En el embarazo, cuidado con la anemia. ¿Qué la provoca, síntomas?

En el embarazo, cuidado con la anemia. ¿Qué la provoca, síntomas?
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El embarazo somete a todo el organismo a una cierta tensión. El corazón y los pulmones ya no trabajan sólo para un cuerpo. Aumenta el volumen de sangre, que también debe atender las necesidades del feto. Todo ello está relacionado con el riesgo de anemia en el embarazo.

Se conocen distintos tipos de anemia. En cuanto a la causa de la anemia, se distinguen en anemia en caso de aumento de la pérdida de sangre, anemia en caso de descomposición excesiva y prematura de los glóbulos rojos y anemia en caso de trastorno de la formación de la sangre.

La anemia más frecuente en general es la causada por una carencia de las sustancias necesarias para la producción de glóbulos rojos, principalmente una carencia de hierro. Esta anemia se denomina sideropénica y es la más frecuente incluso en el embarazo.

Según la Organización Mundial de la Salud, la anemia en el embarazo se define como un descenso de la concentración de hemoglobina por debajo de 110 g/l o un descenso del valor del hematocrito por debajo de 0,32.

Más información sobre el desglose y los tipos de anemia en el artículo.

Se han observado variaciones en la anemia del embarazo en relación con el periodo de gestación, la región y las condiciones socioeconómicas. Los embarazos múltiples repetidos en un periodo más corto, las mujeres con bajo peso, el estilo de vida vegetariano, así como la donación de sangre son también factores importantes que influyen en esta afección.

Durante el embarazo aumenta la cantidad de glóbulos rojos, pero aumenta más el volumen de plasma sanguíneo. Esta situación, en la que la cantidad de glóbulos rojos es suficiente pero baja en comparación con el plasma sanguíneo, se denomina anemia relativa.

¿Por qué incluso las mujeres perfectamente sanas corren el riesgo de sufrir anemia durante el embarazo?

El embarazo representa un cambio enorme para el cuerpo de la mujer. El crecimiento de una nueva vida afecta en cierta medida a todos los órganos y sistemas. Los pulmones tienen que suministrar mucho más oxígeno, el corazón tiene que bombear un mayor volumen de sangre.

Las necesidades del feto y la placenta obligan a aumentar el aporte de hierro, necesario también para garantizar una mayor producción de glóbulos rojos. El hierro es un componente esencial.

En muchos casos, no basta con complementar esta mayor necesidad de hierro a través de la dieta, por lo que es fácil que se produzca una carencia y, en consecuencia, una interrupción en la producción de glóbulos rojos.

La anemia ferropénica (anemia sideropénica) es responsable del 75-95% de los casos de anemia en mujeres embarazadas.

La carencia de hierro se ve agravada por una ingesta inadecuada de hierro. La ingesta inadecuada suele deberse a una composición dietética inapropiada o a la falta de otros nutrientes importantes en la dieta. Los grupos socialmente desfavorecidos corren especial riesgo.

La ingesta inadecuada de hierro no se debe a una ingesta alimentaria inadecuada, sino a una composición alimentaria inadecuada.

Anemia en el embarazo y después del parto

Tras el parto, la anemia que se ha desarrollado durante el embarazo se acentúa aún más. Esto se debe principalmente a la pérdida de sangre inmediatamente después del parto. La denominada anemia hemorrágica (anemia causada por la pérdida de sangre) se añade así a la anemia sideropénica.

Otro factor que contribuye al desarrollo de la anemia es la producción de leche materna tras el parto. La producción de leche (técnicamente lactancia) requiere cantidades suficientes de este componente básico para su correcto funcionamiento.

Una madre sostiene a su bebé en brazos y lo amamanta.
La lactancia materna es otro factor que aumenta las necesidades de hierro tras el parto. Foto: Getty Images

El desencadenante inicial es un empeoramiento de la carencia de hierro. Sólo posteriormente se produce una disminución de la hemoglobina, el hematocrito y el recuento de glóbulos rojos.

Anemia por carencia de ácido fólico y vitamina B12

La carencia de ácido fólico es menos frecuente en el embarazo que la de hierro. No obstante, no conviene subestimar la necesidad de esta vitamina. Su ausencia se asocia con mayor frecuencia al riesgo de desarrollar el denominado defecto del tubo neural, una afección grave que pone en peligro la salud y la propia vida del feto.

Puedes leer más sobre este trastorno y otros problemas causados por la carencia de ácido fólico en nuestro artículo.

Tipos de anemia en el embarazo

Anemia ferropénica representa entre el 75 y el 95% de las anemias en las mujeres embarazadas.
Anemia por deficiencia de ácido fólico y vitamina B12 esta carencia es menos frecuente, pero ya es importante a la hora de planificar un embarazo
causas infecciosas enfermedades víricas, VIH, citomegalovirus...
anemia al tomar medicamentos algunos medicamentos pueden provocar anemia
anemia materna inexplicada anemia de causa desconocida

Menstruación y anemia

La menstruación forma parte de la vida de toda mujer sana. Aunque es un fenómeno natural, suele ir acompañada de muchas dificultades y molestias. Puede tratarse de sensación de cansancio, mareos, dolor en la parte baja del abdomen o sangrado abundante.

