Tratamiento de la neuropatía diabética: Fármacos para aliviar las molestias...

Por desgracia, no existe una cura específica para la neuropatía diabética. La terapia es sintomática, preventiva, alivia los problemas existentes y mejora el bienestar del paciente.

Los objetivos del tratamiento son los siguientes

  • ralentizar la progresión de la enfermedad y el empeoramiento de los síntomas
  • aliviar el dolor
  • restablecer el correcto funcionamiento de los órganos y prevenir las complicaciones

Frenar la progresión de la enfermedad

El factor más importante para prevenir daños nerviosos adicionales es el control cuidadoso de los niveles de azúcar en sangre, es decir, la glucemia.

La glucemia en ayunas es el nivel de azúcar en sangre al menos ocho horas después de la última comida. El valor ideal se sitúa entre 3,3 y 5,6 mmol/l.

La glucemia aleatoria es un valor que se mide durante el día independientemente de la ingesta de alimentos, por ejemplo, 2 horas después de la última comida. Se trata sólo de un valor orientativo, pero lo ideal es que no supere los 7,8 mmol/l.

Otras formas importantes de ralentizar o prevenir el deterioro de la neuropatía son mantener la tensión arterial bajo control, mantener un peso saludable y realizar actividad física con regularidad.

Alivio del dolor

El tratamiento del dolor neuropático en la forma dolorosa de la neuropatía diabética todavía no es satisfactorio. Sólo la mitad de los pacientes experimentan alivio del dolor.

La clave está en individualizar el tratamiento, ya que no todos los pacientes son aptos para la misma terapia.

Los anticonvulsivantes, que también se utilizan en el tratamiento de los trastornos convulsivos, son los fármacos de primera elección. Los fármacos más utilizados con buen efecto son la gabapentina y la pregabalina. Los efectos secundarios habituales son somnolencia, mareos e hinchazón.

También se utilizan antidepresivos como la amitriptilina, la duloxetina, etc. Los efectos secundarios son bastante comunes e incluyen sequedad de boca, somnolencia, disminución del apetito y estreñimiento.

Los opiáceos se consideran fármacos de segunda elección si el trastorno no mejora. Hay que tener mucha precaución al tomarlos, ya que estos fármacos crean adicción rápidamente.

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