Cómo controlar y aliviar el asma: en cinco puntos

Cómo controlar y aliviar el asma: en cinco puntos
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El asma bronquial es una enfermedad bronquial grave que afecta significativamente a la calidad de vida del paciente. Para vivir más plenamente, es necesario mantenerla firmemente bajo control ¿Cómo hacerlo?

El asma es un problema mundial que afecta aproximadamente al 3-5% de los adultos y hasta al 10% de los niños. Las estimaciones hipotéticas para los próximos 5 años casi duplican esta cifra.

La tendencia al alza de la prevalencia del asma también se debe en cierta medida al aumento del número de personas de clases sociales más débiles y, por supuesto, al casus socialis.
Las condiciones de vida de estos grupos también son el desencadenante o desencadenante perfecto de la enfermedad.
Al mismo tiempo, se trata de un grupo en el que el asma está muy mal controlado.
La educación de las clases media y alta no es problemática.

¡Controlar el asma de una vez por todas!

A pesar de que se conocen suficientemente las causas y los factores de riesgo del asma, el número de casos va en aumento. Esto se debe a los grupos de personas antes mencionados que, o bien no cuidan su salud, o no tienen los medios para hacerlo, o pertenecen a un grupo de pacientes de alto riesgo.

A pesar de las escalofriantes cifras en el número global de pacientes con asma, se ha producido un aumento significativo en el conocimiento de la enfermedad, un cambio en la forma de verla y, por último pero no menos importante, un tratamiento más eficaz y una intervención en crisis.

Estos avances médicos ofrecen a los pacientes una amplia gama de opciones para controlar el asma y llevar una vida plena con las mínimas restricciones.

Averigüe cómo hacerlo más adelante en el artículo.

¿Qué es el asma, cómo se manifiesta y cuáles son sus causas?

Elasma bronquial o también asma bronquial es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, concretamente de los bronquios. La enfermedad está causada por la hiperactividad del árbol bronquial, que provoca el estrechamiento de los bronquios (bronquiolos) y también la sobreproducción de mucosidad.
En última instancia, el estrechamiento y la obstrucción simultánea de las vías respiratorias provocan dificultades para respirar.

Importante:
Una crisis de asma se manifiesta típicamente por un silbido al espirar, que llamamos estridor.
Si se tiene una crisis de asma (falta de aire con otros síntomas) sin estridor y no se perciben fenómenos patológicos ni soplos respiratorios por auscultación (fonendoscopio), hablamos de "tórax silencioso".
Un "tórax silencioso" representa una progresión de la enfermedad y un riesgo grave. El paciente corre un riesgo inmediato de muerte.

Síntomas típicos de una crisis asmática

Una crisis de asma es una exacerbación progresiva del asma, es decir, un estado de disnea que se produce debido a diversos factores. La frecuencia de las crisis no es la misma para todos los pacientes: para algunas personas se producen varias veces a la semana, para otras una vez al mes.

Clasificación del asma según la frecuencia de los síntomas:

  1. Forma intermitente del asma: los síntomas son esporádicos y la función pulmonar no se ve afectada.
  2. Forma persistente del asma: los síntomas son frecuentes y la función pulmonar se ve afectada.

Cuadro con la sintomatología básica del asma bronquial:

Trastornos respiratorios
  • Falta de aliento (peor durante la noche y por la mañana temprano)
  • respiración sibilante
  • problema con la espiración
  • estridor espiratorio (silbido al espirar)
  • tos paroxística e irritante
  • reducción de la saturación de oxígeno (oxigenación) - decoloración azul de la piel y las mucosas
Trastornos de la circulación sanguínea
  • taquicardia - latidos cardíacos rápidos con sensación subjetiva de palpitaciones
  • dolor torácico (punzante o en forma de presión)
  • arritmia - alteración del ritmo cardiaco, acción irregular con sensación subjetiva de latidos saltados
Otros síntomas
  • marcada inquietud psicomotriz
  • posición sentada o semisentada forzada con ligera inclinación hacia delante - ortopnea
  • sudoración excesiva - gotas de sudor frío durante una convulsión
  • fatiga debida a la falta de sueño o respiración dificultosa
  • insomnio debido a una peor tolerancia a la posición horizontal durante el sueño o a las convulsiones durante la noche y por la mañana

¿Soy un paciente de alto riesgo?

