Tratamiento de la leucemia

El objetivo del tratamiento es la remisión completa permanente con normalización del hemograma y la médula ósea.

La norma básica de tratamiento consiste en dividir a los pacientes en grupos según la presencia de mutaciones genéticas.

Un mayor conocimiento de las anomalías genéticas individuales permite adaptar mejor el tratamiento a los pacientes.

El tratamiento estándar y básico es la quimioterapia, una combinación de citostáticos en regímenes según protocolos internacionales.

Ahora también disponemos de terapias dirigidas que actúan selectivamente sobre una diana específica.

Actúan sobre las vías de señalización e intentan suprimir el crecimiento tumoral.

Por ejemplo, en el tratamiento se utilizan inhibidores de enzimas como las tirosina quinasas y anticuerpos monoclonales.

Aportan un beneficio terapéutico en un determinado grupo de pacientes (por ejemplo, con una determinada mutación genética).

En el tratamiento de la leucemia también se utiliza la irradiación (radioterapia), que se emplea cuando está indicada.

La base es el tratamiento sintomático y de apoyo, la prevención de complicaciones y un seguimiento estricto en el dispensario.

En estos casos, el tratamiento antibiótico de amplio espectro es esencial.

En el tratamiento de la leucemia suelen utilizarse corticosteroides, que, entre otros efectos, tienen el denominado efecto linfolítico (inhiben la proliferación del tejido linfoide).

Otras terapias incluyen factores de crecimiento que promueven la hematopoyesis.

Un tratamiento muy común y repetidamente necesario es la transfusión de sangre.

Sangre lista para transfusión
Sangre lista para transfusión. Fuente: Getty Images

Trasplante de células hematopoyéticas

El trasplante es un método de tratamiento en el que se transfieren al paciente células hematopoyéticas -denominadas trasplante- cuando la hematopoyesis está deteriorada.

El objetivo principal de un trasplante es sustituir el tejido hematopoyético destruido por células hematopoyéticas sanas.

El impulso a la investigación sobre trasplantes surgió de las explosiones atómicas, en las que se suprimía la hematopoyesis.

La idea innovadora consistía en destruir deliberadamente la médula ósea enferma (por ejemplo, mediante altas dosis de radiación o quimioterapia) y sustituirla por células hematopoyéticas sanas.

Un hallazgo importante en medicina fue el descubrimiento del llamado sistema HLA (antígenos leucocitarios humanos) en la sangre.

Ya no dividimos la sangre sólo por grupos sanguíneos, sino que también distinguimos características especiales en los glóbulos blancos (leucocitos): los antígenos.

Así podemos caracterizar la sangre de una persona con mucha más precisión cuando se transfunde o trasplanta.

Este principio se utiliza en el tratamiento de la leucemia. Se emplean altas dosis de citostáticos y/o radiaciones para suprimir la hematopoyesis enferma. La recuperación es posible mediante el trasplante de células hematopoyéticas en el momento adecuado.

Tipos de trasplante:

  • Alogénico
  • Alogénico no emparentado (en registros de donantes de médula ósea o sangre de cordón umbilical)
  • Trasplante autólogo (del propio cuerpo, donación en remisión completa de la enfermedad)

Fuente celular:

  • Médula ósea
  • Células hematopoyéticas de sangre periférica circulante
  • Sangre del cordón umbilical

Células hematopoyéticas de sangre periférica

La médula ósea es la sede de la hematopoyesis.

En los primeros tiempos, las donaciones y los trasplantes se realizaban mediante inyecciones en la médula ósea.

La medicina actual detecta células madre hematopoyéticas en la periferia. Normalmente hay pocas, pero con el tratamiento y la pérdida de glóbulos blancos, el cuerpo quiere regenerarse y lanza a la sangre un mayor número de células hematopoyéticas.

Esto puede potenciarse con factores de crecimiento especiales en el tratamiento y, con el tiempo, las células sanguíneas se agotan.

Este tipo de trasplante es el más utilizado actualmente en el mundo.

Sangre del cordón umbilical

La proporción relativamente alta de células hematopoyéticas en la sangre del cordón umbilical permite su uso en el tratamiento de enfermedades oncohematológicas.

El trasplante de sangre de cordón umbilical se utiliza principalmente para tratar a niños, aunque también puede realizarse en adultos.

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