Cáncer de colon: causas, etapas, manifestaciones? ¿Dieta y nutrición?

Cáncer de colon: causas, etapas, manifestaciones? ¿Dieta y nutrición?
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El cáncer colorrectal es una enfermedad muy grave, con un tratamiento largo y a menudo infructuoso. En más de la mitad de los casos es mortal. Vivir con él tampoco es un paseo y provoca limitaciones al paciente. Una de ellas es la dieta. La dieta en el cáncer de colon tiene sus razones.

¿Por qué se produce el cáncer de colon?
¿Cuáles son las fases y los síntomas?

Y a menudo os preguntáis:
¿Qué relación tiene la alimentación con él, qué comer y qué no? ¿Cómo debemos alimentarnos?
¿Por qué hacemos prevención?

El cáncer es el azote de todas las personas. Y no es de extrañar, porque el pronóstico suele ser malo.

Y no sólo el pronóstico, sino todo el curso de estas graves enfermedades. Un diagnóstico de cáncer también supone un problema económico para el paciente.

El cáncer colorrectal, sea del tipo que sea, es uno de los más frecuentes y también una de las causas más comunes de muerte por cáncer.

Cáncer de colon y precánceres

El cáncer colorrectal también suele denominarse incorrectamente cáncer colorrectal. En realidad, el cáncer colorrectal es sólo uno de sus tipos.

Esta denominación errónea se debe probablemente a su frecuente aparición y posterior interpretación errónea en muchas fuentes.

Es la enfermedad maligna más frecuente del colon y el recto:

  1. cáncer colorrectal
  2. linfoma
  3. hemangioma
  4. sarcoma

Sin embargo, esto no cambia el hecho de que la tasa de mortalidad para cualquier tipo de cáncer de colon es alta. Esto se debe principalmente al diagnóstico tardío de esta enfermedad grave y mortal. Por lo tanto, los exámenes preventivos y la detección precoz de los precánceres son cruciales en su incidencia y en el número de muertes.

Interesante:
El precáncer es una determinada anomalía o malformación del tejido en el que más tarde se desarrollará un tumor. Este tejido tiende a crecer más deprisa (expandirse, formar neoplasias o crecer en exceso), lo que conlleva un mayor riesgo de anomalías genéticas en dicha división celular. Por tanto, el precáncer puede considerarse un precursor o una afección que precede al desarrollo del cáncer.

Los pólipos son la causa más frecuente de cáncer de colon

La causa más común de cáncer de colon suele ser la neoplasia que surge en el lugar de crecimientos precancerosos. En este caso, surge en el lugar de crecimientos benignos del revestimiento intestinal.

Estos crecimientos o formaciones que sobresalen de la superficie se denominan pólipos. La genética -poliposis adematosa familiar- y la dieta están al frente de su formación.

Los pólipos son crecimientos benignos en el revestimiento del intestino y el recto. Pueden no ser automáticamente malignos, pero su diagnóstico siempre significa un alto riesgo de cáncer. El riesgo aumenta en proporción directa al tamaño y la tasa de crecimiento del pólipo.

El diagnóstico de pólipos en el intestino no implica automáticamente la existencia de un problema agudo ni la necesidad de un tratamiento urgente en el momento de la detección.

Los pólipos pueden crecer durante varias décadas antes de alcanzar un determinado tamaño y empezar a suponer un riesgo de transformación maligna. Los exámenes médicos periódicos pueden detectarlos muy pronto y prevenir así el desarrollo de un cáncer.

Si se detectan, estos crecimientos no cancerosos se extirpan profilácticamente por vía endoscópica. A pesar de su lento crecimiento y de la posibilidad de un diagnóstico no problemático, la tasa de mortalidad es muy elevada.

La razón es el diagnóstico tardío. En la mayoría de los casos, el culpable es el propio paciente, que no se somete a los controles médicos ni siquiera a una edad avanzada.

Interesante:
La poliposis adematosa familiar es una enfermedad hereditaria causada por un defecto en el gen APC. El resultado es la formación no de cientos, sino de miles de pólipos en el colon y el recto. Los pacientes con PAF tienen un riesgo muy alto de desarrollar cáncer de colon, aunque este trastorno sólo causa alrededor del 1% de todos los cánceres. La razón no es la gravedad de la PAF, sino su rareza.

¿Qué provoca la formación de pólipos y la aparición de cáncer de colon?

Las causas de los pólipos en el intestino también pueden considerarse como las causas más comunes del cáncer de colon.

Sin embargo, no son ni mucho menos el único peligro potencial. Una combinación de varios factores contribuye a su aparición, ¿cuáles son?

