¿Cómo se trata y qué fármacos funcionan para la artritis?

En el caso de los trastornos autoinmunes, la artritis no es una enfermedad completamente curable. Pero, gracias a los avances de la medicina, es posible mitigar tanto sus consecuencias que la enfermedad no tenga que afectar gravemente a la calidad de vida.

El tratamiento es un complejo de medidas de régimen. Éstas requieren reposo y la menor tensión posible sobre la articulación afectada. También es necesario un tratamiento farmacológico para reducir el dolor y aliviar el curso de la inflamación. La función del tratamiento es, por supuesto, prevenir el daño y la deformación de la articulación.

Para reducir la reacción inflamatoria se utilizan medicamentos antirreumáticos no esteroideos (AINE), antiflogísticos, así como corticosteroides. También otros fármacos, como la terapia biológica, con el fin de suprimir factores específicos de los procesos inmunitarios. En caso de inflamación infecciosa, se recurre a los antibióticos.

También se utilizan remedios para aliviar la hinchazón y otras manifestaciones de la enfermedad. En la enfermedad de gota, se utilizan fármacos para favorecer la excreción de ácido úrico por los riñones directamente en la orina. Posteriormente, se tratan otras dolencias, teniendo en cuenta también la afectación de otras partes del cuerpo.

Si las formas conservadoras de tratamiento no ayudan y las articulaciones están muy dañadas y deformadas, en algunos casos se opta por la intervención quirúrgica, que incluye, por ejemplo, cirugía correctiva o prótesis articulares artificiales.

La rehabilitación y el tratamiento en balnearios también ayudan.

La actividad física es una parte importante del tratamiento. Se utilizan formas de ejercicio adaptadas individualmente y terapia ocupacional, así como hidroterapia, terapia de frío y otros métodos físicos o masajes. La magnetoterapia o la terapia de luz, es decir, la terapia con lámparas bioptron, también son adecuadas.

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