Apatía, fatiga, somnolencia: ¿conoces las causas? 5 consejos para superarlas

Apatía, fatiga, somnolencia: ¿conoces las causas? 5 consejos para superarlas
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¿Le invade demasiado el cansancio? ¿Tiene sueño, los párpados caídos, los ojos vidriosos, bosteza a menudo? ¿Sólo piensa en la cama? ¿Deja de fijarse en lo que le rodea, está desconcentrado, agotado y apático?

¿Apatía crónica, fatiga, somnolencia o agotamiento mental? ¿Pueden aparecer junto con el dolor? Descubra las principales causas y cómo superarlas.

Los tiempos agitados de hoy en día no pueden imaginarse sin estrés.

El estrés se ha convertido en parte de nuestra vida cotidiana. Está causado por las elevadas exigencias a las que se ven sometidas las personas y la sociedad en su conjunto. En este entorno acelerado, a menudo nos olvidamos de la alimentación sana, la ingesta de líquidos o la relajación.

Todas estas influencias acaban provocando agotamiento mental y físico y se manifiestan en fatiga y somnolencia incluso durante el día.

La fatiga persistente es un motivo habitual de visita al médico de cabecera, pero también es causa de trastornos inmunitarios y enfermedades.

La fatiga y la somnolencia provocan apatía

Dado que la vida no es un paseo por el parque, la fatiga y la somnolencia nos resultan familiares a todos. Son reacciones normales al estrés excesivo, que nos advierten de que no debemos sobrecargar el organismo por completo.

Si seguimos a nuestro ritmo habitual y no nos damos suficiente descanso, podemos perjudicar seriamente nuestra salud.

Al fin y al cabo, la salud se define como un estado de completo bienestar físico y mental.

La alteración de este estado de bienestar por el agotamiento se manifiesta en el plano físico, por ejemplo, palidez en el rostro, debilidad muscular, y en el plano mental, a saber, apatía, desinterés, lentitud.

La fatiga (agotamiento) y la somnolencia es un estado fisiológico del organismo

La fatiga (Lat. fatigatio) se define como una sensación subjetiva individual de agotamiento físico, mental o combinado del organismo, que tiene sus manifestaciones objetivas visibles al entorno y a veces difíciles de ocultar.

A pesar de la sensación negativa, la fatiga tiene un alto valor informativo. Nos informa de un peligro inminente si no le prestamos suficiente atención. El cuerpo nos da una señal de que necesita reducir el ritmo.

Surge por falta de sueño, por un excesivo estrés mental o físico previo, o como uno de los síntomas o consecuencias de una enfermedad.

Las causas más comunes de la fatiga y la somnolencia:

  • Falta de sueño: insomnio, otros trastornos del sueño, sonambulismo.
  • Esfuerzo físico excesivo: práctica de deportes, trabajo físicamente exigente.
  • Tensión mental excesiva - presión psicológica, estrés, traumatismos
  • diversas enfermedades físicas - cáncer, anemia, fiebre, infecciones
  • estados psicológicos prolongados - depresión, ansiedad, miedo
  • embarazo
  • obesidad - comer en exceso, dieta poco saludable
  • calor excesivo - sobrecalentamiento, insolación, aire expirado
  • falta de líquidos - deshidratación
  • ingesta excesiva de alcohol
  • tabaquismo y abuso de ciertas drogas
  • estereotipia - trabajo monótono, aburrimiento

Últimamente se habla cada vez más del síndrome de fatiga crónica (SFC). Se trata de un estado patológico en el que el agotamiento aparece de repente y dura más de medio año, a veces muchos años. No va precedido de un factor desencadenante típico, como el sobreesfuerzo.

Consejo: el síndrome de fatiga crónica no es sólo un cansancio normal

Manifestaciones de fatiga y somnolencia:

  • Palidez en la cara
  • ojeras
  • párpados caídos
  • espasmos oculares
  • ardor en los ojos o picor
  • blanco de los ojos de rojo a inyectado en sangre
  • bostezos
  • cabeza que da vueltas, ojos borrosos
  • dolor de cabeza
  • debilidad muscular general
  • lentitud general
  • respuestas con latencia
  • lentitud general de las reacciones - aumento del tiempo de reacción
  • trastornos de la concentración
  • trastornos del pensamiento
  • apatía, indiferencia
  • agresividad
  • pérdida de peso

La apatía es un síntoma común o incluso una consecuencia de la fatiga

Laapatía se define como el desinterés o incluso la indiferencia de un individuo por determinados aspectos de la vida emocional, afectiva y social, con una disminución concomitante de la actividad física general.

