¿Cómo se trata la inflamación uterina? Medicamentos y antibióticos, supositorios, hormonas

Es necesaria la administración de antibióticos.

En casos graves, es necesaria la hospitalización para administrar una combinación de antibióticos directamente en vena y, por tanto, directamente en el torrente sanguíneo.

Si la inflamación está causada por una enfermedad de transmisión sexual, también hay que tratar a la pareja, y ambos deben tomar la medicación al mismo tiempo.

En caso de inflamación leve, los antibióticos se administran en forma de comprimidos.

La combinación de antibióticos más habitual es la doxiciclina con metronizal si la mujer es madre lactante. Cuando se toma durante menos de 3 semanas, no está contraindicada y la madre puede seguir amamantando a su bebé.

Otra combinación habitual es la de levofloxacino con el antibiótico metronidazol. Sin embargo, esta combinación está contraindicada y no se administra a madres lactantes.

También existe la opción de administrar amoxicilina u otro antibiótico, que se determina en función del resultado del cultivo del frotis. Una vez identificado el agente causante de la infección, se administran antibióticos del tipo al que sea sensible la bacteria.

En los casos de inflamación moderada y grave y en las mujeres después de una cesárea, los antibióticos se administran directamente en vena en el hospital.

La mejoría tras el tratamiento antibiótico suele producirse entre 48 y 72 horas después de la primera dosis. Si la afección no mejora en 72 horas, se añaden más antibióticos.

En algunos casos, también se administran supositorios vaginales, pomadas tópicas y enjuagues vaginales.

El tratamiento antibiótico suele durar entre 10 días y dos semanas.

Se administran analgésicos para el dolor, antipiréticos para la fiebre y antiespasmódicos como no-spa para aliviar los calambres uterinos.

Los estrógenos se administran como tratamiento hormonal para regenerar el revestimiento uterino y también son buenos para los órganos genitales femeninos.

Durante el tratamiento, son esenciales el reposo en cama, el descanso y la restricción total de la actividad física.

En caso de endometritis no tratada, la tasa de mortalidad alcanza el 17%.

No sólo es muy importante el tratamiento correcto de la forma aguda de la inflamación uterina, sino también la prevención mediante una higiene adecuada o el uso de jabones especiales.

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