Tratamiento de la erisipela rosa: Medicamentos, antibióticos y pomadas tópicas

El tratamiento de la erisipela debe ser integral. La base es la terapia antibiótica.

En general, en el tratamiento de la erisipela se observan los siguientes principios:

  1. tratamiento antibiótico
  2. hidratación del paciente
  3. control del dolor
  4. prevención de las recidivas
  5. prevención de la enfermedad tromboembólica

En caso de erisipela no complicada, la penicilina G es el fármaco de primera elección.

En caso de alergia a la penicilina, en el tratamiento de la erisipela se utilizan los siguientes preparados

  • macrólidos (azitromicina)
  • quinolonas (ciprofloxacino, levofloxacino)
  • lincosamidas (clindamicina)

En caso de antecedentes de reacción alérgica no grave a la penicilina o de alergia también a otros antibióticos, podemos considerar la administración de cefalosporinas (cefalexina, cefadroxil, cefuroxima).

En la práctica, el médico elige la administración oral o parenteral del fármaco en función de la gravedad y el lugar de afectación. Por ejemplo, en los casos más leves, los antibióticos se administran por vía oral; en los más extensos, los antibióticos se administran por vía intramuscular o intravenosa.

La terapia parenteral es adecuada en pacientes con erisipela en zonas específicas (cara). La terapia parenteral está indicada en todos los pacientes inmunodeprimidos (postrasplante, neutropenia, enfermedad hematológica, seropositividad al VIH).

Los pacientes mejoran en 24 a 48 horas tras iniciar el tratamiento con antibióticos con efecto bactericida. Si se eligen antibióticos con efecto bacteriostático, la mejoría se produce en 3 a 4 días.

Los pacientes no deben alarmarse si observan un enrojecimiento importante de la zona afectada, ya que se debe a la destrucción del patógeno y a la liberación de enzimas que favorecen el desarrollo de la inflamación.

Los antibióticos con efecto bacteriostático detienen el crecimiento y la multiplicación de las células microbianas (cloranfenicol, tetraciclinas, macrólidos, lincosamidas y otros).

Los antibióticos con efecto bactericida matan a los microorganismos (antibióticos betalactámicos, aminoglucósidos y otros).

El tratamiento antibiótico debe durar al menos 10 días hasta que desaparezcan el enrojecimiento y la inflamación. Con hallazgos más extensos y una resolución más lenta de los síntomas, el tratamiento puede ampliarse a 15-17 días.

Una vez finalizado el tratamiento antibiótico, es aconsejable realizar un examen de seguimiento (en 1-2 semanas).

Tratamiento local

El reposo en cama, la inmovilización del paciente y el mantenimiento de la parte del cuerpo afectada en posición elevada son fundamentales para el éxito del tratamiento. Dormir sobre el lado opuesto (cuando está localizada en la cara) reduce la inflamación y alivia el dolor.

El tratamiento local es de apoyo.

En particular, se aplican compresas frías y pomadas antiinflamatorias que alivian la sensación de quemazón y la tensión. La aplicación local de antisépticos previene la infección secundaria (normalmente estafilocócica).

En la práctica, se utilizan compresas húmedas con una solución desinfectante. En la gangrena, suelen ser necesarios el tratamiento necrolítico y el tratamiento quirúrgico.

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