El comportamiento apático es percibido en primer lugar por las personas que rodean al enfermo. Suelen ser otras personas las que llaman la atención del enfermo, que inicialmente no admite la apatía, ni siquiera ante sí mismo.

Curiosidad: La palabra apatía procede del griego. El griego a-patheia significa un estado libre de angustia y pasión. En el pasado, una persona apática se consideraba virtuosa, es decir, que llevaba su vida correctamente y mantenía el control sobre sí misma. La supresión de las pasiones, emociones y afectos significaba la victoria y la libertad de la razón sobre las emociones.

Manifestaciones de la apatía:

  • desinterés, indiferencia hacia el mundo que les rodea
  • desmotivación
  • ensimismamiento
  • verborrea, problemas de comunicación
  • cambios de humor frecuentes
  • cambios en el comportamiento del individuo en sociedad
  • en los casos más graves, cambios de personalidad
  • trastornos de concentración
  • tiempos de reacción más largos
  • reducción del rendimiento físico

5 consejos para superar la fatiga con seguridad

Existen muchos consejos sobre cómo prevenir la fatiga y la somnolencia, y también muchos consejos sobre cómo eliminar la fatiga que ya se ha producido. Algunos de ellos no funcionan, otros sólo funcionan en un determinado grupo de personas dependiendo de la causa del agotamiento.

La causa es lo más importante para el método de eliminación del cansancio. Por supuesto, algunas de ellas son graves, como el cansancio por cáncer, cuya eliminación es casi imposible.

En cambio, en caso de infección podemos aumentar la ingesta de líquidos, vitaminas, ventilar más a menudo, bajar la temperatura (ducha tibia, envolturas, medicación), descansar y dormir lo suficiente, lo que a su vez nos ayudará a estar más activos, menos cansados y bastante sanos.

Lo más importante es el sueño y un ritmo regular de sueño-vigilia

¿Es usted de los que se acuestan tarde? ¿O de los que les gusta dormir por la mañana? ¿Se echa unas horas de siesta durante el día? Ninguna de las dos cosas es correcta.

Consejo.

Todavía hay muchos interrogantes sobre el efecto de la duración del sueño en la calidad del mismo y en nuestro estado de ánimo al día siguiente. Los últimos descubrimientos de los científicos hablan de una duración adecuada del sueño de entre 6 y 7 horas.

Acuéstese un poco antes por la noche.

No es extraño que cuando la gente se acuesta tarde, tenga una mañana difícil. Y no sólo por la mañana. Todo el día es igual de pesado. Si no vas a trabajar, ¿crees que lo conseguirás al día siguiente? Un horario alterado de sueño-vigilia tiene sus consecuencias. Se puede considerar como un elemento perturbador en la aparición de la fatiga.

Dormir hasta tarde no ayuda, las personas tienden a ser igual de ineficaces y a sentirse débiles en general. Subjetivamente se sienten somnolientas y son incapaces de concentrarse, ya sea en el trabajo o en la vida cotidiana. El agotamiento excesivo tras una noche en vela provoca incluso problemas de comunicación, de concentración o el riesgo de quedarse dormido de repente, sea donde sea: el microsueño.

En cuanto te despiertes por la mañana, ¡sal de la cama!

No hace tanto tiempo que los científicos y los médicos recomendaban dormir más, pero investigaciones recientes demuestran más bien lo contrario: el exceso de sueño no nos ayuda; al contrario, cansa más y provoca agotamiento y apatía.

Algunas personas se preguntan cómo es posible, ya que han dormido incluso más de lo habitual. Por eso, cuando abras los ojos por la mañana, no los cierres y salgas de la cama. Ese vicioso "sólo un poco más" suele convertirse en horas de holgazanería.

Dato interesante: las personas somos seres individuales con necesidades individuales. Mientras que una persona necesita 8 horas de sueño, otra sólo necesita 5. Esta norma, propia de cada persona, es muy importante. Viene determinada por factores endógenos (internos) y exógenos (externos). Una persona que duerme 8 horas toda su vida no puede cambiar de repente a un ritmo de 5 horas. Por el contrario, para alguien que duerme 5 horas, unas pocas horas de más pueden inducirle fatiga todo el día siguiente. El tiempo óptimo de sueño suele ser de 6 a 7 horas.

