Cáncer de esófago: ¿por qué se produce, cómo se manifiesta y cómo se trata?

Cáncer de esófago: ¿por qué se produce, cómo se manifiesta y cómo se trata?
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El cáncer de esófago es una neoplasia peligrosa que puede ser asintomática durante mucho tiempo. Los brotes posteriores indican un estadio elevado de la enfermedad. Es la sexta causa de muerte por cáncer en el ser humano. La incidencia en hombres es tres veces mayor que en mujeres y, en general, va en aumento.

Características

El cáncer de esófago (carcinoma esofágico) es un cáncer maligno cuya incidencia está aumentando en todo el mundo.

Afecta tres veces más a los hombres que a las mujeres y es la sexta causa de muerte por cáncer.

Breve descripción del esófago

El esófago es un órgano hueco del aparato digestivo que conecta la faringe y el estómago. Anatómicamente, está situado en su mayor parte en la cavidad torácica y alrededor de una cuarta parte en la cavidad abdominal. Su longitud es de unos 20-30 centímetros. El tubo transverso (diámetro interno) mide aproximadamente 1,5 centímetros en reposo y es aplanado.

Su pared está formada por dos capas: músculo y mucosa. La parte superior está formada por músculo estriado y los dos tercios inferiores por músculo liso. El músculo produce movimientos peristálticos y, de este modo, traslada el bocado de la cavidad oral al estómago. El músculo también permite que la pared transversal se expanda hasta el doble, lo que facilita el paso del bocado a las partes inferiores del tracto.

La mucosa es la capa interna. Está formada por un epitelio escamoso multicapa, la membrana basal, la lámina propia y la muscularis mucosae. En la pared del esófago hay una rica red de vasos: la irrigación arterial, la irrigación venosa y el drenaje linfático.

Tumores del esófago

Los tumores del esófago, al igual que otros tumores, pueden ser benignos o malignos. De ambos grupos se conocen varios tipos. Las formaciones benignas no causan problemas en la mayoría de los casos, pero si lo hacen son la causa de dificultades para tragar o de hemorragias ocasionales.

Los tumores malignos, en cambio, son fuente de mayores y más graves problemas, aunque permanezcan asintomáticos durante largos periodos de tiempo. Su comportamiento es invasivo y destructivo para el entorno, y su diagnóstico se ve dificultado por la localización anatómica del esófago.

La ventaja es la detección precoz de la alteración y el tratamiento temprano.

Los exámenes preventivos también son de gran importancia en este caso.

Aparato digestivo humano - esófago, estómago, intestino delgado - representación esquemática
Esófago, estómago e intestino delgado - localización en la cavidad torácica y abdominal. Fuente fotográfica: Getty Images

Los tumores esofágicos más frecuentes se enumeran en la siguiente tabla

Tipo Descripción
No maligno Benignos
Pólipos intraluminales (en el tubo esofágico)
papiloma
adenoma
fibrolipoma
mixoma
intramurales (en la pared del esófago)
como formaciones quísticas o sólidas
leiomioma
fibroma
lipoma
hemangioma
Maligno Maligno
Carcinoma de células escamosas o incluso carcinoma de células escamosas
90% de representación
Adenocarcinoma
en la parte inferior del esófago
alrededor del 10%, pero su incidencia está aumentando
Cánceres menos frecuentes del esófago
leiomiosarcoma
linfoma
melanoma
tumor neuroendocrino
metástasis secundarias de otros tumores

Causas

En la mayoría de los casos, la causa del cáncer es una anomalía genética provocada por una combinación de factores internos y externos. Por ejemplo, el adenocarcinoma de esófago ha mostrado una tendencia creciente en los últimos años. El daño tisular a largo plazo debido a la ERGE se cita como causa principal.

El alcoholismo y el tabaquismo quintuplican el riesgo de cáncer de esófago.

