Tratamiento de la fertilidad reducida y la infertilidad: ¿qué pasa con la fertilidad masculina?

La clave del tratamiento es un diagnóstico preciso y encontrar la causa de la reducción de la fertilidad. Algunas causas genéticas no son controlables, pero actualmente la mayoría de los trastornos son controlables de algún modo.

Para que la producción y la calidad del esperma sean correctas, es necesario crear las condiciones adecuadas en los testículos: flujo y salida de sangre suficientes, termorregulación adecuada y condiciones hormonales apropiadas.

El tratamiento en la mayoría de los casos es una combinación de formas conservadoras (modificación del estilo de vida) y tratamiento farmacológico. En algunos casos, es necesario el tratamiento quirúrgico o la tecnología de reproducción asistida.

Tratamiento farmacológico

El tratamiento hormonal farmacológico pretende aumentar la producción de espermatozoides y de la propia hormona testosterona. El tratamiento farmacológico aumenta al máximo la producción de LH luteinizante y de FSH foliculoestimulante, al tiempo que estimula la actividad hormonal espermiogenética de los testículos.

El anastrozol administrado por vía oral aumenta el nivel de andrógenos y disminuye el de estrógenos. Está especialmente indicado para hombres con relaciones hormonales alteradas.

La gonadotropina humana (hCG) y la menotropina (hMG) son preparados inyectables. Son una forma de las hormonas LH y FSH.

Para las afecciones inflamatorias de los túbulos seminíferos, pueden utilizarse antibióticos y antiflogísticos no esteroideos como parte del tratamiento farmacológico.

Tratamiento quirúrgico

Los tiempos modernos ofrecen diversos métodos quirúrgicos de la zona urogenital. Su elección depende de varios factores: la edad del paciente, el estado de salud, el diagnóstico, el espermiograma y la causa específica de la reducción de la fertilidad.

El tratamiento quirúrgico se utiliza pronto para trastornos congénitos como la hipospadias. La cirugía también puede eliminar ciertas obstrucciones que impiden la presencia de espermatozoides en el líquido eyaculado.

También puede corregir afecciones vasculares como el varicocele.

Hoy en día, el tratamiento quirúrgico también ofrece soluciones para la disfunción eréctil y los trastornos de la eyaculación.

Los avances actuales en las técnicas quirúrgicas permiten a los médicos ampliar optoelectrónicamente el tejido y mejorar la calidad de la evaluación del llenado del conducto seminal.

La monitorización de la irrigación vascular del tejido testicular mediante la técnica Doppler permite tomar una muestra sin dañar los vasos testiculares.

En algunos casos de infertilidad, los espermatozoides pueden obtenerse quirúrgicamente por aspiración y extracción directamente de los testículos y utilizarse posteriormente en la inseminación artificial de la pareja femenina.

Tratamiento conservador

Un estilo de vida saludable y una dieta adecuada son muy importantes para obtener resultados positivos en el espermiograma masculino.

Actividad física regular, eliminación del estrés, regeneración suficiente del organismo, suplementación de minerales y vitaminas y una dieta equilibrada y nutricionalmente completa.

Es aconsejable aumentar la ingesta

  • Vitamina C
  • Vitamina D
  • Ácido fólico
  • Ácido D-aspártico
  • Selenio
  • Zinc
  • Cromo
  • Coenzima Q10
  • Vitamina B
  • Vitamina E

También es posible tomar diversos suplementos naturales para favorecer la fertilidad y la salud masculina. Algunas hierbas específicas pueden tener un efecto beneficioso sobre el sistema circulatorio, la circulación sanguínea y la erección del pene y, en última instancia, favorecer la propia calidad del esperma.

Las principales representantes son la maca peruviana y el ginseng, así como el cardo mariano, el ginseng, la anémona de tierra y la enredadera serenoa. No obstante, es aconsejable consultar a un médico a la hora de consumirlas.

No se recomienda:

  • Fumar productos del tabaco
  • Consumo de alcohol
  • Consumo de drogas
  • Consumo de marihuana
  • Uso de esteroides anabolizantes
  • Poca actividad física
  • Dieta poco sana y desequilibrada
  • Baños calientes frecuentes
  • Ropa ajustada
  • Sobrecalentamiento de la zona testicular
  • Trabajar con un portátil sobre una sartén
fcompartir en Facebook