Además del grupo de personas anterior, hay pacientes cuyo asma es un poco más difícil de controlar. En estos casos, se debe educar al paciente no sólo sobre la enfermedad, sino también sobre la aparición repentina y las posibles consecuencias asociadas a ella.

Pacientes de riesgo:

  • Pacientes que han tenido que ser sedados, intubados y sometidos a ventilación pulmonar artificial en el pasado debido a dificultades respiratorias.
  • pacientes con antecedentes de exacerbación asmática grave que haya requerido ingreso en la unidad de cuidados intensivos
  • pacientes que hayan tenido al menos un ingreso hospitalario agudo en el último año
  • pacientes que hayan sido tratados repetidamente por los servicios médicos de urgencia en el último año debido a la ineficacia de su tratamiento
  • pacientes que toman una dosis baja de corticosteroides
  • pacientes a los que se ha tenido que aumentar repetidamente la dosis de medicación
  • pacientes dependientes de la medicación
  • pacientes que no toman corticosteroides inhalados
  • pacientes rebeldes (no uso de medicación, uso intermitente de medicación, pacientes psiquiátricos - ansiedad, depresión)

Factores negativos y desencadenantes del asma bronquial

El asma bronquial puede nacer con ella o adquirirse en la edad adulta. Surge en un individuo sensibilizado (hipersensible) debido a factores endógenos y exógenos. Dicho individuo también se denomina individuo susceptible.

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El proceso de sensibilización se produce durante el desarrollo intrauterino, pero también a lo largo de la vida. La interacción de una predisposición genética heterogénea y las influencias ambientales conducen a su aparición.

Factores que influyen en el desarrollo del asma:

  • predisposición genética
  • exposición a agentes infecciosos (virus, bacterias, hongos, parásitos)
  • vida en un entorno polvoriento (prolongada, repetida)
  • inhalación regular de vapores químicos (trabajo con desinfectantes y otras sustancias volátiles)
  • exposición a alérgenos

Factores que influyen en la aparición de un ataque en un asmático:

  • Actividad física excesiva (jadeo después de una actividad deportiva)
  • agitación psicológica, malestar, estrés, emociones fuertes (ataque condicionado por una respiración rápida)
  • enfermedades respiratorias concomitantes (víricas, bacterianas, fúngicas, parasitarias)
  • aire frío (invierno, viento frío, trabajo en congeladores)
  • inhalación de vapores químicos (acetona en desengrasantes, productos de limpieza, desinfectantes)
  • tabaquismo activo, permanencia en ambientes con humo
  • vivir en entornos polvorientos (polvo de barrer las aceras, aumento del tráfico de vehículos)
  • vivir en un entorno con ácaros, parásitos, moho (casas antiguas, casas de campo)
  • vivir en un entorno con animales (pelo de animales, mantas de plumas)
  • polen, gramíneas (paseos frecuentes al aire libre durante la estación polínica, medidas deficientes de control del polen)
  • consumo de alimentos que favorecen la liberación de histamina (queso curado, productos lácteos, cítricos, vino)
  • ciertos conservantes que contienen sulfitos, metatasulfitos, tartrazinas (frutos secos, conservas de pescado, gambas)
  • uso de ciertos medicamentos (antiflogísticos no esteroideos - ibalgin, aspirina, betabloqueantes - metoprolol)

Gestión del asma bronquial bien controlada

No es una regla, pero la mayoría de los pacientes con asma mal controlada son autoinfligidos.
Conocen muy poco sobre la enfermedad, acuden al médico sólo cuando su estado empeora significativamente, no toman su medicación y evitan por completo los factores de riesgo.

