante es tomar la comida en porciones pequeñas y con regularidad. En este caso, se aplica el viejo adagio de que el desayuno es la comida más importante del día, por lo que no hay que saltárselo.
  • El cumplimiento del régimen de bebidas es el alfa y el omega de la dieta para la vesícula biliar. El superlíquido es, por supuesto, agua corriente, té o zumo de manzana.
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