Tratamiento de la tuberculosis: ¿cómo tratar, qué fármacos son eficaces? ATB y otros principios
El objetivo principal del tratamiento de la tuberculosis es, por supuesto, curar al paciente infectado y evitar su muerte. Un aspecto importante del tratamiento es también la prevención de las secuelas tardías, la prevención de las recaídas y la prevención de la transmisión de la tuberculosis a otras personas que hayan estado o vayan a estar en contacto con el paciente.
El tratamiento puede ser indicado y prescrito por un médico especialista en neumología y fisiología.
El médico es el responsable profesional de la correcta indicación del tratamiento y del ajuste de la dosis, así como del seguimiento y la detección precoz de los efectos adversos del tratamiento.
En el tratamiento de la tuberculosis se utilizan fármacos antituberculosos. Estos fármacos quimioterapéuticos tienen tres características
- bactericidas - matan las bacterias
- pueden esterilizar el entorno
- protegen contra la aparición de resistencias micobacterianas
En la medicina moderna, los fármacos antituberculosos bactericidas se utilizan en ciclos cortos. La isoniazida y la rifampicina son los fármacos antituberculosos bactericidas más potentes y eficaces contra todas las cepas de tuberculosis.
- La isoniazida (I) es el fármaco más agresivo y puede erradicar hasta el 90% de las micobacterias en tan sólo una semana.
- La rifampicina (R) es eficaz contra las bacterias que se multiplican rápidamente y destruye las denominadas bacterias persistentes, que son bacterias que permanecen inactivas durante mucho tiempo y podrían activarse en cualquier momento.
- La pirazinamida (P) es capaz de actuar en medios ácidos y destruye eficazmente las bacterias que han engullido los macrófagos.
- La estreptomicina (S) actúa contra las micobacterias que viven fuera de la célula, es decir, en el medio extracelular.
- El etambutol (E) es eficaz en combinación con los fármacos anteriores y su importancia radica en la prevención de la farmacorresistencia.
La combinación de estos fármacos es la clave para prevenir la aparición de resistencias micobacterianas a los medicamentos antituberculosos.
La combinación básica es isoniazida, rifampicina y pirazinamida.
En una persona con tuberculosis confirmada por primera vez, es suficiente una pauta de tratamiento de 6 meses. Se administra una combinación de cuatro fármacos durante dos meses, seguida de una fase de continuación de 4 meses con una combinación de dos fármacos.
Para la enfermedad recidivante, se utiliza una combinación de hasta cinco en la fase inicial y de tres en la fase de continuación.
En caso de hallazgos extensos en la radiografía de tórax, positividad microscópica persistente y mal estado clínico del paciente, la fase inicial en combinación cuádruple se amplía de dos a tres meses. La fase de continuación es la misma durante 4 meses.
La duración total del tratamiento se amplía así a 7 meses.