  • Genética - La predisposición genética tiene que ver con casi todo. Incluso la formación de pólipos está influida por ella. La mayor amenaza es una enfermedad llamada poliposis adematosa familiar.
  • Edad - El número y tamaño de los pólipos aumenta con la edad. Los primeros pólipos suelen aparecer en torno a los 30 años, y el riesgo aumenta cada año que pasa. Hasta el 90% de los cánceres colorrectales se producen en personas después de los 50 años.
  • Sexo - Estadísticamente, el cáncer colorrectal es más frecuente en los hombres, por lo que todo varón mayor de 50 años debería someterse a una colonoscopia.
  • Otras enfermedades - Otras enfermedades preexistentes pueden causar cáncer. El síndrome de Lynch, la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias intestinales o displasias son las más comunes. El cáncer de mama también es un factor de riesgo. Los diabéticos tienen el doble de incidencia de cáncer colorrectal que los no diabéticos.
  • Obesidad - Se ha demostrado que la obesidad causa siete tipos de cáncer, entre ellos el cáncer de intestino.
  • Dieta - Se ha demostrado científicamente que determinados alimentos causan pólipos y, por tanto, cáncer de colon. Se trata principalmente de carnes grasas y grasas animales.
  • Adicciones - El alcohol, de alto riesgo, está a la cabeza, seguido de cerca por el tabaco.
  • Radiografía de la zona pélvica - Con procesos neoplásicos, es de riesgo en relación con el desarrollo de cáncer de recto.

Interesante:
La incidencia de pólipos, así como de cáncer colorrectal, es mayor en los países desarrollados. Los expertos coinciden en que la causa es el estilo de vida y la dieta en estas zonas. Las investigaciones muestran una menor incidencia de cáncer de colon en los países en desarrollo y entre los vegetarianos.

Vivir con cáncer de colon de principio a fin

La inmensa mayoría de los cánceres colorrectales se diagnostican relativamente tarde, por lo que el tratamiento suele ser difícil y a menudo infructuoso.

La enfermedad progresa muy rápidamente, las células cancerosas se extienden a la zona circundante y, en la mayoría de los casos, el paciente muere si el tumor se diagnostica tarde.

El curso de la enfermedad, desde los primeros síntomas hasta el final del tratamiento o la muerte, suele ser difícil. El paciente sufre dolor y otros problemas de salud y está muy limitado en varias áreas.

Interesante:
Actualmente se está investigando el efecto de los probióticos y prebióticos en el contexto de la prevención del cáncer colorrectal. Estas sustancias, utilizadas como complemento del tratamiento antibiótico, aumentan la microflora intestinal beneficiosa y reducen los microorganismos patógenos y otras sustancias tóxicas, de forma similar a la fibra.

Fase asintomática del cáncer colorrectal

No sólo el cáncer en sí es asintomático en sus primeras fases, sino que a veces también hay precáncer o enfermedades que suelen preceder al cáncer de colon.

La poliposis suele ser una enfermedad que permanece oculta durante muchos años. Los pólipos crecen de forma asintomática en la mucosa hasta que se inicia el cáncer.

El paciente no es consciente de que un precursor del cáncer está creciendo sutilmente en su tubo digestivo.

El tumor en sí tampoco puede ser aparente al principio, por lo que el paciente no tiene ningún problema. A medida que la enfermedad progresa, en algunos casos pueden aparecer algunos síntomas inespecíficos, como dolor abdominal o diarrea, que tienen poca importancia.

Interesante:
La presencia de pólipos como lesiones precancerosas se detecta a veces mediante un examen de heces incidental. En las heces se confirma la presencia de una hemorragia oculta (escondida), que no se aprecia a simple vista. Sin embargo, no es suficiente para un diagnóstico definitivo, por lo que no sólo es necesario el cribado de la hemorragia oculta, sino también otros exámenes adicionales como el tacto rectal, la rectoscopia, la colonoscopia, la ecografía, la colonografía por TAC o la biopsia.

Fase sintomática del cáncer colorrectal

A medida que se desarrolla la enfermedad, aparecen los primeros síntomas. Al principio, se trata de síntomas poco específicos de la enfermedad.

Puede tratarse del dolor abdominal ya mencionado, que no es pronunciado al principio y al que el propio paciente no da mucha importancia. El dolor aumenta gradualmente hasta hacerse regular o insoportable.

Al principio hay trastornos sutiles de la digestión y la defecación: la diarrea es más frecuente, el estreñimiento menos frecuente, o se alternan ambos trastornos.

Cuando el tumor crece, se observa resistencia en el abdomen.

Aparece sangre fresca en las heces como consecuencia de la hemorragia del tumor. La presencia de sangre se alterna con hemorragias más graves, que se manifiestan por anemia (deficiencia de hemoglobina) que provoca en el paciente bajo rendimiento físico, fatigabilidad fácil, agotamiento y somnolencia excesiva.