Entre los factores de riesgo que pueden causar cáncer de esófago se incluyen:

  • Edad superior a 45 años
  • Sexo, el sexo masculino es tres veces más propenso al
  • alcoholismo, sobre todo concentrado y fuerte
  • tabaquismo y tabaco en cualquiera de sus formas
  • dieta
    • una dieta excesivamente picante
    • ingesta excesiva de grasas, proteínas o sal
    • exceso de cafeína
    • consumo prolongado de bebidas calientes y ácidas, café y té
    • nitrosaminas, alimentos marinados, embutidos, alimentos a la parrilla
    • carencias vitamínicas, especialmente de vitamina A
    • carencia de minerales como el zinc o el molibdeno
    • bajos niveles de fibra, sustancias de lastre en la dieta
    • sustancias tóxicas y aditivos químicos en la dieta
    • mohos y productos de putrefacción de los alimentos, aflatoxina, patulina
  • sobrepeso y obesidad
  • fuentes medioambientales, metales pesados en la naturaleza como el plomo o el cadmio
  • esófago de Barrett, cambio en la estructura del epitelio esofágico debido a la exposición prolongada al medio ácido en la enfermedad por reflujo
  • intoxicación esofágica, intoxicación accidental o deliberada (envenenamiento)

Otros factores de riesgo, las llamadas enfermedades precancerosas, son la hernia de hiato, el esófago de Barrett y, por ejemplo, la acalasia del esófago, que en realidad es un defecto de la motilidad del esófago con el consiguiente fallo en el paso del bocado al estómago, cuya causa se desconoce.

Otro ejemplo es el síndrome de Plummer Vinson y diversas estenosis tras intoxicaciones.

Como factor de riesgo para el desarrollo del carcinoma de células escamosas se citan las fuentes ambientales, un estilo de vida deficiente y una combinación común durante un largo periodo de tiempo. En el caso del adenocarcinoma, se trata principalmente del esófago de Barrett.

El esófago de Barrett es la transformación de la mucosa normal debido al reflujo del contenido gástrico y duodenal en epitelio cilíndrico metaplásico. Se localiza en las partes inferiores del tubo digestivo y su causa es principalmente la esofagitis crónica por reflujo.

Factores de riesgo para su desarrollo y para el daño tisular:

  • Fumar
  • alcoholismo, pero también consumo excesivo de alcohol
  • alteración de la motilidad
  • trastorno del esfínter esofágico
  • hernia hiatal
  • ERGE prolongada

Esta complicación (precáncer) representa un riesgo entre 30 y 125 veces mayor de desarrollar cáncer de esófago. Los cánceres de esófago se caracterizan por un largo periodo asintomático.

Los problemas asociados suelen ser signo de un estadio más grave del cáncer.

Síntomas

Los síntomas del cáncer de esófago pueden permanecer ocultos durante mucho tiempo. Por eso este tipo de cáncer es peligroso. Es relativamente inaparente durante mucho tiempo, pero el tumor crece y hace metástasis incluso durante este periodo asintomático.

La razón es la flexibilidad de los músculos del esófago, que pueden duplicar su diámetro interno.

Sólo cuando llena el esófago en dos terceras partes causa problemas. Entre los síntomas iniciales se encuentra un problema para tragar (conocido profesionalmente como disfagia).

La disfagia también está asociada al dolor. Se asocia a la sensación de que la comida se queda atascada en la garganta, en el pecho.

El dolor en el pecho se caracteriza por la capacidad de localizarlo con precisión. El dolor al tragar también se conoce como odinofagia. La consecuencia puede ser la incapacidad de tragar un bocado o babeo, tos o ronquera.

Del mismo modo, la acidez frecuente se asocia al carcinoma y la pérdida de peso es un signo de estadio avanzado.

Síntomas que se presentan en el cáncer de esófago

  • Dificultad para tragar
    • Al principio, una dieta sólida.
    • más tarde, blanda y líquida
    • se desarrolla a lo largo de varios meses
  • dolor al tragar, bien localizado, hasta en el 50% de los casos
  • sensación de bocado atascado en la garganta, el pecho
  • ardor de estómago como consecuencia del reflujo
  • vómitos
  • atragantamiento al comer
  • tos
  • pérdida de peso, pérdida de peso de más de 10 kg
  • dificultad para respirar
  • fístula traqueobronquial (conexión entre los tubos digestivo y respiratorio)
  • ronquera, también un signo de lesión invasiva del nervio de las cuerdas vocales, similar al cáncer de laringe y tiroides
  • dolor torácico o de espalda (ardor, presión)
  • debilidad, malestar
  • hemorragia del tubo digestivo
    • hematemesis
    • melena
  • anemia como consecuencia de una hemorragia
  • palidez
Una mujer tiene dolor en el pecho, como síntoma de cáncer de esófago, sensación de picadura atascada
Dolor en el pecho y sensación de mordisco atascado en la garganta, pecho. Fuente de la foto: Getty Images

