El linfedema y su tratamiento: medidas de régimen y fármacos como complemento

El tratamiento del linfedema es bastante complejo. Consiste principalmente en aliviar las manifestaciones físicas, es decir, reducir la hinchazón. Las medidas de régimen son de gran importancia. Esto incluye una actividad física o ejercicio suficiente. Por ejemplo, gimnasia vascular, caminar o montar en bicicleta.

La hidroterapia incluye la natación y el ejercicio en el agua. La actividad física debe realizarse una vez al día, a ser posible dos. El movimiento de los músculos de las extremidades inferiores contribuye significativamente a la salida de la linfa de las extremidades inferiores. Este tipo de tratamiento conservador prevalece hasta en un 99%.

La fisioterapia (es decir, el drenaje linfático manual) debe realizarse dos veces al día durante 40 a 60 minutos durante 4 a 6 semanas. Otro método es la compresión instrumental intermitente. La rehabilitación es adecuada. Posteriormente, el soporte compresivo, es decir, un vendaje compresivo o una manga o medias elásticas, ayuda en el tratamiento.

El tratamiento tiene objetivos fundamentales

  • reducción de la hinchazón.
  • apoyo y activación de la bomba linfática capilar, es decir, drenaje linfático, mediante el movimiento
  • aumento de la amplitud de movimiento de la extremidad
  • alivio del dolor
  • mejora de la calidad de vida
  • prevención de complicaciones

Es importante evitar las posturas de riesgo, como permanecer de pie o sentado durante mucho tiempo. La prevención de las complicaciones es importante. El tratamiento farmacológico se utiliza como terapia complementaria, por ejemplo los antibióticos para la inflamación bacteriana. El tratamiento quirúrgico es poco frecuente.

Del mismo modo, hay que evitar las temperaturas extremas. Las extremidades deben protegerse de la exposición directa a las heladas o al sol. Los baños calientes o las saunas tampoco son ideales. Tampoco conviene prevenir las lesiones ni las picaduras de insectos. No deben inyectarse agujas ni acupuntura en la extremidad afectada, ni tampoco las mediciones de la tensión arterial, que deben realizarse en una extremidad sana. Y también es bueno evitar llevar ropa demasiado ajustada.

El tratamiento conservador es, por supuesto, de por vida. Esta enfermedad interfiere significativamente en la vida de la persona afectada, por lo que es aconsejable considerar la psicoterapia, por ejemplo, incluso en forma de terapia de grupo. Debe prestarse atención a la observancia de un estilo de vida saludable.

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