Calabacín, ¿qué beneficios tiene para la salud? (Vitaminas y usos)

Calabacín, ¿qué beneficios tiene para la salud? (Vitaminas y usos)
Fuente de la foto: Getty images

El calabacín es una hortaliza deliciosa y sabrosa con la que puedes dar variedad a tu dieta. Con él puedes preparar ensaladas, sopas, platos principales, cremas para untar e incluso tartas. Además, puedes cultivarlo fácilmente en casa.

Características

Esta verdura también es muy popular por su composición baja en calorías y sus numerosos nutrientes, ya que no contiene nada de grasa.

También es muy popular en las dietas de adelgazamiento por su alto contenido en agua, que alcanza hasta el 90 %. Gracias al agua, tiene un efecto limpiador y antibacteriano en el organismo.

Además de agua, también contiene vitaminas A, B, C, E y K. De los minerales, potasio, magnesio, fósforo, manganeso, selenio, sodio, calcio, fibra, zinc y hierro.

También contiene sustancias beneficiosas como carotenos, riboflavina y ácido fólico.

Es una hortaliza que se puede cultivar fácilmente en un balcón. Crece en arbustos bajos con grandes hojas verdes.

Tiene un bonito color en la época de floración y, aparte de su utilidad, también será un adorno en su jardín. La flor es grande y amarilla, en algunos casos puede ser de color amarillo claro o naranja.

Dependiendo de la variedad, el fruto puede recolectarse desde mediados de junio hasta octubre. Por fuera se parece a un pepino, con una superficie lisa y verde brillante.

Por dentro, se parece a una calabaza, pero en el centro hay una semilla que se puede comer sin miedo.

Los orígenes del calabacín se remontan a Italia, como revela su nombre, zucchini, que procede de la palabra italiana para calabaza, zucca.

Uso interno

El calabacín es un ingrediente muy popular entre cocineros y chefs creativos. Tiene un sabor y un aroma poco característicos, por lo que es fácil de combinar y se puede utilizar en una gran variedad de platos.

Hace que los platos sean más sanos e interesantes. No se recomienda desechar la piel al preparar los platos, ya que contiene una gran cantidad de vitamina C.

El calabacín puede utilizarse, por ejemplo, en cremas para untar, sopas, ya sean de carne o de verduras, y platos principales. Puede prepararse como la carne, es decir, frito, a la plancha o guisado con otras verduras en su jugo.

También puede utilizarse en guarniciones como ensalada o puré de calabacín.

También puede utilizarse para postres, ya sean tartas o incluso pasteles.

Además de ser un gran ayudante en la cocina, también es muy beneficioso para nuestro organismo.

Es especialmente útil para los problemas digestivos. Favorece muy bien el peristaltismo, es decir, la actividad de los intestinos. Al mismo tiempo, también limpia y no carga los riñones, lo que también tiene un efecto beneficioso en todo el tracto digestivo.

Gracias a su composición, puede librar al organismo del exceso de agua y sal.

Además de deshacerse del exceso de agua, también estimula el metabolismo, reduciendo así la fatiga y aumentando la energía.

En este caso, también ayuda a saciar durante las dietas gracias a la fibra y también reduce el colesterol gracias al potasio.

La combinación de fibra y potasio también actúa sobre la salud de la circulación sanguínea, lo que es bueno para la presión arterial y un corazón sano.

Debido a su capacidad para limpiar el organismo y librarlo de contaminantes, favorecerá el rejuvenecimiento del cuerpo y reducirá la inflamación del organismo.

Uso externo

Para uso externo, el calabacín también es muy útil. Es beneficioso para la piel y especialmente para el contorno de los ojos.

Se puede utilizar como mascarilla para los ojos. Gracias a su composición, tras 30 minutos de aplicación, se reducirán las bolsas y ojeras. Lo mejor es repetirlo varias veces al día.

También se puede convertir en una mascarilla para todo el cuerpo. Basta con rallar el calabacín, mezclarlo con aceite de oliva y crema agria y la mascarilla estará lista. Una mascarilla así es lo mejor para la piel quemada por el sol, pero también para combatir las arrugas o la piel seca.

Cosecha y almacenamiento

La recolección de los calabacines depende de cada especie, pero es habitual que maduren poco a poco y, por tanto, estén disponibles en el huerto de junio a octubre.

Se sabe cuándo están maduros porque el fruto está ligeramente más blando que los demás. También puede indicarlo un golpeteo, como en el caso del melón.

La madurez del calabacín también depende de su tamaño. Los calabacines jóvenes de unos 25 cm son los mejores.

Si lo cosechas con regularidad, crearás tierra fértil para que crezcan más.

También hay que dejar al menos 3 cm de tallo al cosecharlos, así se mantendrán frescos durante más tiempo y evitarás que se estropeen.

Guardarlos es fácil: basta con dejarlos en una habitación fresca, seca y ventilada. Algunas personas recomiendan también encerar el tallo, debería durar aún más.

La clave es no lavar el calabacín después de cosecharlo y limpiarlo bien de tierra.

Cultivo del calabacín

Los calabacines necesitan un suelo cálido y húmedo, en el que se desarrollan mejor. En las regiones templadas se recomienda cultivarlos en invernadero.

Algunas variedades dan fruto en buenas condiciones al mes y medio de la siembra.

Las semillas deben plantarse bien separadas entre sí, ya que la planta necesita mucho espacio. El espaciado debe ser de al menos 70 cm a 1 m.

Se recomienda regar la tierra, sobre todo para evitar que se marchiten las hojas o se pudra el tallo.

En los días lluviosos, los frutos también deben protegerse del contacto directo con la tierra húmeda, por ejemplo, colocándolos sobre lana de madera, paja o serrín.

Los frutos podrían empezar a pudrirse y enmohecerse.

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