Trastorno depresivo: ¿cuáles son las causas y los síntomas del estado de ánimo depresivo?

Trastorno depresivo: ¿cuáles son las causas y los síntomas del estado de ánimo depresivo?
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La depresión es un trastorno grave que afecta aproximadamente a una de cada diez personas en el mundo.

Características

La depresión es una enfermedad grave que afecta aproximadamente a una de cada diez personas en el mundo.

Aunque hay muchos medicamentos y opciones psicoterapéuticas eficaces, la mayoría de los pacientes con depresión no son diagnosticados ni tratados.

La depresión sigue estando estigmatizada como enfermedad mental y la mayoría de las personas se avergüenzan de buscar ayuda profesional, por lo que a menudo se retrasa su diagnóstico.

Una consecuencia temida de la depresión no tratada de esta manera es el riesgo de suicidio. Hasta el 15% de los pacientes con depresión deciden poner fin a su vida de esta manera.

¿Cómo se caracteriza?

La depresión es una enfermedad mental grave y cada vez más frecuente. En psiquiatría se clasifica como trastorno afectivo.

Un trastorno afectivo significa que se basa en una alteración patológica del estado de ánimo.

La depresión es un importante problema médico, pero también social y económico.

Entre las enfermedades mentales, la depresión es la más frecuente.

Resulta alarmante que hasta un 10-15% de la población mundial experimente algún tipo de episodio depresivo al menos una vez en su vida. Otro aspecto grave del trastorno depresivo es su recurrencia y frecuente curso crónico.

La consecuencia más grave de un trastorno depresivo no tratado es el riesgo de suicidio.

Concomitantes críticos de la depresión son el empeoramiento o el desarrollo de enfermedades somáticas graves, como enfermedades cardiovasculares, gastroenterológicas o neurológicas.

La depresión también se caracteriza por el absentismo, es decir, la ausencia del trabajo. También se da el fenómeno del presentismo: la persona deprimida está presente en el trabajo, pero su productividad se reduce al mínimo.

Este fenómeno está relacionado con las consecuencias económicas negativas de la enfermedad.

Las consecuencias económicas de la depresión pueden expresarse en términos de AVAD (años de vida ajustados en función de la discapacidad). De 1990 a 2016, el número de AVAD aumentó hasta un 50% en todo el mundo.

Esto sitúa a la depresión entre las diez enfermedades que suponen una mayor carga económica para la sociedad.

Muchos pacientes siguen sin recibir ayuda. A menudo no se reconoce su enfermedad y, por tanto, no se trata.

La depresión sigue estando estigmatizada como trastorno mental.

Casi el 60% de las personas con depresión ni siquiera buscan ayuda médica por miedo a opiniones inaceptables de los demás, sentimientos de vergüenza y fracaso en su vida personal y profesional.

Causas

La causa del trastorno depresivo aún no se ha dilucidado con claridad. En la actualidad, se supone un mecanismo multifactorial de su aparición. Los factores genéticos y ambientales desempeñan un papel importante.

Algunos estudios científicos sugieren que los factores genéticos no tienen una influencia importante en el desarrollo de la depresión de aparición tardía. En el desarrollo de la depresión de aparición temprana, la genética parece ser una de las causas clave.

Los familiares de primer grado (madre, padre) tienen hasta tres veces más probabilidades de desarrollar depresión que la población general.

La depresión se desarrolla incluso en personas que no tienen antecedentes familiares de depresión. Este hecho apunta a la influencia sustancial de los factores ambientales en el desarrollo de esta enfermedad.

Los principales desencadenantes de la depresión son los acontecimientos vitales traumáticos y las dificultades.

Las experiencias traumáticas, como la muerte o pérdida de un ser querido, la falta de apoyo social, el cuidado de una persona gravemente enferma o discapacitada, los problemas económicos o los conflictos interpersonales, son enormes factores de estrés para algunas personas que pueden desencadenar la depresión.

Cuando están emocionalmente estresadas, las personas con los siguientes rasgos de carácter son propensas a desarrollar depresión:

  • orden
  • conciencia
  • afectuoso
  • concentración en el rendimiento
  • dependencia de las relaciones personales íntimas
  • obsesión
  • moderación
  • discreción
  • dominación

Los denominados factores de riesgo biológicos potenciales son las enfermedades crónicas, que suelen ir acompañadas de una depresión profunda y crónica.

Algunos ejemplos son

Es probable que el deterioro de la regulación y la interacción entre la disponibilidad, los receptores y la sensibilidad de los neurotransmisores desempeñe un papel en el desarrollo de la depresión.

El neurotransmisor más importante en la patogénesis de la depresión es la serotonina y la alteración de su actividad en el sistema nervioso central.

Otros neurotransmisores responsables del desarrollo de trastornos afectivos son

  • noradrenalina
  • dopamina
  • el glutamato
  • el factor neurotrófico BDNF

El trastorno afectivo estacional es una forma de depresión que aparece en otoño e invierno y desaparece en primavera y verano. Este tipo de depresión también está causado por cambios en los niveles de serotonina del SNC, pero estas fluctuaciones se deben a cambios en los ritmos circadianos y a una menor exposición a la luz solar.