Para tener el asma bien controlada, lo primero y más importante es tener una voluntad fuerte. Cuando la tengas, sigue estas cinco reglas y tendrás las de ganar.

Advertencia importante:
¡Un asma mal controlada o no controlada puede provocar un neumotórax espontáneo!
¡Un asma mal controlada o no controlada puede provocar una exacerbación, una parada respiratoria y circulatoria!

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1. Conozca perfectamente su enfermedad

Para ser el dueño de su salud, debe conocer bien su enfermedad. Saber que el asma provoca ahogos después de fumar un cigarrillo o durante la estación del polen no es suficiente. Cada enfermo de asma debe saber más que esto.

Un médico de distrito o un neumólogo no suelen tener tiempo de explicarle toda la fisiopatología de la enfermedad en el ambulatorio. Sabemos por experiencia que éstos están llenos de pacientes, por lo que la información que le dé su médico es sólo marginal.

Hay que tomarse en serio la educación. Es importante conocer los riesgos y las consecuencias que te puedes encontrar.
Estudiar un libro o material especializado sobre un tema concreto en internet no lleva mucho tiempo y ¡puede salvarte la vida!

2. No olvides visitar regularmente a tu médico y hacerte las pruebas necesarias

Además de las revisiones médicas preventivas, los asmáticos no deben olvidar someterse a revisiones por un neumólogo y a exámenes pulmonares periódicos. La frecuencia de las revisiones y exámenes es individual según el estado del paciente, y la fecha de la próxima la determina siempre el médico en función del estado actual y de los resultados.

Es responsabilidad del paciente respetarla y, por supuesto, buscar atención médica inmediata si el estado empeora entre las revisiones.

Consideramos que la espirometría es el examen básico. La espirometría es un examen de los pulmones, a partir del cual el médico determina su funcionalidad.

La espirometría se centra en:

  • examen o determinación de la saturación de oxígeno en sangre arterial
  • examinar la capacidad pulmonar, es decir, el volumen de aire que pueden contener los pulmones tras la inspiración
  • examen de la cantidad de aire que sale de los pulmones en la espiración

Además de la espirometría, los pacientes también se someten a otras pruebas, como pruebas de esfuerzo físico, pletismografía de cuerpo entero, pruebas de broncodilatación o medición de la capacidad de difusión de gases de los pulmones.

3. No descuidar el tratamiento prescrito

Hay que cumplir el tratamiento del asma. ¡Los medicamentos prescritos se toman regularmente o según sea necesario!
El tratamiento farmacológico incluye un gran número de fármacos antiasmáticos.

Los antiasmáticos se dividen en dos grupos básicos:

  1. fármacos que relajan el espasmo con una vida media corta - fármacos que dilatan los bronquios y aumentan su luz
  2. fármacos antiinflamatorios de acción prolongada - reducen la inflamación de la mucosa bronquial

Los fármacos que alivian el espasmo (llamados broncodilatadores) no se utilizan con regularidad, pero todo asmático debería llevarlos siempre consigo. Entre ellos se encuentran los betamiméticos y los anticolinérgicos. Suelen presentarse en forma de aerosoles (ventolín) o incluso de jarabes o comprimidos.
Se utilizan en caso de ataque de asma, cuando los bronquios se estrechan. La inhalación del fármaco hace que se vuelvan a dilatar y facilitan la respiración. No tratan la inflamación.

Los antiinflamatorios incluyen los corticoesteroides inhalados, pero también los sistémicos (dexametasona), los leucotrienos (montelukast), las cromonas (cromoglicato) y algunos broncodilatadores de acción prolongada (teofilina).

Estos fármacos también se denominan controladores del asma. Por un lado, tratan el asma y, por otro, evitan la broncoconstricción inducida por alérgenos.

