Tratamiento de la anemia: cómo tratarla y qué fármacos se utilizan + vitaminas

El tratamiento de la anemia depende de la causa de su aparición.

La terapia de la anemia ferropénica consiste en identificar y eliminar las pérdidas de sangre y reponer el hierro en forma de suplementos dietéticos, ya sea en comprimidos o en preparados intravenosos.

El tratamiento agudo inicial es de 150-200 mg de hierro al día. Más adelante, se puede pasar a una dosis menor de 100 mg al día. La suplementación de hierro con folato y piridoxina -vitamina B6- es una combinación muy adecuada.

El tratamiento es a largo plazo y dura al menos de 3 a 6 meses.

La anemia por carencia de vitamina B12 y folato se trata mediante la sustitución de los nutrientes en cuestión y la inclusión de alimentos adecuados ricos en vitamina B12 y folato, tal como se recomienda en la sección sobre las causas.

La sustitución de la vitamina B12 también puede hacerse en forma de inyecciones intramusculares administradas en días alternos.

La anemia en las enfermedades crónicas es un signo concomitante de otra enfermedad subyacente. La anemia debe controlarse mediante el tratamiento de la enfermedad primaria.

Si la anemia es grave, el tratamiento agudo es la transfusión de sangre o la inyección de una hormona sintética que se sintetiza de forma natural en los riñones: la eritropoyetina, una hormona que estimula la formación de sangre.

La anemia aplásica causada por la exposición a sustancias químicas y tóxicas se cura tras omitir el factor provocador. Con una causa autoinmune, se inicia una terapia inmunosupresora.

En otros casos, el paciente está preparado para un trasplante de médula ósea tras cumplir los criterios de indicación.

El tratamiento de la anemia falciforme incluye la inhalación de oxígeno, la medicación para el dolor y la prevención de complicaciones. En algunos casos, pueden ser necesarias transfusiones de sangre. El suplemento de ácido fólico es esencial.

En la mayoría de los casos, la talasemia es una anemia leve que no requiere tratamiento. Las formas más graves se tratan de forma similar a otros tipos de anemia, pero a veces requieren la extirpación quirúrgica del bazo o el trasplante de células madre sanguíneas o médula ósea.

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