Cáncer colorrectal en fase terminal

En las últimas fases, los síntomas están plenamente desarrollados y el paciente está postrado en cama. Está tan agotado que ya no es autosuficiente y a menudo depende de la ayuda de otras personas.

Le acosan dolores intensos, que más tarde dejan de hacer efecto incluso con tratamiento opiáceo. Además, el paciente lucha constantemente con problemas digestivos y una pérdida de peso excesiva.

Otros síntomas están asociados a la diseminación metastásica del tumor a la zona circundante, que varían según el lugar de la metástasis (disnea, desorientación, alteraciones de la conciencia, convulsiones, fracturas óseas patológicas).

La prevención se basa en la alimentación

Una dieta sana y equilibrada tiene un efecto beneficioso global sobre la salud de la persona. Un estilo de vida inadecuado y una mala alimentación también desempeñan un papel importante en el desarrollo del cáncer de colon, ya que, junto con la predisposición genética, son un aspecto esencial en su desarrollo.

Los buenos hábitos dietéticos tienen una influencia importante en la prevención del desarrollo del cáncer de colon. Los pacientes que presentan otros factores de riesgo o enfermedades asociadas al desarrollo del cáncer de colon deben prestar especial atención a su dieta.

Una dieta sana, la actividad física regular y la prevención de la obesidad son hitos cruciales en la prevención del cáncer.

Interesante:
El sobrepeso, la obesidad y especialmente la obesidad abdominal (acumulación de grasa en la zona abdominal) son factores de riesgo científicamente probados no sólo para el cáncer de colon, sino también para otros seis tipos de cáncer: de esófago, vesícula biliar, páncreas, riñón, mama y útero. Las pruebas están ahí y son cada vez más numerosas.

¿Qué alimentos están implicados?

Las grasas están principalmente implicadas en el desarrollo de pólipos y cáncer colorrectal. Por lo tanto, se hace hincapié en reducir la ingesta de alimentos grasos, grasientos. También debe reducirse la ingesta de azúcares, que se almacenan en el cuerpo como grasas cuando se comen en exceso. Los azúcares son más peligrosos que las grasas.

Por lo tanto, la actividad física regular debe formar parte del estilo de vida de una persona. La obesidad también es un importante factor de riesgo de cáncer.

Consejo: El azúcar, nuestro enemigo más dulce

Tabla con una lista de alimentos de riesgo:

Azúcares
  • Azúcar de mesa (cristal, caña...)
  • bebidas azucaradas (zumos de frutas, coca cola, tés helados, café helado...)
  • dulces (caramelos, piruletas, chocolate, gelatina...)
  • productos semiacabados con alto contenido en azúcar (pasta...)
  • conservantes (hidratos de carbono como conservantes)
grasas
  • grasas animales (tocino, carne grasa, embutidos...)
  • aceites vegetales (consumo excesivo)
otros alimentos
  • huevos (consumo excesivo)
  • carne roja (ternera, cerdo graso)
otras sustancias
  • alcohol (la incidencia del cáncer es hasta un 50-70 % mayor)
  • tabaquismo (la incidencia del cáncer es hasta un 30-40 % mayor)
  • anticonceptivos hormonales
  • carcinógenos en alimentos fúngicos
  • alimentos con mayor contenido en hierro

¿Cómo debemos comer bien?

La primera prioridad es evitar o, al menos, reducir los alimentos peligrosos enumerados anteriormente. La dieta debe ser rica principalmente en verduras, fibra y fruta, siendo las verduras el número uno de la dieta. De los productos cárnicos, es preferible la carne de ave.

La fibra, como componente no digerible de los alimentos, tiene un papel insustituible, ya que elimina del intestino otros restos de alimentos no digeridos (principalmente carne no digerida y en descomposición) y sustancias tóxicas que pueden contribuir al cáncer.

Se recomienda no sólo para la prevención, sino también para los pacientes con pólipos o cáncer existentes.

Consejo: La fibra como prevención y cura, ¿cuánta necesitamos al día?

Tabla con una lista de alimentos adecuados:

Azúcares
  • fibra - celulosa (legumbres, cereales, salvado, lino, plátanos, algas, setas ostra...)
  • almidón (patatas, cereales, legumbres, semillas, avena, plátanos...)
grasas
  • aceite de oliva
  • aceite de coco
  • ácidos grasos omega-3
  • ácidos grasos omega-6
otros alimentos
  • carne magra (pollo, pavo...)
  • pescado (salmón, sardinas...)
  • aceitunas
otras sustancias
  • micronutrientes - antioxidantes (vitamina A, C, E, B6, B12)
  • probióticos y prebióticos
  • ácido fólico - vitamina B9 (callos, verduras de hoja, legumbres, soja, melón rojo, arándanos...)
  • calcio - Ca (yogur, leche, pescado, semillas, legumbres, almendras, higos...)
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