No hay que pasar por alto el riesgo de tomar muchos medicamentos o de aumentar la cantidad de alcohol. Entre los medicamentos que pueden desencadenar un trastorno depresivo se incluyen:

  • aciclovir
  • derivados anfetamínicos
  • esteroides anabolizantes
  • anticonvulsivos
  • baclofeno (tras una interrupción rápida)
  • barbitúricos
  • benzodiacepinas (tras la abstinencia)
  • betabloqueantes
  • clonidina
  • anticonceptivos orales
  • corticosteroides
  • digitálicos
  • interferón alfa
  • isoniazida
  • levodopa
  • metoclopramida
  • fármacos antirreumáticos no esteroideos
  • teofilinas
  • tiazidas
  • hormonas tiroideas

Síntomas

Un síntoma característico de todos los trastornos afectivos es un estado de ánimo patológicamente alterado.

En el caso del trastorno depresivo, se trata principalmente de tristeza patológica. El paciente no sólo puede sentir tristeza, sino que también puede sentirse vacío, desinteresado, deprimido, ansioso y, en ocasiones, hosco y nervioso.

Este estado de ánimo triste difiere de la tristeza normal, comúnmente sentida, en su intensidad irracional sin ningún estímulo aparente y también en su larga duración.

Los episodios depresivos se dividen en cuatro formas según la gravedad de los síntomas:

  1. episodio depresivo leve
  2. episodio depresivo moderado
  3. episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos
  4. episodio depresivo grave con síntomas psicóticos

El estado de ánimo depresivo patológico también se asocia a otros síntomas:

  • Anhedonia - Incapacidad para disfrutar de actividades que antes proporcionaban placer y sentimientos agradables al individuo.
  • Cambios de humor diarios - Típicamente, el paciente se siente peor por la mañana, experimentando el llamado pesimismo matutino, incapaz de empezar el día y, en casos extremos, incapaz incluso de levantarse de la cama (estupor).
  • Alteraciones de la alimentación y del apetito - Con mayor frecuencia se produce una disminución del apetito, pero también se come en exceso y aumenta la ingesta de alimentos principalmente calóricos y poco saludables.
  • Cambio de peso - La pérdida de peso patológica se define como una pérdida de peso del 5% al mes.
  • Insomnio o trastornos del sueño - Son muy típicos los despertares matutinos en torno a las 3-4 de la madrugada y la dificultad para conciliar el sueño.
  • Pérdida de apetito sexual (disminución de la libido).
  • Sensación de falta total de energía, fatiga precoz incluso después de la más mínima actividad. Especialmente agotadora es la carga psicológica, que el paciente no puede tolerar en absoluto.
  • Hipobulia - Sensación de que el paciente tiene que forzarse para realizar cualquier actividad, incluso las rutinarias.
  • Hipoactividad - Una consecuencia de la hipobulia.
  • Pensamiento bradipsíquico - Ralentización del pensamiento, la función cognitiva se deteriora. También pueden aparecer signos de demencia (pseudodemencia depresiva).
  • El pensamiento depresivo se acompaña de síntomas psicóticos en casos de depresión grave, denominados delirios depresivos, que pueden ser
    • Autoinculpación - El paciente se culpa a sí mismo de desgracias que afectan a personas inocentes, la mayoría de las veces familiares cercanos, pero a menudo también a completos desconocidos, por ejemplo, víctimas de catástrofes mundiales.
    • Insuficiente: se considera completamente incapaz.
    • Ruinoso - El paciente tiene la idea irrefutable de que acabará "arruinado", teme perder todas sus posesiones y empobrecerse.
    • Nihilista - En casos extremos de depresión, el paciente llega a negar la existencia de su propia persona, a veces incluso la existencia de un familiar o la presencia de sus órganos internos.
    • Hipocondríaco - El paciente sufre el delirio de padecer una enfermedad incurable, mortal, a menudo desconocida y rara.

Riesgo de suicidio

Estudios psiquiátricos retrospectivos señalan el grave y triste hecho de que hasta el 80% de los suicidios consumados tienen algún trastorno afectivo subyacente. Los trastornos afectivos, entre los que se incluye la depresión, son enfermedades esencialmente tratables, lo que hace que este hecho sea aún más inquietante.

Aproximadamente el 5-15% de los pacientes con depresión acaban con su vida por suicidio.

Estadísticamente, el grupo de edad más frecuente es el de los hombres de unos 70 años y la causa de la muerte suele ser el ahorcamiento o la asfixia.

En el caso de las mujeres, los métodos de suicidio más comunes son el envenenamiento por drogas o venenos naturales, el corte o el apuñalamiento.

Se utilizan varios cuestionarios para el reconocimiento precoz del riesgo de suicidio.

