Aftas: el tratamiento es tópico y sintomático. ¿Qué medicamentos pueden ayudar?

En la mayoría de los casos, el tratamiento es local y sintomático. Se trata el síntoma, es decir, el problema que provoca las aftas. La causa es, en su inmensa mayoría, desconocida.

¿Qué pasa con las aftas?

La mayoría de los casos de aftas desaparecen por sí solos en un plazo de 10 días. Esto ocurre en aproximadamente el 80 por ciento de los casos. Sin embargo, incluso en este caso es necesario garantizar una higiene bucal adecuada.

Existe el riesgo de infección por bacterias, como los estreptococos. En ese caso, ya sería necesario administrar antibióticos (ATB). El tratamiento con ATB sólo es eficaz en caso de infección bacteriana. De lo contrario, su uso es contraproducente.

En ese caso, puede ser conveniente utilizar un colutorio, de los que hay muchos en el mercado.

Incluso las aftas grandes no requieren una terapia especial.

Sin embargo, el tratamiento de elección es el local, que incluye anestesia local y anestésicos locales. En caso de dolor más intenso, también son adecuados los analgésicos.

Los anestésicos locales se utilizan para adormecer la zona dolorida, pero su efecto no es duradero. También ayudan otros preparados, en forma de pomadas, geles, soluciones, infusiones.

También es importante la desinfección local, para la que también existen diversas formas.

En general, también se opta por la administración de preparados vitamínicos, concretamente vitaminas B12, B9 (ácido fólico) o B6, o hierro.

La limpieza de los dientes es importante, ya que la placa es una fuente de diversos microorganismos.

Las aftas son tratadas por un dentista, concretamente por un odontólogo. En el diagnóstico también puede intervenir un médico generalista para adultos o niños o un inmunólogo y alergólogo.

Recuerde: en caso de curso más grave, hay que descartar otras enfermedades y acudir al médico.

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