Tratamiento de la amigdalitis: medicamentos (¿cuándo antibióticos?) y tópicos + cirugía

El tratamiento correcto de la angina debe ir siempre precedido de un diagnóstico correcto. El diagnóstico debe distinguir en primer lugar si la angina es vírica o bacteriana.

El objetivo principal del tratamiento de la angina es aliviar o eliminar por completo los síntomas y prevenir las complicaciones.

1. Angina vírica

La angina causada por un agente patógeno vírico se resuelve por sí sola al cabo de unos días. Su tratamiento consiste principalmente en medidas de apoyo que alivien los síntomas y el curso de la propia angina.

Las medidas de apoyo incluyen reposo, abundantes líquidos, sudoración, suficiente humedad en la habitación donde se encuentre el paciente y suplementos vitamínicos.

En algunos casos, es beneficioso que el paciente ingiera una dieta blanda y blanda que no le cause dolor al tragar. Comer alimentos y bebidas frías o calientes también puede aliviarle.

Es aconsejable evitar fumar, ya que el tabaco puede irritar excesivamente la garganta.

Enjuagar la garganta con agua salada o colutorios desinfectantes también puede ser útil. Los gargarismos que contienen salvia, tomillo o manzanilla pueden ser una alternativa natural.

La amigdalitis vírica no se trata con medicamentos que actúen directamente sobre el patógeno vírico. Los medicamentos se utilizan únicamente como tratamiento de apoyo para aliviar los síntomas de la amigdalitis.

Pueden utilizarse analgésicos para aliviar el dolor, antipiréticos para aliviar la fiebre, pastillas para chupar que contengan analgésicos o anestésicos locales y, en algunos casos, antiinflamatorios no esteroideos.

En los casos más graves, cuando la inflamación de las amígdalas provoca problemas respiratorios, también está indicado el uso de corticosteroides.

2. Amigdalitis bacteriana

La amigdalitis causada por un patógeno bacteriano suele tratarse con antibióticos.

Los antibióticos ayudan a acelerar el tiempo de recuperación, reducen el riesgo de complicaciones y acortan el tiempo en que el paciente es contagioso para los demás.

Los fármacos de primera elección suelen ser las penicilinas, que se administran por vía oral, a veces parenteral. El tratamiento dura aproximadamente entre 7 y 10 días.

Si el tratamiento con penicilinas no funciona después de 3-4 días, si el paciente es alérgico a las penicilinas o si la bacteria tiene una baja sensibilidad al antibiótico, es necesario sustituirlo por otro antibiótico.

Pueden utilizarse cefalosporinas, macrólidos, lincosamidas o amoxicilina.

El tratamiento con penicilinas para la amigdalitis recurrente suele fracasar.

En el tratamiento con antibióticos deben seguirse siempre las reglas básicas.

El médico debe tener en cuenta todos los riesgos a la hora de decidir si un antibiótico es necesario. Esto incluye, por ejemplo, el hecho de que muchas de las bacterias que causan la amigdalitis también forman parte natural de la microflora de la boca y la garganta.

Deben tener en cuenta la creciente tasa de desarrollo de resistencia a los antibióticos y sus efectos secundarios.

El paciente debe abordar el tratamiento con responsabilidad y no interrumpirlo sin consultar al médico, ni siquiera si los síntomas de la angina de pecho están remitiendo.

Por supuesto, incluso en el caso de la angina bacteriana, pueden utilizarse las medidas de apoyo mencionadas en el tratamiento de la angina vírica.

Tratamiento quirúrgico de la angina de pecho
El tratamiento de la angina de pecho consiste en la observancia de medidas de apoyo, tomando la medicación adecuada. En algunos casos, también es necesario el tratamiento quirúrgico. Fuente: Getty Images

El tratamiento quirúrgico también se utiliza a veces en el tratamiento de la angina de pecho.

Este tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica de toda la amígdala y se denomina amigdalectomía.

La amigdalectomía suele realizarse en los siguientes casos:

  • En formas crónicas de amigdalitis
  • En las amigdalitis recurrentes
  • Si el paciente corre el riesgo de desarrollar complicaciones graves (por ejemplo, fiebre reumática)
  • Si las amígdalas inflamadas e hinchadas causan problemas para respirar o comer
  • Si el paciente es alérgico a determinados antibióticos
  • Si el paciente tiene ataques regulares de faringitis

La extirpación quirúrgica de las amígdalas puede realizarse independientemente de la edad.

Una complicación de la intervención puede ser la hemorragia como parte del proceso de cicatrización de la herida, que puede producirse aproximadamente 14 días después de la intervención. Otra complicación de la intervención puede ser la pérdida de peso (el paciente tiene dificultades para comer).

A veces también se utiliza un procedimiento quirúrgico llamado amigdalotomía, en el que sólo se extirpa parte del tejido amigdalino, especialmente en niños.

3. Anginas en el embarazo

Los síntomas y el curso de la amigdalitis en mujeres embarazadas no difieren significativamente en comparación con otros pacientes.

La presencia de amigdalitis en una mujer embarazada puede suponer cierto riesgo para el feto, principalmente debido al debilitamiento general del sistema inmunitario de la mujer.

La presencia de fiebre, la propagación sistémica de la infección desde el lugar de la infección al organismo y el desarrollo asociado de complicaciones (inflamación renal, fiebre reumática, etc.) pueden ser peligrosos.

El tratamiento de la angina de pecho en mujeres embarazadas consiste principalmente en medidas de apoyo.

Si se necesitan medicamentos, por ejemplo, para bajar la fiebre o aliviar el dolor, la mujer debe tomar sólo aquellos que no estén contraindicados en el embarazo.

Sin duda, es aconsejable que la embarazada consulte a su médico sobre su estado de salud y la necesidad de tomar cualquier medicamento.

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