Tratamiento del cáncer de tiroides: quirúrgico, oncológico y conservador

El pilar del tratamiento del cáncer de tiroides es la cirugía, que está condicionada por el tipo y el tamaño del tumor. La glándula tiroides es fácilmente accesible desde la parte anterior del cuello, pero cerca de ella se encuentran importantes vasos sanguíneos que irrigan la cabeza y el cerebro, así como las vías respiratorias, los nervios de las cuerdas vocales, las glándulas paratiroides y el esófago.

La extensión de la operación depende, por supuesto, del tamaño del tumor. Si el tumor se extiende hacia el tórax, también se realiza una apertura del tórax. Tras la operación, también se recurre a la quimioterapia, la terapia con yodo radiactivo o la radioterapia externa, sobre todo si la operación no ha conseguido extirpar todo el tejido afectado. El yodo radiactivo no se elige para todos los tipos de cáncer y a veces es necesario volver a operar.

Tras la extirpación de la glándula tiroides, es necesario un reemplazo hormonal farmacológico. Se administran hormonas sintéticas, vitamina D y calcio. Es necesario un seguimiento regular a largo plazo y exámenes profesionales repetidos del paciente, con el fin de detectar precozmente cualquier recidiva del cáncer o diagnosticar metástasis. La psicoterapia también es importante.

La experta garante del artículo, Zuzana Kožlejová, MD, PhD, añade.

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