Botulismo y su tratamiento, medicamentos, antibióticos y antisueros

El diagnóstico y el tratamiento precoces son importantes para que la enfermedad no alcance la fase más grave. El tratamiento tiene lugar durante la hospitalización, en la sala de enfermedades infecciosas. En caso de insuficiencia respiratoria, en la unidad de cuidados intensivos. El suero antibotulínico debe administrarse lo antes posible.

El suero antitóxico interrumpe la acción de la toxina botulínica a nivel neuromuscular y alivia la parálisis de los músculos. Paralelamente, se administran antibióticos para prevenir la infección secundaria por clostridios, lo que reduce el efecto de la bacteria en el organismo.

Si el tratamiento se inicia pronto, también se administran fármacos como laxantes para inducir la diarrea, así como lavados gástricos e intestinales. El motivo es eliminar rápidamente la toxina del organismo. Sin embargo, en una fase posterior, estos métodos dejan de ser pertinentes.

Además de esto, también es importante administrar líquidos, alimentos y nutrientes al paciente para que pueda volver a la vida normal lo antes posible. El tratamiento en sí es a largo plazo. El tratamiento y la resolución de la parálisis muscular pueden durar hasta medio año. El tratamiento con antibióticos y la cirugía mencionados anteriormente se utilizan principalmente en el caso del botulismo precoz.

Durante el tratamiento, hay que vigilar constantemente el estado del paciente. Si es necesario, en caso de insuficiencia respiratoria, se inicia una respiración controlada. Se administra terapia parenteral, es decir, en los vasos sanguíneos, fuera del tubo digestivo. En caso de botulismo en la infancia, se utiliza un tratamiento sintomático.

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