Uno de los cuestionarios más conocidos es el CUESTIONARIO PÖLDINGER:

  1. Parte:
  • ¿Ha pensado recientemente en la posibilidad de suicidarse?
  • ¿Piensa a menudo en esta posibilidad?
  • ¿Tiene que pensar en ello incluso cuando no quiere?
  • ¿Le obligan estos pensamientos contra su voluntad?
  • ¿Has pensado alguna vez en el método del suicidio?
  • ¿Te has preparado para el suicidio?
  • ¿Has hablado con alguien sobre tus pensamientos suicidas?
  • ¿Has intentado suicidarte en el pasado?
  • ¿Se ha suicidado algún familiar o amigo?
  • ¿Sientes que tu situación es terrible y desesperada?
  • ¿Le resulta difícil pensar en otra cosa que no sean sus problemas actuales?
  • ¿Está menos en contacto con sus familiares y amigos?
  • ¿Le interesa lo que ocurre en su barrio o en el trabajo?
  1. Parte:
  • ¿Disfruta de sus aficiones?
  • ¿Tienes a alguien en tu barrio con quien puedas hablar abiertamente y con confianza de tus problemas?
  • ¿Vive con otras personas (familia, amigos)?
  • ¿Tiene un fuerte sentido de la responsabilidad hacia su familia y en el trabajo?
  • ¿Es usted una persona religiosa?

Con cada respuesta "sí" en la primera parte del cuestionario y con cada respuesta "no" en la segunda parte del cuestionario, aumenta el riesgo de suicidio.

La detección del riesgo de suicidio es esencial para todos los pacientes con depresión. Si existe un riesgo real de suicidio, el paciente debe ser hospitalizado inmediatamente, incluso en contra de su voluntad.

Diagnósticos

La base de la investigación de la depresión es la historia clínica, en la que se examina principalmente la presencia de síntomas neurovegetativos, concretamente cambios en los patrones de sueño, apetito y disminuciones o variaciones diurnas en la percepción de falta de energía.

También es importante la duración de los síntomas, la pérdida de concentración (a veces visible directamente al comunicarse con el paciente), la pérdida de peso, el uso excesivo de ciertos medicamentos, etc.

Estos 9 síntomas se enumeran en el cuestionario del DSM-5.

Al menos cinco de ellos deben estar presentes para que se establezca un diagnóstico:

  1. Alteraciones del sueño
  2. Incapacidad para ilusionarse con algo
  3. Sentimientos de culpa o inutilidad
  4. Reducción de la energía y fatiga
  5. Deterioro de la concentración y la atención
  6. Cambios en el apetito y cambios de peso asociados
  7. Alteraciones psicomotoras
  8. Pensamientos suicidas
  9. Estado de ánimo depresivo

Otros puntos de la historia clínica son los antecedentes familiares y la medicación actual, la historia social centrada en posibles factores de estrés laboral, los antecedentes de adicciones, consumo de drogas y alcohol, ludopatía, juego, etc.

La exploración física y el diagnóstico por imagen (resonancia magnética cerebral) tienen como objetivo descartar posibles causas orgánicas de la depresión.

De los exámenes de laboratorio, se realizan los siguientes

  • Recuento sanguíneo, especialmente de glóbulos rojos (depresión en caso de anemia)
  • Hormona estimulante del tiroides (TSH)
  • Vitamina B12
  • Reacción rápida a la reagina (RRR - detección de la sífilis)
  • Prueba del VIH
  • Electrolitos, incluidos los niveles de calcio, fosfato y magnesio
  • Ácido úrico y creatinina
  • Enzimas hepáticas
  • Nivel de alcohol en sangre y otras pruebas toxicológicas en sangre y orina
  • Pruebas ácido-base en sangre arterial
  • Prueba de supresión con dexametasona (utilizada principalmente en el diagnóstico de la enfermedad de Cushing, pero también es positiva para la depresión)

Curso

El curso de los episodios depresivos se caracteriza por su frecuente recurrencia.

Se alternan períodos de síntomas agudos y períodos de calma, es decir, de remisión.

El cuadro clínico de los episodios depresivos en un mismo paciente es esencialmente similar, podría decirse que el paciente experimenta lo mismo una y otra vez.

La fase aguda de la depresión suele ser la fase en la que se diagnostica la depresión y se inicia el tratamiento con antidepresivos. Esta fase dura desde el inicio del tratamiento hasta que remiten los síntomas de la depresión.

Al principio, después de la sexta semana de tratamiento, podemos esperar una mejora del estado de ánimo de alrededor del 50%. Después de la duodécima semana de antidepresivos, solemos observar un efecto de la terapia de alrededor del 80%.

La siguiente fase de la terapia se produce en el momento de la resolución parcial o completa de los síntomas. Esta fase es bastante larga e idealmente dura hasta 1 año. Aunque los antidepresivos suprimen los síntomas de la depresión, la modificación de la patología de los neurotransmisores en el SNC lleva mucho más tiempo.

Las otras dos fases, continuación y mantenimiento, son necesarias para prevenir la recurrencia de la enfermedad y proteger al paciente del brote de un nuevo episodio depresivo.

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