Tratamiento del tétanos: medicamentos, antibióticos y otros cuidados especializados

La mejor forma de tratar con éxito el tétanos es en la unidad de cuidados intensivos, en colaboración con varios especialistas, como un anestesista, un neurólogo, un infectólogo o un cardiólogo.

Los principales objetivos del tratamiento son

  • interrupción de la producción de toxina
  • neutralización de la toxina no unida
  • control de los espasmos musculares
  • control de la desregulación del sistema nervioso autónomo
  • terapia respiratoria de apoyo adecuadamente programada

En las dos últimas décadas, los pilares de la terapia han sido la sedación intensa, la parálisis muscular y la ventilación pulmonar artificial.

Interrupción de la producción de toxinas

Tratamiento de lesiones

Es esencial el cuidado local de las heridas, incluida la limpieza quirúrgica de las mismas. Deben retirarse los cuerpos extraños de la herida. Las heridas deben mantenerse constantemente húmedas y dejarse abiertas.

El tejido muerto y necrótico también debe extirparse quirúrgicamente.

Tratamiento antimicrobiano

Los agentes antimicrobianos se administran comúnmente a los pacientes con tétanos, pero es probable que sólo desempeñen un papel relativamente menor en su tratamiento. La penicilina, que es eficaz contra la mayoría de los clostridios, ya no se recomienda para el tétanos. La penicilina, como antagonista del GABA (el principal neurotransmisor del SNC), puede exacerbar las convulsiones.

Actualmente, la opción terapéutica adecuada es la administración intravenosa de metronidazol (500 mg cada 6 horas en adultos o 7,5 mg/kg cada 6 horas en lactantes).

Otros antibióticos alternativos son la clindamicina, la tetraciclina y la vancomicina.

Neutralización de la toxina no unida

Lamentablemente, la administración de una antitoxina que se supone que inactiva la toxina unida en el SNC no es beneficiosa. Esto se debe a que la tetanospasmina se une irreversiblemente a los tejidos y sólo se puede inactivar la toxina aún no unida.

Neutralizar la toxina aún circulante antes de que se una a las células nerviosas evitará que la toxina se propague en el SNC y, por tanto, reducirá significativamente otros síntomas del tétanos. El tratamiento específico debe iniciarse inmediatamente cuando se sospeche esta infección.

Control de los espasmos musculares

Los espasmos musculares masivos pueden provocar insuficiencia respiratoria, asfixia y llevar al agotamiento general.

La provocación de calambres musculares puede reducirse colocando al paciente en una habitación oscura y tranquila.

La sedación y la relajación muscular pueden conseguirse administrando diazepam y otros fármacos del grupo de las benzodiacepinas (lorazepam o midazolam), que son igualmente eficaces. Aunque estos agentes son capaces de antagonizar indirectamente el efecto de la toxina, no restablecen los procesos inhibitorios alterados en el SNC.

Si las convulsiones no se pueden aliviar lo suficiente, se utilizan los llamados bloqueantes neuromusculares. El bloqueo neuromuscular se puede conseguir mediante fármacos curareform. Los fármacos más utilizados son el pancuronio y el vecuronio.

Tratamiento de la desregulación del sistema nervioso autónomo

Se trata suprimiendo la liberación excesiva de catecolaminas que causa la disfunción autonómica.

Los fármacos utilizados son, por ejemplo, el lablol o la morfina. Esta última se utiliza habitualmente para controlar la disfunción autonómica, así como para inducir la sedación y regular la frecuencia cardiaca. Otros fármacos adecuados son, por ejemplo, la atropina, la clonidina y la bupivicaína epidural.

Cuidados de apoyo y ventilación

La traqueotomía (una abertura para permitir la respiración creada en la garganta) y el traslado a la unidad de cuidados intensivos deben realizarse rápidamente, antes de que comiencen las convulsiones.

La traqueotomía debe realizarse en las 24 horas siguientes al diagnóstico en los pacientes en los que se prevea un tétanos de leve a moderado.

Inicialmente, se utiliza la intubación endotraqueal (un tubo que se introduce en las vías respiratorias a través de la cavidad oral). Con la ventilación mecánica a largo plazo, el paciente debe ser ventilado a través de una traqueostomía, lo que permite una mejor aspiración de la mucosidad y evita el laringoespasmo, que aumenta la mortalidad.

También evita la aspiración de secreciones y la asfixia o permite la introducción de sondas adicionales necesarias para la nutrición.

El objetivo principal de los cuidados de apoyo es prevenir estas complicaciones:

  • infecciones nosocomiales
  • úlceras de decúbito
  • hemorragias gastrointestinales
  • eventos tromboembólicos
  • estenosis traqueal

Los pacientes con tétanos grave permanecen encamados y ventilados durante largos periodos de tiempo. La estancia media en las unidades de cuidados intensivos es de aproximadamente 33-40 días.

Durante esta estancia se les alimenta e hidrata por vía parenteral, es decir, los nutrientes se administran directamente en las venas.

Un soporte nutricional adecuado minimiza las complicaciones causadas por la desnutrición, mantiene el equilibrio electrolítico y mejora el tratamiento de las arritmias cardiacas.

La prevención de la tromboembolia implica la administración de heparinas, heparinas de bajo peso molecular u otros anticoagulantes, cuya administración no se retrasa. Los pacientes en decúbito tienen un alto riesgo de coágulos sanguíneos y su paso al torrente sanguíneo de los pulmones o el cerebro.

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