2. Deja que entre más luz solar y oxígeno en tu casa

Es por la mañana y no te has enterado porque tu despertador se ha rendido y no te ha llegado ni un rayo de sol a través de las ventanas nubladas... ¿Afuera está en pleno apogeo y tú sigues soñando tu sueño?

En una habitación mal ventilada y caliente desde la noche, levantarse por la mañana es aún más difícil... ¡Oxigena tu cerebro y tu cuerpo!

Los rayos de luz activan la producción de la hormona de la felicidad.

¿Tienes un apartamento a oscuras como en una película de terror? ¿Tienes más miedo a la luz que Vlad Drácula? Estás cometiendo un gran error. Por un lado, el amanecer no anuncia la mañana, por otro, la falta de luz solar provoca no sólo más cansancio, sino también un peor estado de ánimo.

La luz desencadena la producción de serotonina (la hormona de la felicidad), que, además del buen humor, también influye en el estado de alerta. Está demostrado que los índices de depresión y suicidio aumentan durante el otoño. Esto se debe al clima frío con falta de luz. La luz también desencadena la producción de melatonina, que es importante para el buen funcionamiento del ritmo circadiano (del sueño).

Sólo un cerebro oxigenado puede funcionar correctamente

El cerebro es el órgano más sensible a la falta de oxígeno. Si se le priva por completo, se produce la muerte en 4 minutos. En una habitación donde se duerme y se espira toda la noche, no hay la misma concentración de oxígeno que en el aire fresco. Además, la temperatura de la habitación aumenta, lo que afecta negativamente al estado de alerta e induce una sensación de somnolencia.

Lo mejor, sobre todo en los meses más cálidos, es dejar una ventana abierta o al menos microventilar. Tener suficiente oxígeno no sólo ayuda a dormir bien por la noche, sino que también facilita despertarse y sentirse fresco a lo largo del día.

3. Piensa en tu régimen de bebida no sólo en verano

La carencia de líquidos y la deshidratación pueden ser muy peligrosas. La categoría de personas con más riesgo son los ancianos y los niños pequeños. En estas categorías de edad hay un alto riesgo de deshidratación debido a una ingesta insuficiente de líquidos, pero también a enfermedades con gran pérdida de agua (fiebre, diarrea).

Consejo: ¡La deshidratación en los niños puede ser peligrosa!

Beber de forma inadecuada provoca deshidratación, tensión arterial baja, insuficiente riego sanguíneo y oxigenación del cerebro, fatiga, somnolencia hasta la inconsciencia, pérdida del conocimiento y muerte. La deshidratación es incluso una de las causas más comunes de fatiga y somnolencia.

Sigue un régimen de bebida

En la mayoría de los casos, un adulto bebe lo suficiente. La ingesta óptima diaria de líquidos de un adulto oscila entre 2 y 4 litros, en función del peso. La situación empeora con los niños pequeños, que se olvidan de beber durante sus actividades favoritas, y también con los ancianos, que pierden la sed.

A veces resulta increíble, pero la falta de líquidos es una de las causas más comunes de la fatiga. La falta de líquidos provoca una presión arterial baja, una menor circulación de la sangre hacia los órganos y el cerebro y, en consecuencia, falta de concentración, fatiga y somnolencia. Al buscar su causa, muy a menudo nos olvidamos de los líquidos.

¡Evite la pérdida excesiva de líquidos!

La insuficiencia de líquidos en el organismo no sólo provoca una ingesta insuficiente de líquidos, sino también una pérdida excesiva de los mismos. La pérdida de líquidos se produce con bastante facilidad. Las mayores pérdidas se producen en afecciones como la diarrea, los vómitos o la sudoración excesiva en estado febril.

El aumento de la sudoración no sólo se produce en caso de infección y fiebre, sino también en condiciones corporales normales y temperaturas externas elevadas. Las temperaturas externas son mayores en verano, cuando deberíamos duplicar la ingesta de líquidos. También se producen pérdidas, por ejemplo, en la sauna o en determinadas ocupaciones (panaderías, incineradoras, cocinas, salas de ordenadores con poca ventilación).

4. No coma en exceso, coma sano

La comida poco sana se considera un ladrón de energía y comer en exceso provoca cansancio excesivo y somnolencia. Todo el mundo sabe que después de una comida copiosa llega la calma. Uno quiere dormir. Si uno no digiere bien todo lo que se ha permitido, no puede concentrarse adecuadamente en ninguna actividad.

