Tratamiento del síndrome del intestino irritable + ¿Cómo combatirlo eficazmente? + Dieta

Lo más importante en el tratamiento es la cooperación entre el médico y la persona con SII. El enfermo debe darse cuenta de que se trata del síndrome del intestino irritable. A continuación se puede explicar la naturaleza y la importancia del tratamiento no farmacológico.

El tratamiento no farmacológico es más importante que el tratamiento farmacológico. Las medidas de régimen y los cambios en el estilo de vida son importantes. Sin estas medidas, el éxito es imposible. Debe evitarse el estrés y la carga de trabajo excesiva. Ni siquiera se debe trabajar por la noche.

Alrededor del 30% de las personas con SII viven toda su vida.

La modificación de la dieta es importante. Hay que comer porciones más pequeñas y, si es posible, más a menudo. La dieta debe incluir, especialmente en la forma estreñida, un aumento gradual de la ingesta de fibra. La modificación de la dieta también incluye ejercicio regular, suficiente descanso y sueño.

La modificación de la dieta incluye:

  • Modificación de la dieta, porciones más pequeñas y más frecuentes.
  • Ingesta de fibra suficiente - hay que tener cuidado de añadir fibra gradualmente y no de golpe
  • Ajuste de la microbiota intestinal, es decir, administración de probióticos.
  • Limitar los alimentos irritantes, como la leche o los alimentos grasos.

El tratamiento no farmacológico también se basa en el apoyo psicosocial. No hay que avergonzarse de pedir consejo a un psicólogo o psiquiatra. La hipnoterapia, la acupuntura y la terapia cognitivo-conductual también dan resultados. Los ejercicios respiratorios, el entrenamiento para respirar correctamente y la biorretroalimentación también son importantes.

En particular, se trata de aprender técnicas para hacer frente al estrés y a la tensión psicológica excesiva. La psique desempeña un importante papel provocador.

En caso necesario, también se dispone de tratamiento farmacológico. Se utilizan espasmolíticos y analgésicos, absorbentes (por ejemplo, carbón vegetal), antidiarreicos y, a la inversa, inductores de las deposiciones. Los probióticos antes mencionados son de gran importancia.

En caso necesario, psicofármacos.

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