Tratamiento de la apendicitis: fármacos y cirugía

La base del tratamiento de la apendicitis es casi siempre la cirugía, cuya finalidad es evitar la rotura del apéndice.

El aplazamiento de la cirugía es una opción en las formas leves y crónicas o en personas con alto riesgo quirúrgico o complicaciones postoperatorias inminentes (aparición simultánea de varias enfermedades en la edad avanzada de una persona).

El reposo en cama, el tratamiento antibiótico (venoso) y la terapia de infusión, la dieta y el seguimiento regular de la evolución del problema a intervalos cortos (ecografía, tomografía computarizada, parámetros inflamatorios) son importantes en el tratamiento conservador.

La forma conservadora se caracteriza por una menor tasa de éxito y frecuentes recidivas (retorno) de las dificultades, ya durante el primer año.

El tratamiento quirúrgico puede realizarse como una operación abierta clásica - apendicectomía con laparotomía. También puede realizarse como una técnica menos invasiva (mínimamente invasiva) - laparoscópicamente.

La laparotomía es el método abierto clásico. Se realiza mediante una incisión en la zona del punto de McBurney. Se elige sobre todo cuando se producen complicaciones, pero también cuando la causa de la dificultad no está clara.

La intervención se realiza a través de un orificio creado en la pared abdominal, a través del cual se extrae la protuberancia en forma de gusano. Posteriormente, tras la cicatrización, queda una cicatriz de unos 6 centímetros en la pared abdominal después de la operación.

La laparoscopia es una forma más suave. Tiene una serie de ventajas, como menor riesgo de infección, menos dolor, heridas quirúrgicas más pequeñas, recuperación postoperatoria más rápida y, por tanto, menos tiempo de baja laboral. Sin embargo, requiere equipo técnico y habilidad por parte del cirujano.

Modelo de representación de la laparoscopia en la apendicitis
Laparoscopia para apendicitis. Foto: Getty Images

No se han observado diferencias significativas entre ambas técnicas.

El tratamiento postoperatorio incluye tratamiento antibiótico profiláctico, reposo en cama, dieta y abundantes líquidos. Tras la operación, la persona permanece en ayunas durante 24 horas, empezando con líquidos y una dieta líquida y añadiendo gradualmente una dieta sólida.

El curso puede complicarse con inflamación limítrofe, formación de abscesos, que inicialmente deben aspirarse o puncionarse mediante ecografía o tomografía computarizada. Se añade tratamiento antibiótico. Después, con un retraso de meses, se opta por la cirugía.

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