Y es precisamente el sangrado más abundante durante la menstruación el que puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de anemia y carencia de hierro, por lo que, entre otras cosas, aumenta el riesgo de anemia en el embarazo o de dificultades con el embarazo como tal.

Si crees que el curso de tu menstruación no es natural, ponte en contacto con tu médico. El dolor excesivo, el sangrado o los coágulos de sangre más grandes pueden indicar una enfermedad más grave, como endometriosis, pólipos o cáncer.

También te pueden interesar los artículos Dolor durante la menstruación y Sangrado excesivo durante la menstruación.

Síntomas de la anemia

La anemia se manifiesta con muchos síntomas inespecíficos, como debilidad o fatiga. Los síntomas significativos sólo aparecen en la anemia grave, y son principalmente falta de apetito, dolor de cabeza, dificultad para respirar, taquicardia, palidez de la piel y las mucosas.

Durante el embarazo, los síntomas también suelen ser sutiles y muy inespecíficos. La sensación de cansancio, la somnolencia, los dolores de cabeza, las palpitaciones o la dificultad para respirar son acompañantes habituales del propio embarazo.

La determinación de la anemia en el embarazo se basa principalmente en la historia clínica y el hemograma.

Una mujer embarazada cansada, cubriéndose la cara con las manos.
La fatiga excesiva, la debilidad o un estado de ánimo depresivo pueden ser señales de anemia durante el embarazo. Foto: Getty Images

La transferencia de hierro de la madre al feto está regulada por la placenta. La mayor cantidad de hierro para el bebé se transfiere en las últimas diez semanas de embarazo.

Riesgos de la anemia en el embarazo

La anemia plantea riesgos para la madre, el feto y el propio embarazo. Los riesgos más comunes son el desarrollo de preeclampsia, la reducción de la resistencia a las infecciones, el deterioro de la lactancia y el amamantamiento y la depresión posparto.

El propio embarazo se ve amenazado por el aumento del líquido amniótico, el aborto espontáneo y el parto prematuro.

El feto corre el riesgo de sufrir trastornos del desarrollo, retraso del desarrollo intrauterino. El niño tiene bajo peso al nacer, es más susceptible a las enfermedades, tiene una peor adaptación postnatal y un desarrollo psicológico y psicomotor deficiente.

En el embarazo se suelen realizar, entre otros, análisis de sangre que pueden revelar una posible anemia.

Grupos de riesgo propensos a la anemia en el embarazo

  • embarazos sucesivos rápidos
  • embarazadas jóvenes
  • mujeres con menstruaciones abundantes
  • mujeres vegetarianas
  • Mujeres vegetarianas

Tratamiento de la anemia en el embarazo

Una mujer embarazada necesita un aporte de hierro de aproximadamente 2,5 mg al día. En los tres últimos meses de embarazo (último trimestre), la necesidad aumenta hasta 6,6 mg al día.

Cuando se confirma la anemia en el embarazo, se recomienda el uso de ácido fólico y hierro. El médico que la atienda determinará la forma adecuada de complementar este aporte basándose en el hemograma y otros datos anamnésicos o en la exploración.

En el embarazo, el uso de muchos medicamentos es inadecuado o incluso peligroso. Los médicos son muy cuidadosos a la hora de recomendarlos y prescribirlos. Sin embargo, hay casos en los que no hay otra opción.

Cómo evitar la anemia en el embarazo

La anemia ferropénica puede prevenirse sobre todo con una dieta suficientemente equilibrada y variada. La mayor fuente de hierro disponible es la carne, cuya tasa de absorción alcanza el 30%. De otros alimentos, suele ser sólo alrededor del 5% de la ingesta de hierro. Se calcula que hasta el 50% de las mujeres no toman la dosis diaria recomendada de hierro.

Madre e hija embarazadas preparan una comida sana en la cocina.
La ingesta de una dieta equilibrada con alimentos ricos en hierro es la mejor forma de prevenir la carencia de este mineral. Foto: Getty Images

La siguiente tabla muestra el contenido en hierro de determinados alimentos

Alimento Contenido de hierro en mg por 100 g de alimento
hígado de cerdo 13,0-37,0
carne de vacuno 2,0-3,0
carne de cerdo 1,0-2,0
carne de pollo 0,43-0,84
huevos de gallina 2,1-2,6
pescado 0,13-1,5
leche de vaca 0,035-0,08
leche materna 0,03-0,07
Lentejas 6,9-13
judías 5,9-8,2
soja 5-11
nueces 2,1-2,4
arroz descascarillado 0,6-2,3
harina de trigo 1,2-2,5
espinacas 1,0-4,0

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