Tratamiento de la tos ferina: fármacos, antibióticos y tiempo. ¿Ayudarán los consejos naturales de las abuelas?

La primera elección en el tratamiento de la tos ferina es el uso de antibióticos macrólidos (principio activo azitromicina o claritromicina).

En caso de alergia a los antibióticos macrólidos, el agente quimioterapéutico alternativo trimetoprim sulfametoxazol, perteneciente al grupo de las sulfonamidas, se utiliza habitualmente en el tratamiento de diversas infecciones bacterianas.

Los antibióticos del grupo de las tetraciclinas (principio activo doxiciclina) también son eficaces.

El papel principal lo desempeña el tiempo...

En la fase paroxística avanzada, la Bordetella pertussis empieza a segregar la toxina bordetella en el torrente sanguíneo, que ya no se ve afectada significativamente por los antibióticos.

En esta fase, los antibióticos no alivian significativamente la tos ferina del paciente, pero sí reducen la infecciosidad del paciente al medio ambiente.

El tratamiento antibiótico también se administra de forma profiláctica a los contactos cercanos de la persona infectada, independientemente de su estado inmunitario, edad o síntomas.

En los casos graves también puede administrarse una terapia adicional además del tratamiento antibiótico:

  • administración de corticosteroides
  • inhalación de oxígeno
  • inmunoterapia con gammaglobulina hiperinmune, que neutraliza la toxina bordetella, en niños menores de 2 años.

No obstante, en algunos casos pueden recomendarse expectorantes o espasmolíticos, en función de la evolución de la propia tosferina.

De los suplementos nutricionales, según el estado y la edad del paciente, es aconsejable la administración de productos de apoyo inmunitario -vitamina D, vitamina C, betaglucanos, zinc y selenio-.

También es importante descansar, beber suficientes líquidos y ventilar la habitación con frecuencia.

Tratamiento natural de la tos ferina

Es sólo de apoyo.

Entre las hierbas, se utilizan principalmente la agripalma, el tilo, la menta, la milenrama y el saúco.

Para los niños pequeños, se aconseja el uso de infusiones infantiles, por ejemplo, para los bronquios o las vías respiratorias.

La cocción al vapor también puede ser beneficiosa, como en otras enfermedades respiratorias.

Antiguamente, en las llamadas "recetas de la abuela" se utilizaba jarabe de cebolla casero con miel.

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