Defecto septal de los ventrículos

Defecto septal de los ventrículos
Fuente de la foto: Getty images

La comunicación interventricular es un defecto cardíaco y una enfermedad del tabique auricular o ventricular que provoca la comunicación entre el corazón derecho y el izquierdo. Se trata de un defecto cardíaco congénito, por el que la sangre mezclada, oxigenada y desoxigenada, se distribuye por todo el cuerpo, lo que puede causar problemas importantes. Muy a menudo, este tipo de defectos aparecen en la infancia, pero también depende del tamaño del defecto, y a veces aparecen en la edad adulta.

Características

Una comunicación interauricular se produce cuando el septum primum y el septum secundum no se desarrollan correctamente en el desarrollo embrionario entre las aurículas derecha e izquierda del corazón, lo que provoca la mezcla de sangre desoxigenada con sangre oxigenada. Mientras que los defectos más pequeños de este tipo pueden no causar ningún problema ni síntoma, los más grandes se manifiestan mediante diversos síntomas. Este tipo de defecto se detecta con mayor frecuencia en la edad adulta, normalmente en personas mayores de 30 años. En ocasiones, estos defectos también forman parte de otras enfermedades, ya sean deformidades en la forma de las válvulas cardiacas o diversos síndromes genéticos.

La comunicación interventricular puede ser congénita, pero también adquirida. Se trata de un problema más grave que suele aparecer en la infancia. En la niñez, puede surgir por problemas en el embarazo de la madre, y en la edad adulta, por ejemplo, como consecuencia de un infarto de miocardio. En este defecto, hay una tendencia a que un pequeño desgarro se cierre espontáneamente. Este defecto también provoca una derivación izquierda-derecha y suele ir acompañado de problemas del ritmo cardiaco y respiratorios.

Causas

Esta cardiopatía está causada, por ejemplo, por un defecto cardíaco congénito. En los niños, está causada, por ejemplo, por el consumo excesivo de alcohol de la madre durante el embarazo. También puede formar parte de otros defectos cardíacos, con anomalías en el tamaño y la forma de las válvulas, etc. A veces, la enfermedad va acompañada de defectos genéticos, como el síndrome de Down. En la edad adulta, el defecto puede estar causado, por ejemplo, por un infarto de miocardio o por influencias ambientales como el tabaquismo, el alcoholismo o la obesidad.

Síntomas

Una comunicación interventricular puede no manifestarse si se trata de un defecto muy pequeño. Incluso hasta el 30% de estos pequeños defectos en el caso de los ventrículos tienden a curarse espontáneamente, a veces a costa de crear una insuficiencia de la válvula aórtica. Pero lo más frecuente es que estos defectos cardíacos se manifiesten en los sistemas respiratorio y cardiovascular. En el caso de la respiración, el problema es de respiración dificultosa o incluso falta de aire, sobre todo con el aumento de la actividad física. A veces incluso hay coloración azulada de la piel.

También se produce una mezcla de sangre desoxigenada y oxigenada. La sangre viaja por todo el cuerpo o a los pulmones (dependiendo de la cantidad de presión) para una mayor oxigenación, lo que crea una deficiencia de oxígeno en el cuerpo, que se manifiesta en coloración azulada. También hay problemas de ritmo cardiaco irregular, denominados arritmias cardiacas. La fatiga también es excesiva, y los niños con este defecto cardiaco no suelen prosperar en general, ya que les cuesta ganar peso y fortalecerse.

Diagnósticos

La enfermedad debe diagnosticarse mediante exploración física, en la que se buscan arritmias cardiacas, respiración pesada u otros síntomas externos. Pero también se diagnostica mediante mediciones y exámenes del corazón. Se realizan ecocardiografías (ecografía del corazón), radiografías de tórax (para obtener una imagen de los pulmones y el corazón) y ECG. También se miden la saturación de oxígeno en sangre arterial o el flujo total y el tamaño del defecto. La resonancia magnética también puede formar parte del examen.

Curso

Algunos defectos septales auriculares y ventriculares menores pueden ser asintomáticos, es decir, no presentar síntomas. En algunos casos, los síntomas pueden ser muy leves. En el caso de un defecto de la válvula cardiaca, suele manifestarse en niños pequeños o en edad preescolar, sobre todo con arritmias cardiacas y dificultades respiratorias. En la edad adulta, el curso puede ser asintomático durante mucho tiempo, pero de repente puede aparecer un problema o una derivación. Entonces son típicos los esfuerzos respiratorios y cualquier otra actividad física extenuante.

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