Otro síntoma pueden ser las heces negras alquitranadas, técnicamente melena. Esto se debe a la hemorragia de un tumor. La sangre pasa por el tubo digestivo, donde se mineraliza, lo que provoca su ennegrecimiento. Lo contrario es el vómito de sangre (hematemesis), que se caracteriza por vomitar sangre roja fresca.

Los síntomas generales incluyen un aumento de la temperatura corporal, sudoración excesiva, malestar general, aumento de la fatiga, debilidad general y, por ejemplo, falta de apetito, lo que favorece la pérdida de peso.

Debido a la buena localización del esófago y a su irrigación vascular, el diagnóstico también se asocia a complicaciones, que son consecuencia del comportamiento invasivo del cáncer hacia su entorno.

Se propaga a través de la sangre y la linfa a otras partes del cuerpo, formando metástasis.

Estos y otros síntomas pueden ser también síntomas de otras enfermedades, por lo que son importantes la detección precoz, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad.

Diagnósticos

La presencia de un tumor también puede descubrirse accidentalmente.

En muchos casos, el diagnóstico del cáncer de esófago no se realiza hasta que han aparecido los síntomas iniciales, lo que se ve dificultado por la posición del esófago, la localización oculta a la vista y la flexibilidad de los músculos esofágicos.

En ese momento, el tumor suele encontrarse en una fase avanzada.

El diagnóstico en sí es sencillo. El principal método de diagnóstico es el examen endoscópico.

Éste se complementa con la histología de las muestras de biopsia tomadas. Otra opción de diagnóstico por imagen es el paso de rayos X a través del esófago. Alternativamente, se opta por el TAC, la resonancia magnética o la endosonografía.

La broncoscopia detecta daños en el aparato respiratorio. Las pruebas de laboratorio determinan oncomarcadores y parámetros sanguíneos básicos. En el diagnóstico es importante la estadificación del cáncer, es decir, la determinación del estadio, que incluye la valoración del tumor en sí, la afectación de los ganglios linfáticos y las metástasis, o el llamado sistema TNM.

También son importantes la historia clínica y el cuadro clínico general.

Curso

Al principio, el cáncer de esófago es asintomático. El hecho de que los síntomas queden ocultos se debe a la localización del tumor, que no es visible a simple vista. A ello contribuyen también las propiedades de la pared esofágica. Los músculos del esófago son tan elásticos y flexibles que pueden adaptarse a los bocados ingeridos.

En ese momento, aumenta hasta el doble de su tamaño original.

La posterior aparición de síntomas es señal de un estadio superior y más avanzado de la enfermedad. El tumor suele afectar a 2/3 del esófago. El primer síntoma suele ser una disfagia que persiste durante varios meses.

Las dificultades aparecen primero con los alimentos sólidos, al cabo de varios meses con los alimentos blandos y después al tragar líquidos.

Se asocia dolor, odinofagia. La dieta se atasca en el esófago. La persona siente un mordisco o una obstrucción en la garganta o en el pecho. Este lugar puede manifestarse bien. El dolor persistente en el pecho o en la espalda es un signo de daño tardío en los tejidos circundantes. La ronquera, la tos o la dificultad para respirar también son responsables del comportamiento invasivo.

Si se alteran los vasos sanguíneos, se producen hemorragias. Con una intensidad leve, aparece melena (heces negras), pero si la hemorragia es intensa, se producen vómitos de sangre fresca.

La pérdida de peso también es una manifestación del cáncer avanzado.

La persona pierde más de 10 kilos.

Este tipo de cáncer avanzado se caracteriza por la presencia de metástasis en el organismo, que se manifiestan en función de la localización y la extensión del daño. El cáncer de esófago puede tratarse bien si se detecta en una fase temprana. También en este caso vemos la importancia de los exámenes preventivos.

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