Tratamiento de la artritis psoriásica: fármacos y otras terapias

El tratamiento de la enfermedad es complejo. Es decir, combina varios enfoques: medidas de régimen, fisioterapia y rehabilitación, balneario y tratamiento farmacológico.

Lo importante es la actitud de la persona y su relación con los especialistas.

La enfermedad no se puede curar del todo, pero se puede tratar bien.

Al igual que ocurre con otras enfermedades y trastornos reumáticos, es importante el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano.
Con ello se pretende reducir el proceso inflamatorio, limitar los daños y mejorar el pronóstico y la calidad de vida.

Fármacos utilizados en el tratamiento de la artritis psoriásica

  • antiinflamatorios no esteroideos AINE, antiflogísticos - suprimen el dolor
  • DMARD (fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad)
    • inmunosupresión, efecto de los DMARD (metotrexato, ciclosporina)
  • terapia biológica
  • corticosteroides
  • fármacos administrados en la articulación
  • vitamina D, A
  • tratamiento de defectos de la piel como en la psoriasis - cremas, geles, pomadas
  • terapia lumínica, biolámpara - fototerapia
  • psicoterapia

El tratamiento quirúrgico se evalúa cuando existe un daño irreversible en la articulación y el tratamiento está fracasando o los síntomas molestos no responden al tratamiento. Algunos ejemplos son la reparación quirúrgica de los tendones o, en algunos casos, la sustitución de la articulación.

También es importante un cambio en el estilo de vida. Si tiene sobrepeso, debe reducir su peso corporal. Incluya muchas verduras y fibra en su dieta y, por supuesto, fruta y grasas saludables. Un buen ejemplo es el efecto de la canela o la cúrcuma.

Limite el consumo de alcohol y no fume.

Beber lo suficiente también tiene su mérito. Los suplementos nutricionales para apoyar las articulaciones son adecuados. Descansar y dormir lo suficiente y evitar el estrés y el esfuerzo físico excesivo son de gran importancia.

El movimiento es importante.
Hay que mantenerse activo.

Pero, por supuesto, es necesaria una cantidad suficiente de actividad diaria, que se elige en función de las capacidades y posibilidades individuales. En los casos más graves, basta con caminar, sobre todo al aire libre.

Posteriormente, son adecuadas actividades deportivas como correr, montar en bicicleta, nadar, gimnasia terapéutica, ejercicios terapéuticos, etc. Al principio, puede ser mejor contar con la ayuda de un entrenador experimentado, un fisioterapeuta.

+ Las compresas calientes y frías pueden ayudar. Existen pomadas y cremas calientes o frías y otros productos de venta libre.

El apoyo psicológico de la familia y los amigos íntimos es importante.

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