No sólo la cantidad, sino también la calidad de la comida desempeñan un papel importante. Si uno come una ensalada de verduras, no suele tener problemas. Pero si prefiere una salchicha cargada de calorías con patatas asadas, regada con zumo azucarado, difícilmente seguirá trabajando al mismo ritmo. En tal caso, es difícil incluso respirar, por no hablar de trabajar.

Tabla que muestra el peso en kg/m² y el grado de obesidad:

Desnutrición menos de 18,5 kg
Peso normal De 18,5 kg a 24,9 kg
Sobrepeso 25 kg a 29,9 kg
Obesidad de grado I 30 kg a 34,9 kg
Obesidad de grado II 35 kg a 39,9 kg
Obesidad de grado III más de 40 kg

¿Come en exceso y se pregunta si está menos eficiente y cansado?

Comer en exceso provoca una reducción de la actividad física, y la reducción de la actividad física provoca obesidad. Al atiborrarnos constantemente de todo tipo de cosas, sanas y malsanas, entramos en un círculo vicioso de alimentación y pereza del que la salida es, en el mejor de los casos, difícil.

El cansancio excesivo es sólo una de las muchas consecuencias de la obesidad en las personas obesas. El cansancio se produce casi constantemente, incluso durante el día. Las personas obesas suelen ser menos activas física pero también mentalmente. Experimentan una disminución de la concentración, somnolencia y apatía.

La calidad de la dieta tiene una gran influencia en la lucha contra la fatiga

Somos lo que comemos, y no es una frase vacía. Cada vez son más los gastroenterólogos que afirman que la calidad de nuestra dieta repercute en nuestra flora intestinal, lo que a su vez repercute en nuestra salud física y mental. Una dieta poco saludable llena de grasas, azúcares, conservantes y otros aditivos repercute en cómo nos sentimos.

Una dieta poco saludable reduce nuestro rendimiento físico, aumenta nuestra fatiga e incluso afecta a nuestro estado de ánimo, estados y expresiones. Como uno de los muchos ejemplos, mencionemos la carne de pollo, de la que últimamente se habla cada vez más en los medios de comunicación, que está llena de esteroides y otras sustancias. Estas sustancias tienen un impacto significativo en la salud física y mental de una persona.

5. Pon tu vida en movimiento

¿Acabas de hacer ejercicio, pero en lugar de sentir la fatiga que esperabas, sientes una explosión de energía? ¿Un pequeño calentamiento te ha puesto en marcha, y ahora sientes que no puedes aflojar el ritmo y te gustaría hacer mucho más antes de que anochezca?

No es raro. El ejercicio y el movimiento regulares forman parte de un estilo de vida sano. Nos ayudan a mantener un cuerpo y una mente sanos. Tienen un efecto positivo en la prevención de varias enfermedades (sobre todo de la civilización).

El ejercicio regular reduce el riesgo de obesidad

Como ya se ha dicho, la obesidad aumenta el cansancio y hace que una persona esté constantemente agotada. Cada vez es capaz de hacer menos actividades y el cansancio le invade no sólo por la noche, sino también durante el día.

Haciendo ejercicio regularmente e incluyendo el deporte en su estilo de vida, elimina el riesgo de obesidad, reduce la obesidad que ya se ha producido y suprime la sensación de apetito, fatiga y agotamiento.

Deporte para un mejor estado de ánimo

Practicar deporte también reduce la fatiga y el bajo estado de ánimo al suprimir la producción de cortisol. Tenemos un exceso de cortisol sobre todo cuando estamos estresados. También ayuda a descomponer el agua en el cuerpo, reduciendo así la obesidad y ayudando a combatir las ojeras.

A su vez, aumenta la producción de endorfinas, especialmente la ya mencionada serotonina. Esto mejora el estado de ánimo y también aumenta la energía, por lo que no nos hace sentir cansados, sino más descansados y activos.

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  • vedanadosah. sk - Cómo afecta el estrés al funcionamiento del cerebro
  • solen.cz - Estrés, eustrés y angustia
  • solen. sk - Recomendaciones internacionales para el tratamiento de la obesidad
  • eduworld. sk - ¿Qué es lo que nos causa estrés? Incluso cosas que no pensarías
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