Los tratamientos biológicos también pueden ayudar.

4. Evitar los factores que agravan el asma

Ya se han descrito en el artículo diversos factores endógenos y exógenos que desencadenan y agravan el asma bronquial. Todos estos factores actúan como alérgenos en un individuo susceptible.

Evitar estos factores es crucial en su tratamiento, e incluso se considera un tratamiento no farmacológico del asma.

¿Qué debe evitar un asmático?

  • Esfuerzos físicos excesivos (maratón, subir escaleras).
  • alteraciones psicológicas como consecuencia de emociones fuertes (estrés, llanto, ataques de risa)
  • una fuente de posible infección (una persona enferma)
  • el aire frío (largos paseos con viento en invierno)
  • inhalación de vapores químicos (decoloración del cabello, limpieza con agentes químicos e irritantes)
  • fumar, pero también permanecer en ambientes excesivamente cargados de humo (bares, pubs, discotecas)
  • la permanencia en ambientes polvorientos (en centros urbanos con mayor tráfico de vehículos)
  • vivir en un entorno con ácaros, parásitos, moho (casas antiguas, casas de campo)
  • vivir en un entorno con animales (visitar a un amigo que tenga perros, gatos o pájaros)
  • polen (debe reducirse al mínimo el paseo durante la estación del polen, seguir las precauciones contra el polen)
  • consumo de alimentos que favorecen la liberación de histamina (queso curado, productos lácteos, cítricos, vino)
  • consumo de ciertos conservantes que contienen sulfitos, metatasulfitos, tartrazinas (frutos secos)
  • toma de ciertos medicamentos (antiflogísticos no esteroideos - ibalgin, aspirina, betabloqueantes - metoprolol)

5. Controle usted mismo su estado en la comodidad de su hogar - autocontrol

Para controlar el estado actual del asma se utiliza un aparato llamado flujómetro espiratorio. Este aparato mide el flujo espiratorio máximo, que es un indicador de la velocidad a la que se exhala el aire de los pulmones del paciente.

Es de gran importancia en la práctica, ya que ayuda al paciente a detectar precozmente la obstrucción de las vías respiratorias y comprobar así la eficacia de la terapia.
Para simplificar el uso doméstico por parte del profano, el resultado se codifica por colores en tres zonas cromáticas básicas.

Tabla con las zonas de color del alcoholímetro y su descripción

Zonas Zona verde Zona amarilla Zona roja
Estado Asma bien controlada Asma mal controlada Asma crítica
Manifestaciones
  • Ausencia de síntomas
  • Falta de aliento
  • sibilancias
  • estridor espiratorio
  • tos
  • trastornos del sueño
  • fatiga
  • dificultad respiratoria marcada
  • estridor pronunciado
  • cianosis de labios, cara
  • otopnea
Actividades
  • sin restricciones
  • restricciones en algunas actividades
  • limitaciones importantes
  • incapacidad para andar, hablar
RIESGO DE ASFIXIA
Tratamiento
  • sin necesidad de terapia
  • Terapia eficaz
  • terapia sin efecto
llamar al 155

¿Cómo utilizar el alcoholímetro?

La monitorización en casa es muy sencilla. El dispositivo en sí se parece a un termómetro con una escala básica y un puntero móvil. Utilizarlo es similar a soplar en un respirador.

La boquilla (incluida con el aparato) debe insertarse en el aparato.

La aguja debe estar siempre en la posición inicial (posición cero) antes de su uso.
¡La exploración sólo debe realizarse de pie!

El paciente debe respirar profundamente (pulmones llenos) y colocarse el instrumento en la boca. Debe rodear el instrumento con los labios para que no se escape el aire. Todo el aire de los pulmones debe exhalarse en el instrumento en la medida de lo posible.
A continuación, debe leerse el resultado en la escala con zonas de colores (tabla anterior).

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