Parálisis cerebral: ¿cuáles son sus causas y cómo se manifiestan sus formas?

Parálisis cerebral: ¿cuáles son sus causas y cómo se manifiestan sus formas?
Fuente de la foto: Getty images

La parálisis cerebral es un trastorno del control motor central y una enfermedad del sistema nervioso. La enfermedad puede ser congénita o adquirida. En su aparición intervienen diversos factores que afectan al cerebro en desarrollo. Surge durante el desarrollo prenatal, durante el periodo del parto e incluso después del nacimiento.

Características

La parálisis cerebral se define como un trastorno del neurodesarrollo que afecta al desarrollo motor del niño. Deterioro del desarrollo motor significa que existe una deficiencia a nivel de movilidad, coordinación y control general del movimiento.

La alteración se produce durante el periodo de desarrollo del cerebro. Puede ocurrir durante el desarrollo prenatal o en el momento del nacimiento, así como después del nacimiento. Además de la alteración motora, la enfermedad también afecta a otras partes relacionadas con el sistema nervioso, como por ejemplo

  • alteraciones sensoriales, como deficiencias visuales
  • alteraciones perceptivas
  • alteraciones de la atención
  • trastornos del habla y retraso en el desarrollo del habla
  • disminución del intelecto
  • trastornos del comportamiento
  • retraso mental
  • son frecuentes los ataques epilépticos

La enfermedad no es hereditaria. Afecta a otras áreas además de la salud. La parálisis cerebral se asocia a dificultades a nivel educativo y social. Requiere un enfoque multidisciplinar, en el que intervienen un pediatra, un neurólogo pediátrico, un psicólogo, un logopeda, un cirujano ortopédico y personal de rehabilitación.

Modelo cerebral
Forma de parálisis cerebral según la afectación del sistema nervioso. Fuente: Getty Images

El desarrollo motor del niño está retrasado o es deficiente. Por lo general, la enfermedad se manifiesta en los primeros 6 meses de vida del niño. La parálisis cerebral tiene varias formas. Más concretamente, la parálisis cerebral se divide en tres formas:

  1. la forma espástica
  2. la forma no espástica
  3. la forma atáctica
  4. un grupo especial es la forma combinada

La tabla muestra la división de la parálisis cerebral

Nombre Nivel de deficiencia Representación Descripción
Forma espástica Daños en la parte motora del sistema nervioso
70-80% de los afectados

se caracteriza por una tensión muscular persistente
esto limita o incluso impide el movimiento

esta forma se subdivide en

Forma diparética

Afecta a las extremidades, pero principalmente a las inferiores.

Forma hemiparética

Parálisis que afecta a un lado del cuerpo.

Forma triparética

Afecta a tres extremidades, por ejemplo dos inferiores y una superior

Cuadriparesia

discapacidad grave de los músculos de la cabeza, el tronco y las extremidades

Forma no espástica daños en los ganglios basales 10-20 % de los casos Forma discinética - tensión muscular alterna, movimientos involuntarios incontrolables del cuerpo, movimiento tembloroso
Forma hipotónica: la tensión muscular se reduce en general, especialmente en el tronco y las extremidades. Marcha inestable, aumento de la amplitud de movimiento en las articulaciones. Suele cambiar a otra forma en el tercer año. Si persiste, se denomina síndrome hipotónico permanente.
Forma atáctica Daños en el cerebelo 5-10% de las personas con parálisis cerebral Dificultad con el equilibrio, coordinación de movimientos, temblores corporales presentes durante la actividad consciente
Daño combinado daños a varios niveles Las formas espástica y discinética son las más frecuentemente combinadas

Causas

La parálisis cerebral se produce como resultado de daños en el cerebro en desarrollo. La parálisis cerebral puede ser congénita o adquirida, pero no es hereditaria. Los daños cerebrales pueden producirse en distintas etapas, por ejemplo, durante el desarrollo prenatal, en el nacimiento o en el periodo postnatal.

Daños durante el desarrollo prenatal

Ocurre, por ejemplo, debido a una infección de la madre durante el embarazo. Enfermedades como la toxoplasmosis, la rubéola, las infecciones por herpes, el CMV (citomegalovirus) o el VIH constituyen un grupo de riesgo. Otro grupo son las anomalías del desarrollo.

La intoxicación (envenenamiento) durante el embarazo también es un riesgo. Suele estar causada por el alcohol, drogas como los opiáceos, fármacos, pero también plomo. La inanición materna durante el embarazo o enfermedades asociadas como hipertensión, diabetes, epilepsia y trastornos mentales también pueden ser importantes.

Otro grupo de factores de riesgo son el aumento del estrés psicológico de la madre durante el embarazo, la incompatibilidad Rh, así como la influencia de los rayos X. Todas las afecciones que provocan una reducción del riego sanguíneo a la placenta y, por tanto, una hipoxia (oxigenación reducida) del feto son graves.

Complicaciones durante el parto

El parto prematuro o, por el contrario, el traslado fetal prolongado pueden entrañar riesgos. Otras causas pueden ser el parto con fórceps, el parto de nalgas, el bajo peso al nacer y, de nuevo, la falta de oxígeno, así como los embarazos múltiples.

El periodo del parto

El recién nacido, pero también el niño de hasta 6 meses, es sensible al entorno externo. Por supuesto, esto es válido para todo el periodo de la infancia. La forma adquirida de parálisis cerebral puede estar causada por infecciones hasta los 6 meses, como la meningitis o la tos ferina. La ictericia neonatal también puede ser una causa, pero también el daño cerebral debido a un accidente. La causa del accidente puede ser una caída, pero también el maltrato.

