El síntoma más común de la enfermedad es el pulso irregular y la arritmia del corazón. Además, la persona que padece esta enfermedad también puede sentir algunas palpitaciones y, sobre todo, un cansancio excesivo. Además, tras un esfuerzo físico excesivo, la persona también presenta falta de aliento. La persona se queda sin aliento antes y con más facilidad y, posteriormente, le cuesta más respirar. A veces, incluso puede haber dolores en el pecho que son sordos y constrictivos.
Además, la enfermedad también presenta síntomas de una posible enfermedad asociada a otro trastorno. Por ejemplo, si la fibrilación auricular está asociada a trastornos tiroideos, que también pueden causar estos latidos irregulares, la persona también puede adelgazar y perder peso. También puede tener problemas digestivos, casi siempre en forma de diarrea. Sin embargo, si la enfermedad dura poco tiempo y pasa, por ejemplo, en 7 días, la persona no suele notar más síntomas que los latidos rápidos del corazón.