Diverticulosis - tratamiento: medicación, modificación de la dieta y cirugía

El tratamiento de la diverticulosis depende de su extensión, estadio y de los síntomas y complicaciones presentes. En la diverticulitis no complicada se recurre a un tratamiento conservador, que tiene éxito completo en un alto porcentaje, e incluye la administración de antibióticos (ATB).

Alternativamente, se administran analgésicos. El ayuno y el reposo en cama son importantes.

El tratamiento conservador también puede llevarse a cabo de forma ambulatoria en el caso de un curso leve. En el caso de una forma más grave, es necesaria la hospitalización. La terapia combina el tratamiento conservador y la cirugía. Esto depende, por supuesto, de las complicaciones presentes. Por ejemplo, en el caso de los abscesos, se opta por la terapia conservadora si su tamaño es inferior a 4-5 cm.

El drenaje de los abscesos se lleva a cabo cuando su tamaño es superior a 5 cm o cuando el tratamiento conservador no tiene éxito. El procedimiento se realiza bajo control por TAC o ecografía. Un absceso no suele requerir cirugía urgente. Por el contrario, está indicada en caso de peritonitis difusa o íleo (obstrucción intestinal).

En caso de discapacidad grave, puede extirparse quirúrgicamente parte del intestino afectado.Tras la intervención, se administran alimentos líquidos y nutrición intravenosa hasta que el intestino cicatrice. Normalmente, tras la extirpación de parte del intestino, los extremos restantes no se unen inmediatamente, sino en una segunda intervención para restablecer una mejor conexión de la trompa.Se crea una colostomía temporal.

Una vez curada la diverticulitis propiamente dicha, es importante ajustar los hábitos alimenticios. La dieta debe ser más rica en fibra. También es bueno complementarla con probióticos. Son adecuados el psilio, la guindilla o la linaza molida, que ayudan a evitar la evacuación difícil de las heces y el estreñimiento.

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