Síntomas

La enfermedad se manifiesta con problemas posturales típicos, alteraciones de la movilidad y de la coordinación. Existen varias formas de trastornos de la movilidad. La más común es la espástica. La forma espástica se manifiesta por rigidez muscular. La rigidez muscular provoca debilidad, parálisis parcial o incluso una alteración completa de la movilidad.

La forma no espástica es la menos frecuente. La forma atáctica es la menos frecuente. En la forma no espástica, se producen movimientos involuntarios, causados por la alternancia de la tensión muscular. También se denomina discinética. La forma hipotónica, que se manifiesta por la pérdida de tensión muscular, también se incluye en la forma no espástica. Y puede presentarse una marcha inestable. Esta forma suele cambiar a otra hacia los tres años de edad.

La forma atípica está causada por daños en el cerebelo, que provocan trastornos de la marcha, de la percepción del equilibrio y alteraciones generales de la coordinación de los movimientos. Es típica la llamada marcha de borracho. También se producen temblores durante determinadas actividades.

Un grupo especial es la forma mixta o combinada, que puede agrupar varias dificultades debidas a daños en distintas partes del cerebro. Las formas espástica y discinética son las más frecuentemente combinadas.

Los síntomas de la parálisis cerebral incluyen trastornos sensoriales y del habla, retraso psicomotor, dificultad de concentración, fatiga y problemas de memoria.

Por regla general, estos síntomas pueden observarse gradualmente hacia los 3 años de edad. Problemas de movimiento y, en particular, retraso en el desarrollo de habilidades motoras, como trepar, sentarse, levantarse, girar y caminar.

Niño con parálisis cerebral
Deterioro de la movilidad y andador. Fuente fotográfica: Getty Images

La parálisis cerebral viene determinada por síntomas como:

  • problemas de movilidad
  • retraso en el desarrollo motor
  • aumento del reflejo masetero
  • alteraciones sensoriales, auditivas, visuales, musculares oculares - estrabismo (bizquera)
  • trastornos del habla, disartria, tartamudeo
  • retraso en el desarrollo del habla
  • disminución del intelecto
  • trastornos del comportamiento, neurosis y trastornos afectivos
  • retraso mental
  • disminución de la capacidad de concentración
  • trastornos de la memoria y el aprendizaje
  • aumento de la fatigabilidad
  • salivación excesiva, es decir, hipersalivación
  • trastornos de la deglución
  • disminución de la inmunidad y aumento del riesgo de intoxicación
  • trastornos convulsivos como la epilepsia
  • problemas de control y vaciado de la vejiga

Diagnósticos

El diagnóstico de la enfermedad es difícil después del nacimiento. Se evalúa el desarrollo psicomotor progresivo. Son importantes las exploraciones neurológicas, como la prueba de posición. La ecografía cerebral es útil. Las formas graves pueden detectarse después del nacimiento.

La parálisis cerebral se diagnostica según la presencia de síntomas y signos de la enfermedad. El diagnóstico es más fácil entre los 6 y los 12 meses de edad. El desarrollo gradual de los síntomas puede controlarse hasta los 3 años.

El diagnóstico de la enfermedad después del nacimiento es difícil y suele ser posible sólo después de varios meses.

No puede detectarse durante el embarazo.
Para diagnosticar la parálisis cerebral, es necesario un examen especializado y un seguimiento del niño durante el crecimiento.

Los síntomas oculares acompañantes también son determinantes. Los niños con parálisis cerebral presentan muy a menudo diversas opacidades o inflamaciones en los ojos. Además, se realizan resonancias magnéticas y tomografías computarizadas del cerebro y la columna vertebral para detectar cambios en el sistema nervioso central, y también pueden realizarse diversas pruebas genéticas.

En los niños de riesgo, se realizan revisiones periódicas aproximadamente cada dos semanas. La aparición de crisis epilépticas conduce al diagnóstico. La epilepsia acompaña a la parálisis cerebral en aproximadamente el 35-55 % de los casos. Las manifestaciones pueden ser variadas e incluir movimientos involuntarios, gritos, mirada ausente o convulsiones de todo el cuerpo.

Curso

Un niño con parálisis cerebral y una prótesis para caminar.
Un niño con parálisis cerebral y una prótesis para caminar. Fuente fotográfica: Getty Images

La enfermedad suele empezar a manifestarse al principio de la vida. El niño puede estar somnoliento, letárgico. Su movilidad es escasa. El desarrollo motor general está ralentizado, retrasado. La fijación (seguimiento ocular) es lenta, la prensión de objetos también.

Girarse y sentarse aparecen más tarde. A partir del sexto mes, el niño tiene problemas de motricidad básica y trastornos del movimiento. Presenta un desarrollo lento o insuficiente de las actividades motrices. Más tarde, se añaden problemas de postura o movimientos de torsión, o hay alteraciones de la movilidad de las extremidades según la forma específica.

Las manifestaciones y su desarrollo son variados. Puede haber temblores de las extremidades, pero también ataques convulsivos, que son un síntoma de epilepsia. Más adelante, hay un retraso en el desarrollo psicomotor, o retraso mental y problemas de crecimiento, audición y visión.

Pueden asociarse dificultades de concentración, aprendizaje, memoria o comportamiento, como falta de atención, inquietud o lentitud general.

Trastornos neuróticos, comportamiento afectivo explosivo, mal humor.

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