Tratamiento de la fiebre amarilla: reducción de la temperatura y otras medidas

No existe un tratamiento directo para la fiebre amarilla que trate su causa, por lo que se trata sintomáticamente. En la práctica, esto significa que, sobre todo en la primera fase, se administran medicamentos para:

  • Bajar la temperatura.
  • Mantener un estado de hidratación
  • La persona debe guardar reposo y permanecer en cama
  • No se recomienda ninguna actividad física importante

Una vez que la enfermedad pasa a la segunda fase, es importante un tratamiento más intensivo:

  • Se administra una infusión de glucosa y otras sustancias de apoyo.
  • Debe seguirse una dieta que no afecte al hígado (si la enfermedad ataca gravemente al hígado o los riñones)
  • Se administran transfusiones de sangre para reponer los glóbulos rojos si se producen hemorragias
  • Deben administrarse dosis elevadas de vitamina K
  • Si se produce insuficiencia renal, debe realizarse una depuración extracorpórea de la sangre mediante hemodiálisis

En el lado positivo, si una persona supera la enfermedad, ésta no suele dejar más efectos ni complicaciones en su salud.

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